Atacan retén en Tirúa, hieren a dos mujeres y queman hotel en...

Atacan retén en Tirúa, hieren a dos mujeres y queman hotel en Quidico

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Dos nuevos hechos de violencia se registraron la madrugada de este viernes en la Región del Biobío. En la comuna de Tirúa una vez más atacaron la subcomisaría de Carabineros, lo mismo ocurrido la jornada anterior, cuando un grupo de más de 50 personas habría intentado rescatar a detenidos y realizó una serie de disparos.

Resultaron heridas por perdigones una madre y su hija, quienes viven en un domicilio cercano al retén.

«Anoche fue un nuevo ataque al retén y resultaron dos personas lesionadas, una madre de 37 años y una hija menor de edad, que no estaban en el retén, estaban en sus casas y por los perdigones fueron lesionadas y fueron derivadas a un recinto de salud. Lo último que sé es que están fuera de riesgo vital«, señaló en T13 el gobernador Rodrigo Díaz.

Mientras que en Quidico, un grupo de desconocidos quemó el Hotel Küref, propiedad de Fernando Fuentealba, presidente de la Fundación Chilena de Víctimas del Terrorismo en la Macrozona Sur.

La Gobernación del Biobío señaló al respecto que «condenamos enérgicamente estos nuevos y gravísimos hechos de violencia registrados en Tirúa y exigimos la reposición del Estado de Derecho en la Provincia de Arauco.

Desde el Gobierno de Biobío enviamos nuestro apoyo decidido a las víctimas de estos repudiables actos».

Para este viernes está programada la visita a la zona del subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, quien sostendrá una serie de reuniones con fiscales de la Macrozona Sur.

GOBERNADOR: «ESPERARÍA IGUAL INDIGNACIÓN QUE CON CASO MEIGGS»

El gobernador regional, Rodrigo Díaz, dijo que «Tenemos problemas muy serios en materia de seguridad, con múltiples ataques a personas, no solo al mundo forestal, se atacan hoteles, recintos policiales, se atacan a personas que no tienen nada que ver, es una situación compleja», sostuvo en conversación con T13 Radio.

Díaz sostiene que «tengo la impresión bastante fundada a esta altura de que la coalición de Gobierno no logra entender lo que está pasando en el territorio. Probablemente porque la representación parlamentaria del pacto más duro de ese apoyo del Gobierno tiene muy poca presencia política en la región del Biobío, también muy poca en La Araucanía. No logran entender que esto es un fenómeno cotidiano, regular, estamos hablando de las últimas 24 horas y hay 4 o 5 situaciones gravísimas, pero es cotidiano».

Siguió con que «cuando el Gobierno, a través de su ministra del Interior, invita a un proceso de diálogo político, fui de los primeros en respaldarlo, no soy parte de la coalición, pero lo respaldo, no basta solo la vía del control policial, pero son las dos cosas juntas. Necesitamos seguridad, es una exigencia de todo Estado, no es contradictorio. Es lo mínimo que podemos tener las personas es seguridad para desplazarnos dentro de nuestro territorio».

Asimismo, el gobernador emplazó a que «uno esperaría una reacción similar a la que se tiene frente a la indignación a los balazos en Meiggs, la misma reacción respecto a lo que ocurre en la zona donde vivimos«.

También la autoridad regional comentó que «me preocupa mucho porque el Presidente hace un anuncio y vienen una seguidilla de declaraciones de algunos ministros o de algunos parlamentarios del apoyo del Presidente que ralentizan la situación. Me quiero quedar con lo que declaró el senador socialista de nuestra región (Gastón Saavedra), que apoya al Gobierno, una de las dos bases que lo apoyan, y el senador dice, mire, es tan urgente la seguridad que si no se decreta este estado de excepción intermedio, que además fue comprometido hace 10 días atrás para bajar una movilización muy fuerte, si no se materializa este estado, lo que necesitamos es el estado de excepción constitucional pertinente porque la situación está fuera de las manos, fuera de control».

Cerró con que «necesitamos resultados y yo observo a parlamentarios de la coalición de apoyo del Presidente que lejos de entender esto, están en una disputa a ciegas. No es un problema de izquierda o derecha, es un problema de seguridad, básico, que cualquier Estado debe brindar a todas las personas que viven en una comunidad».

