Dos mamás

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Fernando Ugarte (carta de ayer) se ha sumado a las voces que, sin haber sido parte del proceso y sin que la resolución dictada les afecte, han salido a denunciar ilícitos en un proceso absolutamente ajustado a Derecho, solo por no compartir lo resuelto en él.

Sin mencionar el deber del Estado de proteger las distintas formas de familia y el interés superior del niño, Ugarte cuestiona a los intervinientes y al Poder Judicial con acusaciones infundadas. La colusión procesal que alega en su carta supone un fraude, un actuar doloso que tiene por fundamento el perjuicio a un tercero. Sobre esto es necesario hacer tres precisiones.

Primero, la acción ejercida es un mecanismo establecido expresamente por el legislador para determinar la filiación, es decir, para definir si un niño es hijo de una determinada persona; y todo el proceso se ajustó estrictamente a las normas procesales que lo regulan. Con esto se descarta el fraude.

En segundo lugar, todos los antecedentes entregados son fiel reflejo de la realidad de esta familia. Las partes han litigado con buena fe procesal, y pusieron a disposición del tribunal todos los medios de prueba disponibles para la mejor resolución del caso sometido a su conocimiento. Aquí no ha habido documentos ni testimonios falsos, ni tampoco argumentos que no encuentren sustento en nuestro ordenamiento jurídico nacional y en el derecho internacional de los derechos humanos. Todo esto descarta el dolo.

Finalmente, el punto más determinante de esta sentencia es que protege el interés superior de un niño que cargaba con toda la desigualdad de un vacío legislativo que le impedía tener el reconocimiento legal e inscrito de su identidad familiar. La sentencia aplica este principio fundamental de nuestro ordenamiento —y principio rector de los procedimientos seguidos ante la judicatura de familia— en los términos que lo ha indicado el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y el Comité de Derechos del Niño. Es decir, tampoco hay perjuicio a terceros.

Descartado este nuevo intento por enlodar una sentencia ajustada a Derecho, invitamos a quienes están en desacuerdo con lo resuelto a comenzar a referirse al fondo del fallo, porque sorprende que, a una semana de conocida la resolución, sigan evitando ese debate. (El Mercurio Cartas)

Juan Enrique Pi
Director Fundación Iguales

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