Senador Orpis: "En la pesca, la industria actuó como conjunto"

Senador Orpis: "En la pesca, la industria actuó como conjunto"

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Jaime Orpis se emociona, toma un cigarro, lo prende, fuma dos veces, mira fijo y dice: “No. Yo no estoy esperando que me perdonen. Ellos tampoco esperan nada”.

Está hablando de “los residentes”, personas a las que clínicamente se les denomina de ese modo cuando habitan un centro de rehabilitación. Está hablando de la Corporación La Esperanza, porque el senador todavía no se perdona haber postergado ese lugar por ir a la reelección en 2009, periodo que hoy podría terminarlo desaforado.

Orpis siente más que nunca empatía con los residentes de su fundación, porque “lo que ellos me enseñaron”, explica, “es que el ser humano que es caído y que ha destruido su vida, y que ha cometido errores en la comunidad, con su familia, errores graves, ese ser humano es capaz de levantarse. Se arrepiente, enmienda y vuelven a ser útiles para la sociedad”.

A la espera de que la Corte de Apelaciones fije una fecha para que su defensa y la fiscalía se enfrenten respecto a quitarle o no sus derechos parlamentarios, el senador se resigna y reflexiona.

Existe una alta probabilidad de que le sean cesados sus privilegios como parlamentario. O mejor dicho, que su vida parlamentaria haya llegado hasta acá. ¿Cómo se siente frente a eso?

Estoy plenamente consciente del tema. Pero para mí tiene más valor enfrentarlo y asumir las consecuencias. No he eludido la acción de la justicia, y por lo tanto, uno tiene que tener la suficiente fortaleza para no solamente estar arrepentido de los errores, sino también para asumir las consecuencias. Y eso es lo que voy a hacer. Y si asumir significa estar desaforado o lo que sea, lo enfrentaré dando la cara como siempre.

¿Está preparado para una formalización o posterior juicio?

Estoy preparado para enfrentar a la justicia con todo lo que ello signifique.

¿Se ha enfrentado a la idea de que pueda haber cárcel en su condena, o incluso antes, a partir de su formalización?

Lo que diga la justicia. Cuando digo la justicia, eso es. Lo que sí, tengo la conciencia tranquila de dos cosas muy importantes: no me he enriquecido y nadie me ha comprado. He actuado con total independencia. Lo peor que le puede ocurrir a un servidor público es que le compren la conciencia y eso nunca nadie me lo ha comprado. Y tampoco me he enriquecido en la actividad pública. El resto enfrentaré las consecuencias y la acción de la justicia.

¿Se arrepiente de haber tenido una relación tan estrecha con Corpesca?

Uno se arrepiente de muchas cosas, entre ellas, te diría que lo que pasaba allí era que no quería ir a la reelección. Eso no me lo perdono. Y te diría que el tema de Corpesca y toda la actividad pesquera del norte se divide en dos fases que son totalmente distintas: una que es previa a la Ley de Pesca y otra durante su tramitación. Para mí el tema no era Corpesca. Para mí el tema era la actividad pesquera.

Pero por sentido común: Si estaba recibiendo aportes de Corpesca ¿no se cuestionó el hecho de que tratándose de un senador y en medio de la tramitación de una ley relacionada, al menos parecería dudoso el vínculo?

Es que te repito, creo que hay que separar la pre Ley de Pesca, que se demoró siete años y que al final, me siento plenamente orgulloso de que hicimos viable la actividad pesquera en el norte. Mi postura respecto a este tema la tomo cuando no tenía ningún, pero ningún aporte de Corpesca.

¿Influyó esa postura previa que describe para que después Corpesca le diera los aportes?

Es que, a ver… No sé si influyó o no. Para mí hay dos cosas distintas porque esta era una pelea regional. Y después viene la etapa de la Ley de Pesca, que ahí no es un problema regional, sino que un problema estructural de la industria. Ahí yo estuve en contra de ellos. Es decir, en una primera fase, yo estuve por una pelea regional y la tuvimos todos.

Pero en la segunda etapa ¿Era correcto recibir pagos?

Obviamente que es irregular. Y de eso yo estoy arrepentido y si tuviera que hacerlo de nuevo no lo haría. Pero sí tengo la conciencia muy tranquila porque actué con total y absoluta independencia. No actué en base a los intereses de la industria, porque yo estaba por desconcentrar la industria. Y ellos por concentrarla. Y para evitar las presiones, me retiré un año antes de la comisión de pesca. Porque era evidente que iba a ingresar el proyecto… El 31 de diciembre del 2012 había que tener despachado el tema. Y yo previendo que eso iba a ocurrir, me retiré de la comisión de pesca antes que se instalara la mesa pesquera.

Hay suspicacias respecto de que usted se fue de esa comisión previendo lo difícil que se haría sostener que mientras legislaba en ella, recibía aportes de Corpesca.

Yo no soy de la tesis de que uno tiene suspicacias o no las tiene. Yo le cuento como actué, independiente de las lecturas que tienen terceros, yo le voy a decir cómo actué. Yo no quise ser objeto de ningún tipo de presiones, quise actuar con total independencia respecto a este tema. Y previendo que venía la Ley de Pesca, precisamente me retiro para no estar sujeto a ningún tipo de presiones.

¿Presiones de Corpesca?

Cerré ese primer espacio en la comisión, para que no me metieran indicaciones, ni presiones. Quería actuar con mucha independencia en el tema. Cuando llegó a la Cámara de Diputados, el gobierno incorporó licitaciones obligatorias al proyecto, las que echaron abajo en la misma Cámara. Y cuando llega este proyecto al Senado, el gobierno las repuso. La industria estaba en contra de las licitaciones obligatorias.