«DESESPERANZA»

«Fue por la detención de dos comuneros que, en un control vehicular el día anterior en la comuna de Tirúa, le encontraron 500 tiros y fueron detenidos. Eso produjo que una turba atacara la comisaría de Tirúa, a la Municipalidad de Tirúa, el BancoEstado y en esa misma noche en Quidico quemaron otra propiedad de otra vecina. Y anoche, alrededor de las 00:45 llegó también un grupo disparándole al retén de Quidico y, posteriormente, bueno… Finalmente, terminaron su accionar quemando el hotel».

Así comienza el relato de Fernando Fuentealba, dueño del Hotel Küref, el cual fue blanco de un ataque incendiario durante la noche de este viernes, en la comuna de Quidico, Región del Biobío.

Si bien el también presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de la Macrozona Sur, comenta a Emol que el atentado esta vez no fue directo hacia su propiedad, recalca que no se trata de la primera vez que el recinto era objeto de ataques.

Tal como lo relata Fuentealba, era pasada la medianoche cuando su hijo recibió el llamado de uno de sus amigos dándole a conocer la noticia. «Un amigo de mi hijo nos llama por teléfono y le dice ‘oye enanito, tengo malas noticias. Te mandé unos videos, atacaron el retén, hay una vecinas heridas y le prendieron fuego al hotel’. Nos mandó el video, y bueno, todos nos quedamos en silencio y mirándonos con una desesperanza y varios sentimientos encontrados», sostiene.

De acuerdo con la información establecida por Carabineros, el Hotel Küref fue rociado con algún líquido acelerante y posteriormente fue incendiado por un grupo de desconocidos, quedando completamente destruido. Sin embargo, no es la primera vez que este recinto es atacado, pues en años anteriores se registraron disparos en el lugar.

«No es la primera vez, había sufrido dos ataques armados al hotel, incluso estando mi familia adentro y turistas que se vieron afectados, a sus vehículos los balearon a escopetazos, les volaron todos los vidrios. La sensación no es la mejor, hay una seguidilla de hechos violentos y amenazas de muerte, intentos de homicidio en mi automóvil y por el simple hecho de encabezar la visibilización de la pérdida del Estado de derecho de muchos compatriotas o vecinos», menciona.

Dadas las características y las consecuencias que dejó este último ataque en su hotel, el también presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de la Macrozona Sur relata que, «en este caso el daño es mayor porque, efectivamente, este hotel no pertenece a una cadena ni a grandes capitales. Estaba plasmado ahí muchos años de esfuerzo, de trabajo, de esfuerzos y sacrificios familiares y que hoy en día, nos tienen absolutamente quebrados y en una situación complicadísima desde el punto de vista familiar, porque las amenazas de muerte continúan y ahora sin poder apelar a nada».

Al momento de recordar el significado de este recinto para él, su familia y para la comuna, Fuentealba menciona que este hotel no sólo era una fuente de ingresos, sino que además se trataba de una luz de esperanza para los vecinos de Quidico, quienes veían las instalaciones como un símbolo del turismo.

«El hotel en general era un bastión que estaba quedando, como un símbolo que incluso la comunidad veía con esperanza que en algún minuto esto iba a parar y volver a ser el hotel emblemático de la localidad donde llegan extranjeros, artistas y turistas. Esto no sólo produjo una pérdida material, sino que también un símbolo psicológico para la población de Quidico que hoy, muchos vecinos me escriben y me llaman para decirme ‘con el hotel se murió la esperanza de recuperar el turismo en nuestra zona‘», indica.

Pese a ello, el emprendedor reconoce que al Hotel Küref, «cuando comienza todo este tema de la violencia en la zona, lo publiqué en venta, pero por razones obvias nunca había interesados. Veían que era una zona declarada como ‘roja’ y nadie compra. Muchas familias quieren irse del lugar por el daño psicológico que tienen sus hijos y adultos mayores, pero nadie compra«.

«Por eso en su momento manifesté que el Estado debía hacerse hecho responsable, y así como destinan $35 mil millones para la Conadi, también debieron haber incorporado la ayuda para ir en reparación de las víctimas, a la gente que se quiere ir (…) Además que vemos a una autoridad que no quiere responderle a las víctimas».

«Siempre están pensando en compensar a una etnia determinada y no entienden que esto tiene que ver ni con ideología ni con un problema étnico. Aquí es crimen organizado, terrorismo y que está tomándose una causa, y lamentablemente dañando a personas comunes y corrientes. Somos pequeños emprendedores que lo perdemos todo de un día para otro», lamenta.

(Emol T13)

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