Washington Post sobre elecciones: «Chile no giró a la derecha»

Washington Post sobre elecciones: «Chile no giró a la derecha»

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«Chile acaba de elegir a un presidente multimillonario. Estas son las cuatro cosas que usted debe saber». Así tituló esta mañana el diario estadounidense Washington Post su extenso análisis sobre el resultado de las elecciones presidenciales de ayer en Chile.

La publicación, firmada por la profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Richmond, Jennifer Pribble, y su par de la Universidad Católica de Chile, Juan Pablo Luna, aseguró que, aunque el presidente electo, Sebastián Piñera, representa a «una coalición conservadora», su victoria no significa un «giro a la derecha» del país.

Aunque reconoció que la «marea rosa» de gobiernos de izquierda comienza a retirarse en América Latina, el medio manifestó que en Chile «el fuerte desempeño de la coalición del Frente Amplio en la primera vuelta muestra el apoyo por la ideología de izquierda».

También destacó que, para imponerse, Piñera tuvo que «atraer a los votantes del centro cambiando su postura sobre educación y pensiones».

«La elección en Chile no significa que haya un giro a la derecha, sino, más bien, un centro que se desvanece», sentenció la publicación.

De acuerdo con su análisis, el resultado de los comicios demostró que «los votos del Frente Amplio no pueden transferirse a otros partidos de izquierda», lo que se explica porque «los partidos y movimientos que lo integran son profundamente contrarios al establishment».

Otro punto relevante para el Washington Post es que «el descontento y el voto contra el establishment van al alza», lo que se demuestra con la baja participación que, en comparación con la primera vuelta, aumentó sobre todo en los sectores de mayores ingresos.

Finalmente, el medio aseguró que, para Piñera, «gobernar será difícil y las reformas son poco probables». Ello, porque el presidente «necesitará apoyo de la oposición para aprobar leyes».

Ello, apuntó, «podría reforzar la percepción del electorado de que Chile está estancado, generando aún más descontento».

VISIÓN DEL FINANCIAL TIMES

Sebastián Piñera, el multimillonario expresidente chileno, ganó las elecciones presidenciales del domingo, regresando al cargo que ejerció desde 2010 a 2014, en el último giro hacia la derecha en Latinoamérica.

El exmagnate de las aerolíneas de 68 años —cuya anticipada victoria propulsó al me4rcado local de acciones a máximos récord este años después de seis años de estancamiento— recibió 54,5% de los votos, dejando a su rival de centro izquierda Alejandro Guillier, un exconductor de televisión, con 45,5%, una vez que se habían entregado 92% de los sufragios. Guillier reconoció la derrota tras los decisivos resultados de la segunda vuelta.

El primer líder de centro derecho en ganar la presidencia de Chile desde la caída de la dictadura del general Augusto Pinochet en los años ‘90, Piñera se une ahora a Mauricio Macri en Argentina como otro exitoso hombre de negocios convertido en presidente en Latinoamérica.

El giro a la derecho en Chile se produce tras un período de dominio de gobiernos de izquierda que arrasaron al poder en la región durante el auge de los commodities desde el inicio del nuevo siglo. Brasil, México y Colombia todos tienen programadas elecciones presidenciales para el próximo año que se espera serán estrechas y que podrían consolidar esta nueva tendencia.

Esta es la segunda vez que Piñera sucede a la saliente presidenta Michelle Bachelet en el poder, habiéndola reemplazado tras su primer período entre 2006 y 2010. Esto ha generado temor sobre el estancamiento de la política en Chile, que vio un bajo nivel de participación este domingo.

La victoria de Piñera fue facilitada por la decepción con la dividida coalición de centro izquierda en el poder, que apoyó a Guillier, luego de que el ambicioso programa de reformas de Bachelet que apuntaba a reducir la desigualdad fuera ampliamente criticado por estar mal diseñado e implementado, afectando así a la inversión. Eso agravó una desaceleración económica tras una profunda caída en el precio del cobre, el principal motor de la economía chilena, aunque el repunte en los precios del cobre ahora probablemente beneficiará a Piñera tal como ocurrió en su primer gobierno.

Tras haber presidido durante una expansión de más de 5% en su primera presidencia —comparado con el menos de 2% durante el segundo mando de Bachelet—  Piñera prometió a los votantes que devolvería al país a los niveles anteriores de crecimiento que vio a Chile convertirse en el país más rico de Latinoamérica, habiendo sido uno de los más pobres hace 40 años.

Ha prometido moderar las reformas de Bachelet, frenando la expansión de la educación universitaria gratuita y modificando sus reformas tributaria y laboral, que fueron duramente criticadas por la elite empresarial. También prometió más que duplicar el crecimiento económico, crear 600.000 empleos y reducir el déficit de presupuesto.

Pero Piñera carece de un mandato fuerte para grandes reformas, sin una mayoría clara en un congreso más dividido y polarizado luego de que las reformas de Bachelet introdujeran representación proporcional, ayudando a poner fin a casi tres décadas de dominio bipartidista.

Luego de que surgieran nuevas fuerzas como el izquierdista Frente Amplio en las elecciones legislativas del mes pasado, esto anticipa una nueva era para la política chilena, en la cual las negociaciones y acuerdos probablemente jugarán un papel más importante, pero posiblemente más difícil de lograr, dada la polarización y fragmentación de la política chilena, con las fuerzas de centro perdiendo terreno.(DF)

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