La Unidad de Cooperación Internacional y Extradiciones de la Fiscalía Nacional se encuentra analizando las 200 páginas que le llegaron hace una semana como respuesta del Vaticano. El trabajo durante estos días se ha centrado en la traducción del italiano al español de los 20 documentos.
En la solicitud que la Fiscalía Nacional realizó en agosto del año pasado se pidieron los expedientes canónicos de más de 20 sacerdotes investigados por abuso, distribuidos en peticiones de cuatro fiscalías regionales: Valparaíso, O’Higgins, La Araucanía y Metropolitana Sur. Por ejemplo sólo en la fiscalía regional de Valparaíso se pidieron los expedientes de cinco sacerdotes pertenecientes a esa diócesis y que fueron investigados por abuso sexual.
Pese a la demora de siete meses, el Vaticano decidió no entregar el denominado informe Scicluna. Esta investigación fue realizada por el arzobispo de Malta Charles Scicluna durante su paso por Chile en febrero del año pasado. Según fuentes ligadas a la Iglesia, dicho informe es considerado como uno de los más importantes sobre la crisis desatada por los abusos en Chile. La investigación quedó plasmada en un informe de más de 2.300 páginas a las cuales sólo tiene acceso el Papa, Scicluna y el monseñor español Jordi Bertomeu.
La negativa a entregar el informe era esperable. Varios obispos han reclamado que las personas que fueron a dar su testimonio a esa instancia sólo lo hicieron en la confidencialidad de ese espacio por lo que liberarlo a la fiscalía sería pasar por encima de la voluntad de las víctimas. Este informe fue solicitado de forma especial por la Fiscalía Metropolitana Sur, que lleva la causa de los abusos cometidos por los hermanos maristas.
Antes de que el Vaticano respondiera a la solicitud que le hizo el Ministerio Público, la Fiscalía Nacional envió dos comunicaciones a Roma pidiendo la información a la brevedad, de las cuales nunca hubo respuesta hasta el viernes de la semana pasada, cuando la Santa Sede envió los documentos.
La Fiscalía Nacional calificó los documentos entregados por el Vaticano como una respuesta “parcial”. De hecho de todo lo que se pidió, sólo llegó el expediente canónico de un caso. Por eso, apenas la Unidad de Cooperación Internacional y Extradiciones termine de traducir y derivar los documentos a la fiscalía regional correspondiente, prepararán una tercera comunicación con el Vaticano. En ella la fiscalía volverá a recordar la solicitud original y pedirá que se entregue el resto de la información. (La Tercera)
