Así, no obstante su mayor o menor empatía con los diversos gobiernos desde entonces, cuando hubo terremotos como los de 1960 y 1965, temporales y otras calamidades que afectaron a nuestro país, sus integrantes fueron capaces de posponer sus diferencias con dichos gobiernos y ponerse al servicio de la recolección y distribución de ayuda a los damnificados, participar activamente en la reconstrucción, acompañar a las organizaciones sociales, colaborar con las autoridades de salud, etcétera, a través del voluntariado de los estudiantes de las diversas facultades.
Por tanto, es sorprendente, en medio de la mayor pandemia de las últimas décadas, que la actual FECh escoja este momento para hacer un planteamiento altamente politizado e ideológico, cuyo contenido debe y puede ser discutido, pero no en estos momentos.
Llamo a su directiva a honrar esta más que centenaria tradición, a dejar de mirarse el ombligo, a abandonar su egocentrismo y ponerse a disposición de las autoridades sanitarias y municipales para ayudar como voluntarios en tareas como: asistir a adultos mayores no valentes, distribuir remedios y alimentos a los adultos mayores, apoyar al personal de salud y otras tareas que les puedan encomendar las autoridades sanitarias.
¡Son tiempos de solidaridad, humanidad y no de ideologismos! (El Mercurio Cartas)
Jaime Ravinet De La Fuente
Expresidente de la FECh