Ayer, cuando faltaban pocos minutos para que terminara la sesión de sala del Senado, el RN Francisco Chahuán ingresó un proyecto de reforma constitucional que busca restablecer el voto obligatorio.
La iniciativa venía siendo trabajada desde hace un par de meses por Chahuán, y durante la semana pasada socializó su proyecto entre otros legisladores; no sólo de la Alianza, sino que también en las bancadas del oficialismo. Y durante los últimos días, el senador de RN se dedicó a recolectar las firmas de sus pares, con el objeto de darle a la iniciativa el carácter de “transversal”.
Así, el proyecto ingresó ayer no sólo con su rúbrica, sino que también de los senadores Jorge Pizarro (DC), Felipe Harboe (PPD), Alfondo de Urresti (PS) y Juan Antonio Coloma (UDI).
La iniciativa consta de un artículo único, que modifica el 15 de la Constitución. Actualmente ese artículo dice que “en las votaciones populares, el sufragio será personal, igualitario, secreto y voluntario”. La iniciativa ingresada ayer sustituye la palabra “voluntario” por “obligatorio”.
“Hay que ir avanzando en una cultura no solamente de los derechos, sino también de los deberes, y hoy quiero hacer un mea culpa: debemos asumir que claramente fue un error haber impulsado el voto voluntario”, afirmó Chahuán a La Tercera.
El senador apuntó, además, al actual escenario de crisis política, y advierte los riesgos que podrían existir para el sistema el hecho de que esta situación no se resuelva rápidamente, y pase a transformarse en una “crisis institucional”.
“Hoy estamos viviendo un momento crítico y difícil de confianza ciudadana, hay un problema debido a la falta de credibilidad de las instituciones. Y ciertamente se requiere que esas instituciones estén legitimadas por el voto ciudadano y la voluntad popular”, afirmó.
El proyecto impulsado por los senadores no incluye derogar la inscripción automática. Es decir, con esta reforma constitucional, el sistema electoral quedaría con inscripción automática y, además, voto obligatorio.
ANTECEDENTES
Fue en marzo de 2009 cuando la Presidenta Michelle Bachelet promulgó la reforma constitucional que estableció el voto voluntario. Casi tres años más tarde, en enero de 2012, el entonces Presidente Sebastián Piñera promulgó la ley que instauró el mecanismo de inscripción automática y voto voluntario.
Dicho proyecto fue fuertemente impulsado por la administración Piñera, quien lo calificó como “histórico” y lo comparó con la ley que permitió el sufragio femenino.
Su tramitación no estuvo exenta de polémicas. En plena discusión del mecanismo, en noviembre de 2011, un grupo de diputados de la DC presentó un proyecto para reponer la obligatoriedad. Esa ofensiva, liderada por el ex diputado y actual ministro del Interior, Jorge Burgos, fue rechazada por el entonces titular de la Segegob, Andrés Chadwick.
Tras su aprobación, el nuevo mecanismo de voto voluntario se estrenó para las elecciones municipales de 2012, donde se registró una abstención que alcanzó casi el 60%. De un padrón de 13.3 millones de votantes, sólo concurrieron a las urnas un poco más de 5.4 millones de personas. Al año siguiente, para las elecciones presidenciales de 2013, el escenario fue similar, y la abstención alcanzó un 58%. Sólo votaron 5.6 millones de personas, de un padrón superior a los 13.5 millones.
“Pese a estar plenamente de acuerdo con el sistema automático de inscripción electoral que actualmente nos rige, estimamos que debe restablecerse el voto obligatorio, por cuanto resulta indudable que un sistema electoral será más democrático, en cuanto sea más elevado el número de personas que participan en las votaciones, lo que garantiza una base electoral más estable”, dice el proyecto ingresado ayer por los senadores.
