El historiador Gabriel Salazar analizó la situación actual de la sociedad chilena ante la crisis política por la que atraviesa el país.
Según Salazar, lo que caracteriza a este periodo «desde el punto de vista político es la enorme desconfianza que ha desarrollado la ciudadanía desde el mundo político». Explicó en CNN que desde «el primer año de ‘reconquistada’ de la democracia -1990- ya se veía en una encuesta del PNUD que se manifestaba la desconfianza, con un 51%». Además, sostuvo que esto «ha ido subiendo, ahora toda las encuestas señalan que la ciudadanía desconfía entre un 90% hasta 98% del mundo político».
El historiador asegura que «en esa misma fecha el PNUD reflejaba que la ciudadanía estaba construyendo una política desde sí mismo (…) lo que se ve reflejado en el proceso de cambio constituyente». Y agrega: «Este proceso de ciudadanización de la política en última instancia apunta a instalar una coyuntura constituyente, el problema es que para llegar a este punto necesita un proceso largo, autoeducarse en aprender a ser poder soberano y constituyente», por lo tanto, la ciudadanía «apunta a crear poder constituyente, pero no lo encuentra».
Esta lógica se habría visto reflejada en los datos de los cabildos ciudadanos, ya que «en más de un 80% estaban de acuerdo en que el sistema político tenía que basarse en un proceso de consulta», pero generar este «proceso es complicado, porque no sabemos construir Estado».
«ES POSIBLE UN SISTEMA POLÍTICO SIN POLÍTICOS»
El historiador también criticó la forma de construir de las nuevas fuerzas emergentes que han surgido desde movilizaciones sociales, como la de Revolución Democrática, liderada por el diputado Giorgio Jackson, y el Movimiento Autonomista, al que pertenece el parlamentario Gabriel Boric. A juicio de Salazar, «el problema es que en Chile los Movimientos Sociales siempre llegan a un punto crítico en que generan dirigentes, oligarquía, liderazgos que terminan negociando con el mundo político y terminan entrando al sistema político para cambiarlo por dentro», esto a pesar de que «hay una profundísima desconfianza en los políticos».
Por otra parte, el académico señala que este Gobierno intentó resolver «con reformas muy mal hechas» el problema de la desconfianza, lo que ha llevado a que «nos encontremos en un compás de espera. Los políticos disponen de un tiempo y siguen esperando las elecciones con una gran ingenuidad, sin entender este vacío».
Finalmente, agregó que «seguir gobernando a partir de un Estado neoliberal ilegítimo, con esta lógica y esta Constitución, va a ser muy difícil. Lo que la gente quiere es que sea una democracia participativa a nivel local», sentenció.
El Mostrador
