Empleo y metas ambiciosas

Empleo y metas ambiciosas

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El no ponerse metas concretas ha sido una mala práctica en nuestras autoridades por muchos años. Es por ello que un aspecto muy destacable del discurso del Presidente en el encuentro de Enade recién pasado fue el llamado a ponerse metas concretas, ambiciosas y desafiantes para el término del período de gobierno. De hecho, pienso que hoy requerimos acuerdos para fijarnos metas concretas, ambiciosas y desafiantes para los próximos 10 años, que nos pongan de vuelta en la senda del desarrollo; así que mirar a los próximos dos años puede ser un buen inicio.

En un llamado al sector privado el Presidente Boric apuntó a crear en conjunto más de 700 mil empleos, indicando que ya llevamos más de 460 mil. De acuerdo con los últimos datos entregados por el INE, el incremento en el número de ocupados registrado respecto del inicio del gobierno es efectivamente cercano a 460 mil (entre 455 y 474 mil dependiendo del mes de referencia). ¿Cuán ambiciosa y desafiante, por lo tanto, es esta meta de incrementar en 240 mil el número de ocupados hasta el término del Gobierno?

La respuesta es que la meta mencionada es más bien desoladora. Equivale a apuntar a que al término del mandato presidencial continuaremos en emergencia laboral, sin haber recuperado la tasa de ocupación prepandemia. Si esa fuera la meta, equivaldría a decir que probablemente seríamos el único país latinoamericano, y tal vez uno de los pocos del mundo, que aún no habría recuperado su mercado laboral previo a la pandemia.

Vamos a los datos. Un 58,2% de la población de 15 años y más tenía un empleo antes de la pandemia. En los últimos cuatro meses hemos tenido un importante repunte en la tasa de ocupación a un 57% (luego de haber estado largamente estancada en torno al 55,5%). Ese es el punto de partida actual. Adicionar 240 mil personas, sin embargo, no sería suficiente si se considera que en los próximos dos años la población en edad de trabajar se incrementará en más de 330 mil personas según las proyecciones de población oficiales del INE. De esta manera, la meta formulada lleva a incrementar la tasa del actual 57% a 57,4%, proyectándose a marzo de 2026 un déficit de 140 mil empleos para poder normalizar el mercado laboral a la situación prepandemia.

Apuntar como meta a una tasa de ocupación de 57,4% equivale a retrotraernos a la situación del mercado laboral de mediados de 2014, cuestión que difícilmente podría calificar como meta y menos como una meta ambiciosa.

Es evidente que hay que recalcular la meta para que esté acorde con el espíritu del mensaje presidencial. Sin embargo, lo que está de trasfondo, a mi juicio, es que aún no se toma conciencia de que nos encontramos en una emergencia laboral. Entre paréntesis, mientras no recuperemos la situación ocupacional prepandemia no me parece adecuado hablar de que estamos creando empleos; lo más razonable es indicar que estamos, lamentablemente, aún recuperándolos. Como he dicho repetidamente en los años anteriores, reconocer que nos encontramos en una emergencia laboral debería ayudar a enfocarnos respecto de las medidas que se podrían tomar, así como en quienes son las personas más afectadas. Para eso también sirven las metas, especialmente si son ambiciosas. (El Mercurio)

David Bravo
Director, Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales