Luces y sombras de la contención y efectos del covid-19-Vittorio Corbo

Luces y sombras de la contención y efectos del covid-19-Vittorio Corbo

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La propagación del covid-19, las medidas de contención para proteger la salud y los cambios de conducta de las personas y empresas están teniendo un impacto significativo en la economía mundial mucho mayor al que se preveía hace solo un par de meses. La rápida propagación del virus fuera de China hizo que la capacidad hospitalaria se viera sobrepasada en varios países, lo que los obligó a introducir medidas severas de contención para proteger la salud de su población, con grandes efectos en la actividad económica y el empleo.

Pero no todo es negativo. Primero, en varios países las curvas del total de contagiados se han ido aplanando. Segundo, los bancos centrales, las autoridades fiscales y los reguladores financieros han estado actuando agresivamente para proteger la estabilidad financiera y mitigar los costos económicos en familias, trabajadores y empresas de este gran shock. Tercero, se está avanzando en investigaciones sobre tratamientos y vacunas contra el covid-19 a través de esfuerzos colaborativos entre laboratorios.

En general, en parte por las severas medidas de contención, los contagios medidos han sido significativamente menores a los proyectados por los modelos de predicción en varios países. Sin embargo, dado el uso limitado de los test y la alta presencia que se ha observado de casos asintomáticos en países que utilizan test más masivos, parece ser que los contagios efectivos se estarían subestimando en forma significativa en muchos países. Con todo, la dinámica observada de los contagios medidos y los resultados de los modelos han jugado un papel importante en el diseño de políticas de contención. Estas últimas han incluido encierros, cuarentenas, testeos, trazabilidad de los contactos de los contagiados, uso de mascarillas y prácticas de distanciamiento social.

Después de una rápida propagación inicial, hoy se comienza a observar en el mundo una reducción de la velocidad de crecimiento de los contagios. Así, Corea del Sur, Hong Kong y Taiwán, que implementaron políticas de distanciamiento social en forma temprana, han sido los países más exitosos en Asia. En tanto, en Italia, Francia, España y Noruega, que practicaron distanciamiento social en forma tardía y se vieron enfrentados a una explosión de contagios que los obligó a introducir medidas más drásticas y costosas, se observa una caída de los promedios semanales de nuevos contagios. Por su parte, Australia y Nueva Zelandia también están logrando controlar los contagios exitosamente, este último utilizando una de las más drásticas políticas de encierro que implementó con mucha anticipación y que sus ciudadanos cumplieron. Por el contrario, en varios estados de Estados Unidos, que han hecho un uso limitado de medidas de distanciamiento social, los nuevos contagios por día siguen aumentando. En el mundo emergente y en desarrollo, la epidemia está en plena expansión, tal como ocurre en América Latina, especialmente en Brasil y México, como también en la India y África.

Los costos de corto plazo de las medidas de encierro y de distanciamiento social, que ya habían sido altos en China, cuyo PIB cayó 9,8% en el primer trimestre de este año respecto al trimestre anterior, se comienzan a manifestar con fuerza en el resto del mundo. De hecho, la zona euro, Estados Unidos y Japón están en plena contracción. Al interior de la zona euro, la contracción de la actividad económica es más pronunciada en los países que han tenido que recurrir a medidas de aislamiento más drásticas y prolongadas (Italia, Francia, España y el Reino Unido). En efecto, el PIB del primer trimestre de la zona euro cayó 3,8% respecto del trimestre anterior, con caídas de 4,7% en Italia, de 5,8% en Francia y de 5,2% en España. Las caídas en los indicadores anticipados de actividad de abril son también muy pronunciadas en Estados Unidos, Italia, España, Francia y Alemania, lo que apunta a que en estos países la contracción de la actividad en el segundo trimestre sería más pronunciada que en el primero. En Estados Unidos, el PIB del primer trimestre, que incluye solo 15 días de políticas de encierro parcial, cayó 1,2% con respecto al del cuarto trimestre del 2019. Las nuevas solicitudes de subsidios de desempleo han sumado más de 30 millones en las últimas 6 semanas en ese país, de modo que la tasa de desempleo de abril superaría el 15% (tasa que era de solo 3,4% en febrero).

Afectados por el drástico deterioro de las perspectivas económicas y la mayor incertidumbre, los mercados financieros experimentaron importantes correcciones hasta la tercera semana de marzo, con una fuga hacia la calidad y la liquidez. Para apoyar la estabilidad financiera y mitigar los efectos de la contracción económica, los bancos centrales, las autoridades fiscales y los reguladores de los países avanzados y emergentes han estado introduciendo agresivas medidas de mitigación. Las medidas introducidas por la Fed, el BCE y ahora el Banco de Japón han estabilizado los mercados financieros. En tanto, las autoridades fiscales han estado introduciendo programas de apoyo a familias, trabajadores y empresas para ayudarles a soportar la semiparalización de las actividades. Por su parte, los reguladores han facilitado la expansión del crédito, liberando excesos de capital de la banca y relajando los criterios de provisiones.

En cuanto a proyecciones de crecimiento, todo apunta a que la economía mundial se encamina a la peor recesión de los últimos 80 años. Se estima que el PIB mundial se contraería entre 3% y 5%, el de Estados Unidos entre 4% y 8%, el de la zona euro entre 4% y 9% y el de Japón entre 3% y 8%. Se proyecta, eso sí, un importante repunte el próximo año, pero con todo, la crisis dejaría suficientes cicatrices, de modo que el PIB mundial no recuperaría su tendencia anterior en los próximos años.

Además, a pesar del progreso en la contención de la pandemia, hay mucha preocupación por posibles segundas y terceras olas de contagio una vez que se comiencen a relajar los encierros y las medidas de distanciamiento social. En particular, preocupa que los contagiados asintomáticos, que pueden ser en torno a tres veces los sintomáticos, sigan propagando el virus una vez que se relajen las limitaciones a la movilidad. A lo anterior se agregan las dudas que aún persisten entre los científicos sobre la inmunidad de los contagiados.

Lo más probable es que sigamos viviendo los efectos del covid-19 por bastante más tiempo. Durante este período, los países experimentarán diversas estrategias de relajamiento selectivo de los encierros, salvo que se descubra un antiviral efectivo o, mejor aún, una vacuna efectiva que se pueda producir y aplicar a gran escala en un período reducido de tiempo, lo que no parece muy probable. Por lo anterior, el regreso a la “nueva normalidad” va a ser un proceso gradual y lento, en el que las actividades que involucran una alta interacción social —turismo, viajes, espectáculos, restaurantes, comercio al detalle, servicios personales— van a seguir afectadas, ahora por el temor a nuevos brotes. (El Mercurio)

Vittorio Corbo

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