El dilema de la DC en las municipales: competir solos o con...

El dilema de la DC en las municipales: competir solos o con el PS

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Como nunca antes el comienzo de una negociación municipal había sido tan polémico al interior del abanico de colores que compone la Nueva Mayoría. No tanto por número de cupos o la modalidad para elegir a los candidatos a alcaldes, sino que por el reordenamiento de fuerzas que involucra la formación de los pactos pensando en una continuidad del bloque que aún está lejos de estar confirmada.

En este contexto, todas las miradas convergen hacia la Democracia Cristiana, colectividad que podría enfrentar el próximo proceso electoral lejos del socialismo, lo que marcaría un quiebre del tradicional «tronco histórico» que dio origen a la Concertación uniendo a los polos de centro y de izquierda en la lucha contra la dictadura.

Si bien el fuego cruzado que protagonizaron los timoneles del PS y la DC, Isabel Allende y Jorge Pizarro, que también contó con la participación de su antecesor en la directiva falangista Ignacio Walker, prendió el fuego de la hoguera, la pronta firma de un documento entre todos los mandamases de los partidos oficialistas de cara a la consecución de una postulación presidencial «única» para 2017 calmó las aguas… pero no por mucho tiempo.

El motivo: la posibilidad planteada por Walker de que la DC llegue a la primera vuelta de dos años más con una candidatura presidencial propia, lo que abrió el debate sobre el futuro de la coalición, o «acuerdo programático» como en realidad está definida la NM.

La posición contrasta con la «línea editorial» que plantea la mesa falangista que lidera Pizarro, que es la búsqueda de unidad de todas las huestes, pero puso sobre la mesa la idea de discutir -en una junta nacional- el rol de la tienda de Alameda 1460 en el conglomerado y en el actual Gobierno de Michelle Bachelet.

El tema no es menor, toda vez que desde el inicio de la tramitación de las reformas estructurales, cuando Walker instaló el ítem de los «matices» y el «sello DC» en todos los proyectos de ley, que la incomodidad se ha hecho sentir pública y privadamente por defensores y detractores del concepto.

Y claro, cual deja vu, mientras se analiza la gratuidad en la educación, la reforma laboral y la parte final del presupuesto de 2016, nuevamente los reparos falangistas para corregir aspectos de tales iniciativas han puesto a la flecha roja en la línea de fuego.

Por tal motivo, del choque de visiones que generó la cuestión presidencial se dio inicio a un tenso proceso interno que terminará con el cónclave en marzo (así lo determinó el último Consejo Nacional), donde más que señalar nombres de candidatos o de personalizar el debate, se quiere llegar con un voto político consensuado sobre los próximos desafíos de la DC y la nueva política de alianzas que debiera imperar entre los socios.

COSAS QUE TIENEN QUE PASAR

Pensar ahora en un candidato presidencial para la primera vuelta «es poner la carreta delante de los bueyes», manifestó Sergio Espejo, diputado y vicepresidente DC, quien comentó a Cambio21 que «la prioridad hoy día es conformar listas municipales y un equipo de campaña fuerte capaces de derrotar a la derecha».

Sin embargo, a juicio del congresista, «la idea es fortalecer a la Nueva Mayoría y a la Democracia Cristiana, deliberar respecto a las prioridades de los próximos dos años en una junta nacional y seguir una secuencia lógica con las candidaturas presidenciales, pero después de que hayamos hecho la primera parte de la labor».

«No veo a nadie en la DC haciéndose la pregunta sobre candidatos presidenciales. Lo que hemos dicho con toda claridad es que hay una línea de tareas. Por eso que creo que cometieron un error quienes hace pocos días atrás pretendieron instalar la discusión presidencial en el primer lugar de la agenda. Fue particularmente extraño que el PS, que es el partido de la Presidenta Bachelet, haya hecho una cosa como esa», explicó.

Según Espejo, después de las municipales «podremos trabajar programa de gobierno y una lista parlamentaria única. Si hacemos eso bien, vamos a tener una candidatura presidencial común. Ahora, si eso no ocurre… bueno, tendremos que competir en primera vuelta».

Por su parte, el consejero nacional Felipe Delpín aclaró que uno de los detonantes que podría dar pie a una candidatura presidencial de la falange sin primarias pasa por el posible ingreso de Marco Enríquez-Ominami y el Partido Progresista a la Nueva Mayoría.

