El gobierno desestimó que el liderazgo de la presidenta Michelle Bachelet sea afectado por los allanamientos que practicó la Justicia contra el hijo de ésta, Sebastián Dávalos.
El funcionario además evitó cuestionar la acción de la Fiscalía, la que investiga si hubo tráfico de influencias en el otorgamiento de un crédito bancario por diez millones de dólares a Dávalos.
«Lo hemos señalado permanentemente, la Fiscalía está haciendo su trabajo y obviamente todas las instituciones deben otorgar la información que la Fiscalía requiera», dijo Elizalde.
Diversos sondeos muestran que el apoyo a Bachelet retrocedió a su menor nivel, luego de que se supiera que su nuera, Natalia Compagnon, a través de su empresa Caval, gestionó un polémico crédito por 10 millones de dólares para comprar unos controvertidos terrenos, en una reunión con el dueño de Banco Chile, el multimillonario Andrónico Luksic.
En la cita, a la que además acudió el hijo de Bachelet, se planteó que la institución financiera otorgaría a Caval un préstamo «bullet», es decir, a pagar en una sola cuota, una vez que revendiera la propiedad.
El millonario y polémico crédito fue finalmente aprobado un día después de que Bachelet ganara las elecciones de diciembre de 2013, pese a que Caval disponía de un capital de sólo 10.000 dólares.
Tras la compra, Caval procedió a vender por 15 millones de dólares las 44 hectáreas adquiridas con el préstamo.
El escándalo, que indujo la renuncia de Dávalos a la Dirección Sociocultural de La Moneda, estalló en momentos que la Justicia indaga además a decenas de políticos, especialmente de oposición, por recibir pagos irregulares de empresas para campañas políticas.
En medio de la crisis, Bachelet pidió a sus ministros elaborar una ley que regule mejor la relación entre política y negocios.(La Segunda)


