Robótica e Inteligencia Artificial: una carrera sostenida hacia el futuro

Robótica e Inteligencia Artificial: una carrera sostenida hacia el futuro

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Seguramente al hablar de robótica e Inteligencia Artificial (IA) se vengan a la cabeza imágenes de cinematográficos y complejos mecanismos humanoides como Terminator, personificado por Arnold Schwarzenegger, o los insignes C3PO y R2-D2, de la saga Star Wars.

Si bien esos seres de ficción distan (aún) de la realidad, tampoco es una utopía pensar en ellos como una realidad no muy lejana. Eso sí, sería reduccionista limitar la discusión a este tipo de estructuras, más todavía cuando este campo de la ciencia avanza tan rápidamente y se dirige a múltiples sectores.

Antes de ahondar en sus avances resulta, en todo caso, pertinente hacer la diferencia entre ambos conceptos: la robótica hace alusión a una idea de estructura mecánica creada para realizar ciertas labores, mientras la IA es una ciencia de la rama de la cibernética, que tiene como fin crear máquinas inteligentes, capaces de «pensar».

El desarrollo de la Inteligencia Artificial experimentó un boom este año. Tanto, que varios expertos anticipan que sus avances en aprendizaje automático basados en capacidades de redes neuronales profundas están empezando a situarlos por delante de los seres humanos en más de un aspecto y que, en un lapso de tiempo más bien acotado, la posibilidad de que un robot pueda realizar muchas de las labores de los humanos dejará de ser un mero argumento literario.

Un punto que demuestra su vertiginoso avance es que la inversión privada mundial en esta disciplina saltó de US$ 1,7 trillones en 2010 hasta US$ 14,9 trillones en 2014, según datos de la empresa de software Quid Inc. Y eso sólo es el comienzo, ya que mientras más aplicaciones se descubran para materializar la computación cognitiva y más valor se saque de ellas, más podría invertirse.

Sobre sus alcances, el estudio «Disrupción digital: el multiplicador del crecimiento» de Accenture devela que la Inteligencia Artificial podría duplicar las tasas anuales de crecimiento económico hasta 2035, cambiando la naturaleza del trabajo y creando una nueva relación entre el hombre y las máquinas. Es más, según el informe, la IA podría incrementar la productividad hasta en un 40% por la transformación que hará en la manera de trabajar de los empleados, reforzando su papel e impulsando el crecimiento de los negocios.

«El potencial de la Inteligencia Artificial es ser un complemento del talento humano», cree Rodrigo González, presidente Ejecutivo de Accenture Chile.

La consultora también afirma que el país que sacará más provecho de este desarrollo será Estados Unidos, que podría ver cómo su crecimiento económico pasa del 2,6% al 4,6% en 2035. En el caso del Reino Unido, su expansión pasaría del 2,5% al 3,9%, mientras que Japón podría triplicar su incremento y Finlandia, Suecia, Holanda, Alemania y Austria, duplicarlo.

CONVIVIENDO CON ROBOTS AUTÓNOMOS

Más cerca de lo que cualquiera podría pensar y en ámbitos tan diversos como cotidianos, los robots y la Inteligencia Artificial están presentes en el quehacer diario.

Rodrigo Quevedo, presidente de la Asociación Chilena de Robótica (Achiro) y fundador de Rotatecno, empresa de soluciones tecnológicas, afirma que esta disciplina integra todo y puede aportar a prácticamente a todas las industrias, ya sea en el ámbito de robot de servicios o industriales.

«En la educación, la robótica educativa utiliza el robot como recurso tecnológico. En España se ha incorporado en las salas de clases y ya es transversal. En Chile estamos más atrás, pero ya son muchos los colegios que han adoptado los robots como recurso para generar amor por las ciencias, la ingeniería, la tecnología y las matemáticas», comenta Quevedo.

Explica que en el ámbito industrial, las empresas medianas comenzarán a adoptar robótica en sus procesos, mientras que las firmas especializadas requerirán robots para su operación con más frecuencia o en un mayor número de procesos. En salud, por otra parte, la robótica aumentará las capacidades de las personas, y en los próximos años será posible contar con tecnologías que puedan cambiar la vida de millones de discapacitados.

El gerente general de País Digital, Juan Luis Núñez, dice que la tecnología ya existe para el despliegue masivo de computación cognitiva.

«Los robots son simplemente los que le dan forma física a esta tecnología. Da igual si toma forma de robot tradicional, de mascota o de humano», asegura.

El gerente de Tecnología (CTO) de IBM Chile, Rodrigo Seguel, agrega que dependiendo de la definición que uno tenga de robots, «en muchas instancias ya están en el día a día».

Las críticas más comunes a la robótica y a la Inteligencia Artificial están normalmente influenciadas por los prejuicios. Eso explicaría que casi todos los resquemores van dirigidos a pronósticos más propios de la ciencia ficción que de la realidad, en los que típicamente se imagina un sistema inteligente que se sale de control y que trata de conquistar al planeta subyugando a los humanos.

