¿Son realmente los plásticos «un veneno de la humanidad»?

¿Son realmente los plásticos «un veneno de la humanidad»?

Compartir

Decir que el plástico no es terrible puede ser una opinión poco popular, sobre todo si se considera su rápida proliferación como uno de los principales contaminantes en el océano y amenazantes de la biodiversidad de los ecosistemas marítimos.

Sin embargo, la invención del plástico es un gran avance en la humanidad, del que las personas aún no se hacen cargo y por ahí parece estar el problema. La contaminación es «la parte negativa de los plásticos», comenta a Emol, Carlos Guerra, doctor en Biología, académico de la Universidad de Antofagasta y director del Centro Regional de Estudios y Educación Ambiental de la UA (CREA), «pero siendo objetivos, si nosotros empezamos a dar ejemplos [del uso de los plásticos], vamos a aplaudirlos».

Así el académico pone sobre la mesa una opinión que muchos criticarían en primera instancia, sin embargo, el uso del plástico no es el problema, sino que lo que sucede con él después de ser útil es lo que complica el escenario.

Durante los últimos cinco años, científicos en todo el mundo han dedicado sus investigaciones a estudiar el impacto del plástico en el océano, las formas en que llega ahí y cómo solucionar este problema que sólo pareciera crecer.

Diversas iniciativas también se han implementado en distintas latitudes, todas sin encontrar una verdadera respuesta. «Hoy en día la mayor parte de los vehículos tienen partes de plástico. Antiguamente, los parachoques de los automóviles eran de fierro, y producían un tremendo daño, mataban a una persona cuando la chocaban. Hoy en día son de plástico y se abollan, generando una capacidad de que el daño sea menor», postula el científico, agregando ejemplos como los marcapasos y soluciones de prótesis como otros grandes avances que ha dado el plástico a la humanidad.

IGNORANCIA EN EL RECICLAJE

«El plástico, como tal, no podemos decir que es un veneno de la humanidad», detalla Guerra. «El problema es que no sabemos manejar un producto que el ser humano ha inventado para bien, y terminamos manejándolo de manera irresponsable».

Para el profesor de la Universidad de Antofagasta, la situación que se vive actualmente en el país -y extrapolable a varias naciones- es que la consciencia de reciclar no es la correcta, ya que pocas personas realizan una recolección del plástico que utilizan, y son aún menos aquellas que terminan reciclándolo de manera correcta.

«Estamos haciendo a la gente ser más ignorante, porque se le dice ‘mire, vamos a reciclar los plásticos. Junte las botellas y haga lamparitas de plástico, o use el plástico para hacer esto’, pero con esto le estamos diciendo a la gente que eso es reciclaje, pero eso no es reciclaje. Lo que hacemos es jugar con basura, y es no resuelve el problema», lamenta Guerra.

El proceso de reciclaje de materiales como el plástico -y también el caucho que se utiliza en los neumáticos- es fraccionarlo en pequeños pellets, que son enviados a una fábrica capaz de tomarlos y transformarlos en nuevos productos de plástico. Es decir, reutilizar el material.

Si se logra completar ese proceso con grandes cantidades de plástico, para Guerra el problema comenzaría a solucionarse: «Así no tendríamos que fabricar más plásticos nuevos, sino que estaríamos siempre reciclando, que gire en nosotros, no tirado en la naturaleza, esperando que se rompa con el Sol y con la radiación, y así ser microplástico, para luego ir a destruir seres vivos». (Emol)

Dejar una respuesta