¿Cuando comenzaron las presiones?

El gobierno se fija un periodo de indicaciones hasta el día 5 de noviembre de 2012, y el día 29 de octubre, el gobierno presentó sus indicaciones. Y ahí la industria (Corpesca) comienza a ubicarme a mí. Hay una serie de correos electrónicos que indican que yo no estuve disponible para tener ningún tipo de conversación con la industria durante ese periodo (muestra los correos).

¿Con esos correos busca acreditar que usted no fue digitado por Corpesca?

O sea, no quise ni siquiera recibir influencia de ella hasta que no se terminara el periodo de indicaciones que finalizó el día 5 de noviembre de ese año.

O sea, según su relato, durante el periodo de presentación de indicaciones usted no tomó en cuenta intereses de la pesquera.

Yo quería actuar con absoluta independencia. Lo que quería la industria era mantenerse concentrada porque ellos entendían que en el acuerdo pesquero habían cedido al sector artesanal un porcentaje, pero se negaban absolutamente al tema de la desconcentración. Y Corpesca era parte de la industria, y aquí la industria actuó en conjunto.

Senador, pero si buscaba independencia, ¿por qué mejor no renunciar a los aportes de Corpesca y listo?

Es que, a ver…. Yo reconozco que cometí un error ahí. De acuerdo. Pero a pesar de ese error que cometí, nadie me ha comprado en mi vida. Y esta no fue la ocasión en que me compraron.

O sea, parecía que lo compraron, pero no lo compraron.

Es que lo que pasa es que las cosas hablan objetivamente por lo que son. Esto no es invento mío. Ahí están las votaciones, ahí están mis actuaciones. La etapa pre Ley de Pesca fue una guerra, una pelea regional que hicimos particularmente contra el sur y el gobierno central. Y en la Ley de Pesca voté por la desconcentración, cosa en que la industria estaba en contra. Por lo tanto, sí, cometí errores en solicitar los aportes, pero esos errores en ningún caso me cambian la independencia con la que yo actué en todo lo que fue la tramitación de la ley de pesca.

¿Cómo sigue su salud?

Ha sido un proceso duro, difícil, porque tuve de por medio un infarto al miocardio. Y después tuve un periodo de un estrés de una depresión endógena muy fuerte de la cual estoy saliendo y recuperándome de a poco.

¿Su problema al corazón entonces quedó atrás?

Ha evolucionado de acuerdo a lo que corresponde y espero salir de esta crisis. Tengo 20 kilos menos de los que tenía en el mes de agosto. Yo he tratado de hacer un esfuerzo por recuperarme en los dos ámbitos y todavía los médicos no me dan de alta. Trato de mantener una rutina todos los días, no quiero estar totalmente inactivo.

¿Cómo ha sido estar fuera del trabajo legislativo de golpe?

Hay que asumir lo que uno tiene no más. Yo llevaba una vida muy activa. Todas las semanas viajando de Santiago a Valparaíso, a Arica y a Iquique. Era una vida muy intensa. Pero tampoco me he echado a morir. Además, estaba terminando un libro, estoy haciendo una última corrección. Y eso fue lo que me permitió en una primera etapa tener una actitud más reflexiva y empezar a caminar de nuevo. Me ayudó mucho en la primera fase del infarto.

¿Ese libro es sobre este caso?

No, no. Este es un libro que llevaba tres años escribiendo y que apuntaba a los 20 años de la Corporación La Esperanza. Por lo tanto, es un libro completamente atemporal. Es una invitación a las personas para que se dediquen al mundo de la pobreza, que en mi caso se expresa a través del tema de la rehabilitación de drogas.

¿No relata nada sobre este, el año más expuesto de su vida?

En el epílogo tomo el tema contingente.

¿Qué dice ese epílogo?

Abordo mi verdad. Abordo mi verdad completa de lo que ha pasado, particularmente con algo que jamás voy a aceptar, que es el cohecho.

Ha podido tomar contacto con internos del centro de rehabilitación que dirigía.

Los residentes han sido como mis hijos y ha sido doloroso para mí en toda esta etapa no estar en contacto con ellos… O sea, muy doloroso (se emociona).

Los residentes me cambiaron la vida, me cambiaron la manera de verla. Son personas que cometieron errores súper grandes en la vida y yo me reencontré con el ser humano a través de ellos. Porque por grandes que sean los errores, todos tienen una capacidad infinita de enmendar.

Al igual que los residentes de su Corporación, ¿usted necesita que la gente y la sociedad lo perdone?

No. Yo no estoy esperando que me perdonen. Ellos tampoco esperan nada. El ser humano tiene una capacidad infinita que es enmendar. Yo lo que digo es lo contrario, o sea, ellos lo que me enseñaron fue eso. Que ese ser humano, que es caído y que ha destruido una vida, y que ha cometido errores en la comunidad, con su familia, errores graves, ese ser humano es capaz de levantarse.

¿Usted se perdonó?

Estoy más en paz. Pero no me he perdonado. El perdón no es una cosa de un día para otro. He aprendido una dura lección: uno tiene que actuar coherente con su vocación y lo que piensa, porque de lo contrario, ocurren este tipo de cosas. Y obviamente que he cometido errores y voy a asumir las consecuencias. Y le pido disculpas a todas las personas que pude haber afectado.

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