El martes el Senado ratificó el acuerdo de la comisión mixta y despachó a ley el Presupuesto 2020, erario muy distinto al presentado el 26 de septiembre por el entonces ministro de Hacienda, Felipe Larraín.
En aquel entonces, la cartera diseñó el proyecto con un aumento del gasto público de 3%, el más bajo en la última década, lo que llevaría al déficit fiscal efectivo a reducirse desde 2,2% del PIB en 2019 a 2% del Producto el próximo año.
El 18 de octubre el escenario cambió radicalmente con la crisis social: diez días más tarde, Larraín dejaba Teatinos 120 y asumía Ignacio Briones con la impronta de destrabar el erario en el Congreso, lo que implicó un mayor gasto de unos US$ 1.200 millones, sinónimo de que no se expandiría 3% sino que 4,5%.
Los economistas advierten que ese salto, junto con el menor crecimiento del PIB proyectado para 2020, erosionarán aún más las cuentas fiscales.
Así, prevén que el déficit efectivo el próximo año superará el 2,9% del PIB -proyección que realizó Briones el 5 de noviembre- y que se ubicará cerca del 3,5% del Producto. Aquello implica el déficit más alto desde 2009.
MENORES INGRESOS
Los economistas recalcan que la estimación de expansión del Producto del gobierno, de 2,3% para el próximo año, podría ser demasiado optimista en medio del problema de seguridad pública que vive el país.
Tras las primeras semanas de protestas, Hacienda revisó el escenario fiscal y proyectó US$ 1.780 millones en menores ingresos de cara a 2020 respecto el Presupuesto original.
El gerente de Estudios de Gemines, Alejandro Fernández, anticipa un saldo negativo del Gobierno Central de 3,5% del PIB para el período, pero dice que “no me parece preocupante”.
“El gasto permanente tiene que subir más en los años siguientes, de manera que lo importante es que se generen los ahorros (vía mayor eficiencia en el gasto) y mayores recursos (vía impuestos) en los próximos años para que el déficit gradualmente se reduzca”, argumenta.
El economista jefe de BCI Estudios, Sergio Lehmann, proyecta un avance de la economía de solo 1,6% el ejercicio venidero, “lo que lleva a ingresos fiscales algo menores a los que se contempla en la Ley de Presupuesto”. Así, ve un déficit fiscal de 3,2% del Producto.
La economista senior de Libertad y Desarrollo (LyD), Macarena García, ve un saldo negativo de 3,1% del PIB de la mano de dos elementos ausentes cuando ingresó el erario al Congreso: más gasto, que implica 0,4 décimas de Producto de mayor déficit, y el impacto del menor PIB en los ingresos fiscales. “Si se considera la proyección de ingresos presentada por el ministro el 5 de noviembre, el déficit aumentaría en 0,7% del PIB aproximadamente. Ahora, dado que la actividad se ha mantenido afectada por más tiempo que lo considerado, probablemente los ingresos fiscales serán menores a esa proyección”, dice.
Fabián Sepúlveda, de Banco Santander, ve un déficit de 3,2% del Producto: “En nuestro escenario base consideramos un crecimiento del PIB de 1,5% para el próximo año, lo que deteriora el déficit fiscal a través de menores ingresos públicos y de un menor denominador en el ratio Balance/PIB”, explica. (DF)
