Hace seis años terminaron las obras de lo que buscaba ser la clínica municipal de Ñuñoa. Pero el edificio de 25 mil m {+2} no ha sido habilitado, ningún paciente se ha atendido allí y la infraestructura ya exhibe desgaste.
La falta de recursos del municipio hizo que la operación del recinto no fuera viable. Ante ello, la municipalidad intentó que privados y universidades se interesaran, pero no lo logró. Tampoco lo hizo el Ministerio de Salud (Minsal) que en 2012 recibió la infraestructura en comodato y un año después deshizo el contrato y la devolvió a la alcaldía.
Hoy la comuna se juega las últimas cartas para sacar a flote el proyecto que costó $15 mil millones. El alcalde Andrés Zarhi (RN) se reunió con el ministro de Salud, Emilio Santelices, y le pidió que la cartera se haga cargo del establecimiento. «Esta clínica podría ser un ahorro para el Estado, ya que hoy lo que se requiere es infraestructura para poder dar soluciones a los déficit que hay», planteó el edil. Agregó que el titular de Salud pidió a su equipo analizar el traspaso.
Si bien Santelices no descartó usar la clínica, dijo a «El Mercurio» que el ministerio está definiendo su plan de inversiones y que no tienen recursos disponibles. «Nos comprometimos a evaluarlo, mirando cuáles son las carteras de servicios específicos que nosotros podríamos ubicar ahí. Pero fue nada más que una primera reunión en el tema», afirmó el secretario de Estado.
Ante el incierto panorama, el municipio está barajando otras alternativas: hacer una nueva licitación para la operación del recinto (camino que ya se intentó y no prosperó), trasladar dependencias municipales a las instalaciones de la frustrada clínica o, simplemente, vender el edificio.
Si bien Zarhi consideró que eso último «sería un crimen», reconoció que los dividendos de una eventual venta ayudarían a arreglar consultorios y construir una sede para los adultos mayores en la comuna. (El Mercurio)