Y en el plano laboral también existe el temor de que los robots vayan ocupando cada vez más puestos de trabajo que en su momento desempeñaban humanos o bien que se vea reducido el número de empleados necesarios para determinadas funciones.

Núñez descarta de plano estas creencias y asegura que de acuerdo a la investigación realizada por Accenture, los empleados reciben positivamente las tecnologías digitales, pues piensan que mejorarán sus perspectivas laborales.

«Parece que estaría quedando atrás la idea de que las máquinas sustituirán a las personas, hoy existe mayor conciencia de que la automatización permitirá al talento especializarse en trabajos menos repetitivos y más estratégicos», señala Núñez.

Quevedo sostiene que «así como el automóvil modificó la manera de transportarse, la robótica liberará al hombre de tareas rutinarias y peligrosas, otorgándole más tiempo para ser hombre y desarrollar al máximo sus capacidades netamente humanas».

PARA ENFRENTAR LOS RESQUEMORES

Como persisten dudas respecto del nivel de aceptación que mostrarán los ciudadanos hacia la Inteligencia Artificial, las multinacionales Amazon, Facebook, Google e IBM decidieron aliarse para formar una asociación sin fines de lucro con el objetivo de transmitir las ventajas de las tecnologías cognitivas.

Bajo el nombre de «Asociación para la Inteligencia Artificial para el beneficio de las personas y la sociedad», se propusieron la propagación de las mejores prácticas para el desarrollo de proyectos de IA, según explicaron en una declaración conjunta.

Seguel comenta que un factor que motivó esta decisión fue darse cuenta que para obtener el mayor beneficio e impacto positivo para los usuarios de las tecnologías de IA la mejor opción era crear una instancia donde existieran múltiples partes interesadas en identificar y abordar los desafíos y oportunidades.

«Todas las compañías involucradas han estado desarrollando tecnologías relacionadas con IA durante años. A principios de 2016, varios científicos de investigación en las empresas iniciaron discusiones informales sobre la posibilidad de juntarlas para formar una organización sin ánimo de lucro, encargada de la exploración y el desarrollo de mejores prácticas», precisa.

Ante posibles y esperables suspicacias, el ejecutivo aclara que la alianza, al no buscar utilidades, «no tiene la intención de presionar a los gobiernos u otros órganos de política pública, sino que se tratará de una guía».

Respecto de por qué esta tendencia aún no se masifica en el mundo, el CTO de IBM puntualiza que se trata de una tecnología que atraviesa recién el comienzo de la «curva de adopción». Esto quiere decir que la humanidad, en su conjunto, está en los primeros peldaños hacia la convicción plena de que la IA viene a ayudar en el día a día a resolver problemas importantes que prometen elevar la calidad de vida de las personas, cuyas soluciones pueden ser utilizadas para resolver retos globales de la humanidad. «Es una colaboración, un asistente al ser humano», resume.

Con ese mismo horizonte, Microsoft anunció en septiembre la creación de Microsoft AI and Research Group, una nueva unidad destinada a mejorar la IA de sus productos que pretende «democratizar la Inteligencia Artificial», según explican en su sitio web.

Hasta el famoso astrofísico británico Stephen Hawking se unió a esta tendencia, inaugurando un centro destinado a la investigación de la IA en la Universidad de Cambridge, cuyo objetivo es analizar a fondo sus aplicaciones. El científico advirtió en esa ocasión que «el surgimiento de una poderosa Inteligencia Artificial será lo mejor o lo peor que le haya pasado a la humanidad».

INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y ROBOTS EN CHILE

En Chile, la inteligencia artificial ya es una realidad y es utilizada por empresas y desarrolladores de tecnología, comenta Juan Luis Núñez.

«Por ejemplo, la primera plataforma de tecnología abierta (IBM Watson) está disponible y ayuda a las organizaciones a aprovechar el poder de la computación cognitiva para transformar industrias, desarrollar proyectos y aplicaciones», explica.

A pesar de que Brasil es el país que lleva la delantera a nivel regional en computación cognitiva, para el experto, acá existen interesantes iniciativas como la propuesta por Inacap, que ha introducido la cocina cognitiva a su malla curricular para enseñar a sus alumnos de gastronomía a innovar en combinaciones de alimentos.

Asimismo, en el área de la salud, la empresa Toth emplea cognición para llevar la medicina a lugares donde no existen especialistas, tanto en Chile como en otros países de América Latina y hasta en África.

Si se quiere predecir qué sectores productivos serán los primeros en implementar estos avances, el ejecutivo afirma que «la respuesta es cualquiera». Es decir, cualquier industria que tenga un volumen de información almacenada en forma de idioma escrito, hablado o imágenes, puede hacer uso de la IA para asistir a los expertos en la toma de decisiones. Por lo tanto, sostiene, la inteligencia cognitiva se verá desplegada en banca, salud, retail, transporte y minería, por mencionar algunos.

