La apelación presentada por el destacado activista de derechos humanos Nabil Rajab ante la Corte de Casación de Bahréin fue rechazada este lunes (31.12.2018), según información entregada por el abogado de Rajab, Mohamed al Yishi. De este modo, el conocido defensor de las libertades ciudadanas deberá cumplir la condena de cinco años de presidio a la que fue sentenciado en febrero.
El delito cometido por Rajab fue haber criticado a través de Twitter las condiciones de las cárceles en Bahréin y haberse opuesto a la intervención militar de la Coalición Árabe que, liderada por Arabia Saudita, lanza ataques contra los rebeldes hutíes en Yemen. Esos cinco años se suman a otros 2 que ya cumple en prisión por haber difundido «informaciones falsas” en entrevistas concedidas a medios extranjeros.
«La decisión de mantener la condena de Nabil Rajab expone el sistema de justicia de Bahréin como una farsa completa. Su trato por parte de las autoridades del país es completamente inaceptable», señaló Lynn Maalouf, directora de investigación de Amnistía Internacional (AI) para Oriente Medio, en un comunicado. El pasado 5 de junio un tribunal de apelación había confirmado la condena de cinco años, que podía recurrirse ante la Corte de Casación, que finalmente rechazó la apelación.
FIGURA DE LAS REVUELTAS
«Nabil Rajab es un preso de conciencia. Es absolutamente indignante que ya haya pasado dos años tras las rejas, incluidos nueve meses agonizantes en régimen de aislamiento, lo que equivale a tortura. En lugar de prolongar su sufrimiento y condenarlo a varios años más de prisión, las autoridades de Bahréin deben anular su condena y sentencia y liberarlo de forma inmediata», apuntó Maalouf.
En Bahréin gobierna una familia real sunita, pese a que el país es de mayoría chiita. La disidencia ha sido mantenida en silencio a través de la represión. En 2011, la oposición chiita intentó un alzamiento, pero éste fue sofocado incluso con ayuda de tropas de Arabia Saudita y otros países del Golfo. Rajab era una de las figuras más visibles de esa rebelión.
La ONU, la Unión Europea, Estados Unidos y varios países europeos han pedido repetidamente la liberación del activista, cuyo estado de salud se ha deteriorado desde su último arresto, en junio de 2016. (DW, EFE, Reuters, AFP)
