Afuera se oyen las bocinas de los autos que pasan, suena un bombo fuerte, mientras cientos de personas gritan “¡Chile despertó!”.
Y qué despertar más hermoso ha sido. Con mejores y peores momentos, con llantos y alegrías, con dudas y aciertos, pero sobre todo, con una convicción colectiva que ha derribado la barrera de lo que por mucho tiempo creímos imposible.
Un 25 de octubre de 2019 nos encontramos con un propósito.
En ese entonces nos miramos y sin hablar entendimos que teníamos algo en común. Nos miramos y como chilenos y chilenas reconocimos nuestros dolores y nuestras luchas. Reconocimos esa desigualdad y esa injusticia que nos golpea día a día. Y nos dimos cuenta que no estábamos solos.
Ese 25 de octubre fuimos millones en todas las plazas de la dignidad, y en todas las grandes alamedas de Chile.
Y ayer, 25 de octubre de 2020, esos millones volvimos a salir para decir fuerte y claro lo que un pueblo entero gritó por 30 años y que la institucionalidad muchas veces desoyó.
Y lo hicimos en un escenario adverso. En medio de la peor pandemia del último siglo, con un país en crisis, y una democracia debilitada.
Lo contundente del triunfo del Apruebo sienta las bases sólidas del comienzo de un camino que no será fácil. Requiere todo nuestro trabajo, nuestra voluntad, nuestra capacidad de diálogo y de saber escuchar al otro.
Como clase política debemos, como es nuestro rol, ponernos al servicio de la ciudadanía, y ser canal de sus anhelos y necesidades. Y como Frente Amplio recogemos el guante.
Hay que ser capaces de construir con todos quienes quieran cambios que mejoren la vida de las chilenas y chilenos. Con todos quienes estén dispuestos a luchar por un seguro único de salud, por pensiones dignas, por acceso a una educación de calidad, por el derecho a la vivienda y al agua. Tenemos el tremendo desafío de crear una Constitución hecha en democracia, por hombres y mujeres, que deje atrás el Estado subsidiario para pasar a ser un Estado garante de derechos.
Para eso, la articulación de las mayorías en función de lo que los chilenos y chilenas demandan es fundamental. Y la oposición tiene que estar a la altura.
Este 25 de octubre el país gritó a los cuatros vientos que es más lo que nos une que lo que nos divide.
Este 25 de octubre decidimos emprender un rumbo que ningún otro país ha recorrido antes. Este 25 de octubre nos ponemos a trabajar para lograr redistribuir el poder de forma justa.
Este 25 de octubre comienza un nuevo capítulo de nuestra historia. (El Mercurio)
