A más de una semana de que culminaran los cabildos convocados por el gobierno, el presidente del consejo de observadores, Patricio Zapata, hizo un balance de la fase de participación ciudadana que consideró el proceso constituyente.
A pesar de algunas críticas a la convocatoria lograda, el abogado valoró la cantidad de gente que asistió a los encuentros y destacó que jamás se trató de igualar al padrón electoral: “Nunca estuvo ni en la fantasía más desbocada que el padrón electoral fuera parámetro de participación”.
¿Por qué no?
Yo dije en enero que esperaba que hubiesen 2.500 encuentros locales y finalmente hubo nueve mil, por lo tanto, fue tres veces más que lo que pensé y por eso estoy satisfecho. Nunca pensé que esto representaba a las instituciones ciudadanas o al pueblo y por eso estoy genuinamente satisfecho y tranquilo.
Hubo personas que sí esperaban que “el pueblo” estuviera representado.
En un sistema democrático ningún grupo puede arrogarse la representación del pueblo. Si quieres saber lo que piensa el pueblo haces una convocatoria formal, una ley y con todas las garantías de un proceso electoral. Si 200 mil compatriotas ejercen su opinión vale mucho, pero no sustituye al pueblo. Además, hubo problemas por la brecha digital.
¿Entonces no se entendió bien el objetivo?
Caer en el otro extremo de pensar que esto fue como la encuesta Cadem o Adimark es no dimensionar el peso que tuvo el proceso.
¿Qué lecciones se aprendieron?
Como consejo debimos ser más ágiles en implementar una comunicación moderna con la ciudadanía y me hubiera encantado que hubiese existido un contexto político menos tenso entre gobierno y oposición.
¿Por qué?
Me habría gustado que existiera un marco de colaboración. Un acuerdo no de contenidos, pero sí de la metodología. Hubiera sido más fácil el trabajo con un contexto menos tenso entre gobierno y oposición.
¿El clima político actual complicó el proceso?
Creo que este proceso es lo que un doctor recomendaría para lo que estamos viviendo. Más que esperar una figura providencial que baje y diga “tengo la solución”, necesitamos sentarnos a conversar.
¿Sería complejo para la ciudadanía que esta participación no se traduzca en un proyecto de ley?
Lo que sería espantoso es que esas personas vieran que traicionamos su confianza y no pusiéramos en las bases ciudadanas cabalmente lo que se expresó en los diálogos. Si no colocáramos en las bases ciudadanas lo que se dijo, la decepción sería muy grande.
Lo que está en duda es si el gobierno tomará en cuenta las conclusiones de los cabildos para una nueva Constitución.
No creo que la gente esté esperando que todo lo que se dijo en los cabildos se transforme en nueva Constitución en dos o tres años más. Saben que es complejo. Si llegas a diciembre o enero sin un proyecto, dudo que la gente piense que el cabildo no sirvió de nada. Pero si la gente ve a fin de año un libro donde están recogidas esas ideas, se va a valorar.
Hay gente que cree que fue un ejercicio solo “para la foto” y que no se traducirá en algo concreto.
Sería demagógico garantizarle a alguien que por el hecho de involucrarse es 100% seguro que logrará todo lo que pide. Quienes participaron quieren influir y que las cosas cambien, pero no esperan soluciones mágicas ni inmediatas.
Varios observadores han reclamado por el retraso en la publicación de las actas de los encuentros locales por parte del gobierno.
Tenemos que transparentar todo lo antes posible, porque la gente tiene derecho. Si pasan los días y no entregamos la información, las personas con suspicacia dirán que hay gato encerrado. Por eso pedimos a los ministros ser más diligentes y proactivos.
¿Qué podría haber hecho mejor el gobierno durante el proceso?
Las críticas al gobierno las hicimos por ciertas fases del proceso y fueron constructivas. Si hay algo que demostramos como consejo fue nuestra autonomía. Ser observadores autónomos nos significó costos. A los consejeros más cercanos a la derecha les debe haber significado costos con amigos de centroderecha y a los oficialistas también. Puede que alguien nos haya dicho que se nos pasó la mano o fuimos demasiado autónomos. Pero los costos están pagados con el afecto de la gente en los cabildos.
Hubo momentos bastante tensos, como la cita con la Presidenta Bachelet y varias discusiones con ministros de La Moneda.
Nunca estuvo en el ánimo del consejo entrar en gallitos. Cada uno realizó su rol de buena manera.
La Presidenta tiene contemplada la creación de una comisión para elaborar el proyecto de ley de nueva Constitución. ¿Le gustaría formar parte?
Ayudaría a mantener la pureza del trabajo del consejo de observadores si fueran otras las personas que llevaran adelante esa tarea.
Muchos hablan de una crisis institucional y política en Chile. ¿Cree que este proceso ayudó?
Como sociedad estamos pidiendo a gritos más democracia, es decir, que se nos tome más en cuenta. Las regiones, mujeres, jóvenes, los pueblos originarios.
¿Cree que se agotó el sistema de gobernabilidad?
Diría que nuestras instituciones representativas insustituibles necesitan transfusiones y diálisis. Y esa limpieza es la ciudadanía. A quienes nos preocupa la democracia nos produce preocupación verla padeciendo de varios males. Hay que dar mayor legitimación a nuestras instituciones sin necesidad de calificarlas como muertas o postradas.
