En la época en que fue presidente de la Corte Suprema, el ministro Sergio Muñoz no dudó en abordar materias de contingencia en sus discursos de ceremonia de juramento de nuevos abogados. Hoy esa tradición retornó cuando, obrando como presidente (s), dedicó gran parte de su mensaje a los congresistas que anunciaron una acusación constitucional a tres ministros de la Sala Penal del máximo tribunal del país.
Ante las vacaciones del juez Haroldo Brito, actual presidente, Muñoz, quien tiene un rol fundamental en el pleno de la Suprema alzó la voz y ante una sala atiborrada de egresados de Derecho que hoy recibían su título, los llamó a reflexionar en un discurso que tituló “impugnación de sentencias de la Corte Suprema”.
Como primer punto los llamó a ser abogados que actúen en su carrera con responsabilidad. En esa línea apuntó a que como sociedad en nuestro país se han adoptado diversas determinaciones legales y constitucionales que llevan a considerar que “las sentencias dictadas por la Corte Suprema no son susceptibles de recurso alguno, es por ello que constituyen el cierre del pronunciamiento del sistema judicial chileno para el caso”.
Parlamentarios del Frente Amplio y algunos de la ex Nueva Mayoría han sostenido que acusarán a los ministros Hugo Dolmestch, Carlos Kunsemüller y Manuel Antonio Valderrama por haber permitido que siete ex agentes del régimen militar salieran de la cárcel bajo el beneficio de la libertad condicional. Esto, según defienden los magistrados, pues el decreto que regula esta prerrogativa se los permitía.
Sergio Muñoz fue enfático en recalcar hoy el carácter de última instancia de las resoluciones del máximo tribunal y que “a los ministros de la Corte Suprema no les es aplicable la responsabilidad personal por la ‘falta de observancia de las leyes que reglan el procedimiento ni en cuanto a la denegación ni a la torcida administración de justicia’” y que “solamente quedan sometidos a la responsabilidad delictiva prevista en el Código Penal respecto de ‘toda prevaricación o grave infracción de cualquiera de los deberes que las leyes imponen a los jueces’ delitos que exigen dolo directo de los magistrados”.
El tono del discurso del supremo fue elevándose y quedó –entre los asistentes- como un claro mensaje a la clase política y una defensa a sus pares hoy cuestionados por resoluciones jurisdiccionales que fueron aplicadas bajo el marco legal vigente. “El ejercicio de la jurisdicción fue confiado de manera exclusiva y excluyente a los tribunales establecidos por la ley. Por ello, ‘Ni el Presidente de la República o el Congreso pueden, en caso alguno revisar los fundamentos o el contenido de sus resoluciones”, dijo citando el artículo 76 de la Constitución.
Casi al finalizar su discurso, el juez Muñoz –cuyo liderazgo es reconocido en el máximo tribunal- expresó que “la claridad de esta norma, como las definiciones anteriores me evitan hacer referencia a aspectos concretos del acontecer nacional”, en clara crítica a la decisión de los congresistas de presentar esta acusación constitucional para cuestionar una resolución de la Corte Suprema. (La Tercera)