En diálogo con este medio, el además alcalde de La Granja expresó que «por donde entra el PRO yo salgo. No es una opción válida para ser abanderado y menos para competir en una primaria junto con él. No. Lo decidí hace mucho tiempo y no voy a estar disponible para eso, porque creo que sería nefasto para el país una candidatura suya».

«Ningún democratacristiano apoye la idea de compartir un proceso de candidatura presidencial», insistió.

De todas formas, Delpín apeló a la continuidad de la NM en el tiempo, «pero eso pasa por varias cosas, como tener un buen Gobierno, cumplir con el programa, sacar todas las reformas adelante, que haya respeto por todos los partidos políticos y que en la elección municipal nos vaya bien. De eso depende conformar las listas para las restantes candidaturas».

«Por ahora, no descarto nada y no confirmo nada. Nosotros debemos hacer los esfuerzos para llegar a primarias, aunque eso pasa por diversas situaciones que, si no se dan, habrá que ver otras opciones que valorar», concluyó el edil.

QUIEN TE QUIERE TE APORREA

En otro frente de ataque, el ex candidato a La Moneda y fundador del movimiento «Ciudadanos», Andrés Velasco, se aprovechó del «fuego amigo» sufre la falange para lanzarle duras críticas a la tienda respecto a su imagen en el Gobierno de Michelle Bachelet.

«La DC amenaza con mostrar los dientes, pero sólo muestra las encías y se contenta con decir ‘vamos a introducir un matiz’. Hoy las ideas de centro en Chile merecen algo más», disparó.

Álex Olivares, coordinador de la agrupación (que en un inicio se llamó Fuerza Pública), negó que la estrategia de Velasco consista en criticar a la DC y a la vez convocar a sus militantes para que cuestionen su continuidad en la Nueva Mayoría y así se sumen al referente de centro que también componen los movimientos Amplitud y Red Liberal.

«Más que una crítica es un llamado de atención respecto a la conducta que debería tener un partido político que históricamente ha sido de centro y que hoy forma parte a una coalición que está más a la izquierda, por lo que tiene poca relevancia. Es un llamado a definir si seguirán defendiendo las ideas que han caracterizado toda su existencia o si van a ser la comparsa de la NM para las próximas elecciones», comentó para esta crónica.

¿No sería mejor una interpelación más cariñosa hacia los Democracia Cristiana o solo se trata del típico refrán que dice que «el que te quiere te aporrea»? «No se trata de hacerse o no cariño. Es decir lo que uno piensa y defenderlo. Y acá defendemos las ideas de centro y centroizquierda que siempre hemos impulsado», contestó Olivares.

Sea cual sea el imán ciudadano, el analista del Instituto Libertad, Pablo Rodríguez, postula que «de forma individual y de gente que se siente identificada con la DC podría haber una respuesta positiva del llamado de Velasco, debido a la afinidad programática que les proponen y mirando los elementos que la NM está impulsando y que esos adherentes y militantes no comparten y que produciría que se sumen a otras filas, como el Chile Vamos o la coalición de Velasco y Lily Pérez».

«A nivel de partido está un poco más lejos. A lo sumo, se puede avanzar en cosas más específicas de forma colaborativa, como por ejemplo, mejorar algunas leyes que se están tramitando en el Congreso, léase reforma laboral u otra. Pero como alianza política aún es pronto como para ver un camino distinto desde la DC», aclaró.

DOS MÁS DOS…

«Si como bloque la Nueva Mayoría se presenta dividida a la elección de alcaldes, pierde a lo menos 300 comunas a manos de la oposición», asegura el experto electoral de la Universidad Diego Portales, Mauricio Morales, quien sostuvo en estas páginas que el oficialismo «debe ir en una sola lista de candidatos a alcaldes, pero pueden medirse con más de una lista para enfrentar la competencia de concejales».

«El punto central es que los sistemas de repartición proporcional, que se usan para elegir a los concejales, suele ir premiando a las listas más votadas. Por lo tanto, no es inocente o pueril el hecho de ir en una lista acompañado por un partido pequeño en vez de presentarse en compañía de una entidad más grande, dado que las listas más grandes tienen más chances de cosechar escaños. Entonces, los partidos van a tratar de armar coaliciones lo más amplias posibles, con el fin de acceder a más cupos», explicó.

Interpretando las quejas iniciales que mostró el PS y su timonel Isabel Allende, Morales señaló que «si este partido va con la DC reproducirá el mismo escenario de 2012, cuando les fue razonablemente bien».

«En cambio, si el PS se va con el PPD y los radicales con la DC, podría darse un desequilibrio que termine por favorecer al frente de izquierda», remarcó.

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