Eliminación del CAE- Hugo Lavados

Eliminación del CAE- Hugo Lavados

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Mucho se ha comentado respecto a que el Crédito con Aval del Estado (CAE) se eliminaría, no obstante, para poder analizar los efectos de dicha política, es necesario conocer cuál es el alcance que hoy tiene este mecanismo de financiamiento.

Este año 369.254 estudiantes pueden proseguir sus estudios universitarios a través de esta vía. De ellos, 164.939 están matriculados en universidades privadas acreditadas y 43.867 en universidades del Consejo de Rectores. Vale mencionar que los estudiantes de las universidades del Cruch utilizan mucho más el crédito que se deriva del Fondo Solidario: en 2015 fueron 68.000 los jóvenes beneficiados, entregándoles 71.100 millones de pesos.

Lo anterior deja en evidencia la gran importancia que tiene el CAE para que los estudiantes que no tienen posibilidades de financiar sus estudios en el periodo en que están matriculados, puedan proseguirlos sin dificultades económicas. Es cierto que no en todos los casos el monto del crédito cubre el total del arancel, sin embargo, la diferencia es significativamente menor al total, y en muchos casos se financia con becas provenientes de fondos estatales o con recursos de las mismas universidades.

Cuando se habla de terminar con el CAE, es necesario señalar con claridad de qué estamos hablando, si estamos planteando eliminarlo definitivamente o el objetivo es modificarlo para que sea un equivalente al Fondo Solidario.

Eliminar el CAE sería una política extremadamente negativa, pues significaría dejar sin posibilidades a muchos que no tendrían otro método para poder matricularse en una universidad. Debe considerarse que desde el punto de vista de los recursos públicos, el CAE permite financiar a muchos más estudiantes de lo que ese mismo monto lograría asignándose a la gratuidad.

La reducción del CAE tocaría directamente a las familias de lo que se conoce como clase media, que cuentan con un presupuesto de entre 900 mil y dos millones de pesos, familias que, en algunos casos, han hecho esfuerzos por enviar a sus hijos a colegios particulares subvencionados y que, con estos cambios, se verán imposibilitadas de pagar un arancel universitario completo. Por otro lado, si la política es modificar el CAE para llevarlo a lo que hoy es el Fondo Solidario, el crédito universitario de las instituciones del Cruch, sería una muy buena noticia, puesto que significaría bajar el porcentaje de remuneración que debe pagar el estudiante cada mes, y rebajaría la cantidad años en los que se cobra.

Es de esperar que este planteamiento de una política de modificación del CAE signifique una mejora en la situación de los estudiantes,y no sea una medida que reduzca las posibilidades de acceder a las universidades. Hoy muchos jóvenes encuentran en este mecanismo una eficaz manera de financiar sus estudios. En efecto, sirve a los estudiantes de las universidades del Cruch que no pueden acceder al Fondo Solidario porque pertenecen a deciles superiores, y estudian gracias al CAE. Sería interesante saber qué opinan ellos sobre la posibilidad de eliminarlo. (La Tercera)

Hugo Lavados

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