Abrir los ojos

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Si algo me abruma, es la creencia que en la política o en la Constitución se determina el futuro de Chile. En parte es cierto, pueden dañar o ayudar. Pero en la calidad de vida de Chile y su pueblo otros son más determinantes. La economía nacional está en rápida declinación, disimulada por la repartija; y la global está abandonando a Chile. Pocos invierten, a lo más compran; aumenta el déficit fiscal y se pronostican recortes presupuestarios.

Boric propone subir los impuestos en un 8,5% del PIB en un proceso progresivo de ocho años, o sea, a 2030 recaudaría unos US$ 25.000 millones anuales más, a PIB constante. La mayoría dice que se le pasó la mano. Pero tampoco alcanza. Si se aprueba el cuarto retiro, se habrán liquidado más de US$ 60.000 millones de ahorros para pensiones. Y quieren mejorarlas, o sea, reinyectar lo retirado y sumar más. Agreguemos a eso promesas cuantiosas de gasto en salud, educación, vivienda y un cuanto hay.

Con los tres retiros e IFE, la inflación proyectada se fue un 50% arriba de la tasa máxima de los últimos 30 años y comenzaron a subir los costos de los créditos hipotecarios y de inversiones de largo plazo.

¿Qué harán con los dueños de AFP los candidatos que prometen terminar con ellas o retirar un 100%? Cinco de siete AFP son empresas globales controladas desde EE.UU., Europa y Colombia. Aseguradoras de renta vitalicia iniciaron, con fundamento, recursos judiciales contra Chile en el CEADI del Banco Mundial. El sistema financiero internacional comenzó a reaccionar.

Sigue subiendo el porcentaje del Ebitda de empresas del IPSA que proviene de inversión en el extranjero o de exportaciones. Se acerca al 50%. Cada día la gran empresa depende menos de lo que ocurre en Chile. Esas mismas que antes repartían un 30% de sus utilidades en dividendos, hoy distribuyen el 70% y hasta el 100% de ellas; el disponible para inversión local se recorta. Salta el dólar: salen más de los que entran. Luego nos enteramos que Unilever deja de producir en Chile; que la neozelandesa Fonterra, dueña de Soprole, decide abandonar Chile (no obstante que el candidato Boric proclama a Nueva Zelandia como uno de sus modelos a seguir) y estos son solo ejemplos de un fenómeno más vasto. La gran empresa busca depender cada vez menos de la política chilena. Chile va dejando de ser atractivo para inversionistas nacionales y extranjeros…salvo para interesados en liquidaciones. Se ha vuelto barato. Muchos quieren vender, pero por lo mismo atraen la atención de aquellos inversores con espalda geopolítica que saben no serán afectados y pueden comprar barato, especialmente recursos naturales. ¿Quién va a expropiar el litio donde la china Tianqui es accionista relevante de SQM y también de su competidora Abermarle? El “extractivismo” de nuestra economía y lo estatal, pasan a ser el único interés seguro en ella.

Se acaba el tiempo de enmendar rumbo. (La Tercera)

Oscar Guillermo Garretón

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