Diez soldados turcos y ocho civiles murieron luego de que supuestos militantes kurdos detonaran un camión cargado con cinco toneladas de explosivos en un puesto de control cerca de un cuartel militar.
El incidente tuvo lugar en el sureste del país, puntualmente en el cuartel de Gendarmería de Durak -a 20 kilómetros de Semdinli-, y en él otras 27 personas, incluidos 11 soldados, resultaron heridas.
La montañosa provincia de Hakkari, donde ocurrió el ataque, está cerca de las fronteras con Irak e Irán y es uno de los puntos más calientes del conflicto que enfrenta al Ejército turco con los militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) desde hace tres décadas.
El atentado ocurrió cuando un pequeño camión se aproximó al puesto de control de vehículos e ignoró una orden de detención, provocando que las fuerzas de Gendarmería abrieran fuego.
En ese instante fue detonada una bomba en el camión, que -según explicó el Primer Ministro, Binali Yildirim,- contenía unas cinco toneladas de explosivos.
La oficina del gobernador afirmó que se están realizando extensas operaciones en la zona por parte de unidades de comando apoyadas con medios aéreos para capturar a militantes del PKK, que se cree abrieron fuego antes del ataque para distraer a los soldados.
Las autoridades estaban en alerta por posibles atentados, debido a que se cumplen 18 años desde que el líder del PKK, Abdullah Ocalan, huyó a Siria antes de ser capturado por fuerzas turcas en febrero del año siguiente. Desde entonces, Ocalan está en la cárcel en una isla cercana a Estambul. (Emol-Reuters)
