Una serie de reuniones ha sostenido el Presidente Sebastián Piñera con los ministros Alberto Espina (Defensa) y Andrés Chadwick (Interior), durante los últimos días, luego de que se conocieran las supuestas irregularidades en la compra de pasajes aéreos del Ejército, que culminó con la renuncia del jefe del Estado Mayor del Ejército, John Griffiths.
La investigación de la jueza de la Corte Marcial y de Apelaciones de Santiago, Romy Rutherford, dio cuenta de un posible uso injustificado de pasajes aéreos entre 2011 y 2014, en los que Griffiths habría abultado el precio de los boletos y habría viajado a otros destinos con fines personales, perjuicio que alcanzaría los $44 millones (ver nota relacionada).
Según ha trascendido, La Moneda teme que la práctica presuntamente realizada por Griffiths esté extendida a otros oficiales, lo que evidentemente complica la designación del nuevo alto mando de la institución, que originalmente debía estar definida esta semana.
Fuentes de Palacio advierten que las indagatorias del caso, eventualmente, podrían alcanzar a una cantidad importante de altos oficiales. Esa advertencia ha hecho que se pongan en máxima cautela los próximos nombramientos.
En este escenario, el ministro Espina -quien ha estado en permanente coordinación con el Presidente- decidió ordenar al comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Martínez, que aplazara por dos semanas la designación del alto mando, con el objetivo de estudiar en detalle los antecedentes de sus posibles integrantes.
Justamente, el objetivo es evitar que el próximo alto mando del Ejército presente casos asociados a irregularidades o problemas judiciales, como sucedió con Griffiths.
Ayer, el propio Presidente Piñera, al ser consultado por la situación, confirmó el criterio: «Es muy importante que el alto mando futuro no tenga ninguna relación ni responsabilidad con estas irregularidades y eventuales malversaciones de fondos públicos, y ese es un tema al cual le estamos prestando mucha atención», manifestó.
Fuentes del Ejecutivo aseguran que se busca evitar a toda costa nombrar de manera fallida a un general. La instrucción, así, es «dejar limpia» la institución para la próxima designación.
Sin embargo, esta decisión podría implicar que un número superior de generales deba ser llamado a retiro.
COMPLICACIÓN EN EL ESTADO MAYOR CONJUNTO
En forma paralela a esta situación, actualmente el Estado Mayor Conjunto (EMCO) lo encabeza el general de la Fuerza Aérea Arturo Merino, quien, al haber sido nombrado por el Presidente Piñera como comandante en jefe de la FACh, dejará vacante ese puesto -que depende del Ministerio de Defensa y coordina la acción de las FF.AA. en casos como conflictos o emergencias- desde el próximo 26 de octubre.
El puesto, por orden de antigüedad, ahora debiese ser ocupado por un alto oficial del Ejército. Así, uno de los que sonaban fuerte para encabezarlo era Griffiths. Sin embargo, tras su renuncia por el destape de las eventuales irregularidades en la compra de pasajes del Ejército y la postergación del nuevo alto mando de la institución, también ha complicado al Gobierno en esta designación.
En este caso, fuentes de La Moneda explicaron que uno de los escenarios más probables es que el mandatario posponga la nominación del jefe del Estado Mayor Conjunto y que asuma como interino el actual vicealmirante y actual subjefe del EMCO, Rodrigo Álvarez.
Incluso, trascendió que este miércoles el mandatario sostuvo una reunión privada con el alto oficial naval para sondear esta decisión.
Otro camino menos probable, aseguran en el Gobierno, sería saltarse el cupo del Ejército y nombrar directamente a un oficial de la Marina o de la FACh, en un hecho más drástico y sin precedente a la fecha. (El Mercurio)