«Cada día el mundo genera 4,5 trillones de bytes de datos de una variedad de fuentes diferentes tales como datos personales, posteos, fotografías, videos, registros de compras, pronósticos meteorológicos y mucho más. Esta cantidad de información es imposible de procesar para los humanos y necesitamos la ayuda de la computación cognitiva para obtener información valiosa», destaca Núñez.

En cuanto a la robótica, Rodrigo Quevedo explica que sus avances, sobre todo las nuevas tecnologías de fabricación, han permitido desarrollar aplicaciones que comienzan a beneficiar a distintas industrias.

«Nuestro país, con Codelco en consorcio con otras empresas, fue pionero en desarrollar aplicaciones robóticas para minería», recuerda.

«Chile cuenta con una ubicación privilegiada respecto a la región en robótica en general. El trabajo de hace muchos años de distintos entes, personas y organizaciones ha comenzado a dar frutos. Muchos jóvenes estudiantes se han medido y formado en el extranjero, ya sea compitiendo en torneos complejos y avanzados de robótica o participando en proyectos de desarrollo. Esto finalmente ha permitido transferir conocimiento a nuestro país y lograr conocer y utilizar tecnologías avanzadas», agrega.

Bajo su prisma, el camino que debe seguirse está dado por el trabajo que puedan hacer las universidades.

UN PERO AL SISTEMA

Pese a que como explica Quevedo, fundador de Robotics Lab SCL, el primer laboratorio de robótica del país , efectivamente existen distintos programas gubernamentales para el emprendimiento e innovación en temas ligados a tecnologías, algunos proyectos se quedan «alejados» de los criterios de evaluación. Por otra parte, los tiempos entre el «aparato estatal» y los investigadores y creadores, atentan contra un avance más auspicioso.

«Lo que hemos observado, es que a veces nuestros proyectos de innovación se ven muy lejanos para el evaluador, como es el caso del Over Mind, que es nuestra silla neuro controlada para pacientes con movilidad asistida. Les parece que no es posible o que se ve poco claro el mercado, ya que el 1% de la población mundial requiere esta tecnología, pero son 50.000.000 de personas los usuarios potenciales», explica.

Otro factor que juega en contra, añade, es la velocidad de desarrollo, ya que los investigadores suelen ser mucho más rápidos que el proceso de postulación a un fondo.

«Cuando tenemos que hacer algún proyecto, nuestro estándar mínimo es de seis semanas y máximo de seis meses, por lo que finalmente nos hace no postular a los programas de prototipos, porque al momento de obtener el fondo, posiblemente ya lo tenemos resuelto», finaliza el presidente de Achiro.

 CASOS DE ÉXITO EN EL MUNDO

La Inteligencia Artificial se ha convertido en el punto de mira de las grandes tecnológicas durante los últimos años, las que han estado experimentando nuevas formas conversacionales para interactuar con los sistemas computacionales.

Y han revolucionando la industria de manera inesperada con varios casos de éxito.

Uno de ellos es Amazon con el lanzamiento de «Echo», un dispositivo de comando de voz diseñado en un comienzo para conectarse a Internet y reproducir música, pero al que en menos de doce meses se le incorporaron mejoras para controlar todos los accesorios de una casa, como luces, enchufes e interruptores.
Google también ha invertido en sistemas basados en el lenguaje. Su famoso traductor (Google Translate, que ya cumplió una década) contará próximamente con un nuevo algoritmo completamente basado en lo que se conoce como «aprendizaje profundo», siendo para varios expertos un paso decisivo en el desarrollo de su Inteligencia Artificial.

El aprendizaje profundo es una técnica informática que trata de procesar enormes cantidades de información para solucionar problemas que los seres humanos aparentemente resuelven de forma intuitiva. Entre sus campos de aplicación se cuentan el reconocimiento de rostros y la comprensión del lenguaje.

Bautizado como Google Neural Machine Translation (GNMT), y de acuerdo a lo que señala la compañía en su blog de investigación, el nuevo sistema reducirá los errores de traducción de la versión actual entre un 55% y un 85%.

En ese mismo campo, el equipo de la división de Inteligencia Artificial e Investigación de Microsoft anunció hace poco un hito incluso mayor: su sistema de reconocimiento de voz alcanzó un margen de error del 5,9%, cifra a la par de las capacidades humanas. O, dicho de otro modo, ya hay máquinas que transcriben como nosotros.

Y hace unas semanas el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, presentó a su mayordomo virtual, una especie de ayudante inteligente al estilo de Jarvis (mayordomo incorpóreo de Iron Man), capaz de ayudarlo tanto en labores de trabajo como controlando la domótica de su hogar.

 ÍCONOS:DE «ELEKTRO» A «CURIOSITY»

El ingeniero francés Jacques de Vaucanson es considerado el creador del primer robot luego de construir en 1737 «El Flautista», una figura de tamaño real de un pastor, que era capaz de tocar el tambor y la flauta, con un repertorio de doce canciones.

En un tiempo en que este tipo de aparatos mecánicos eran considerados una excentricidad en Europa, su creación fue reconocida como una revolución de la mecánica realista. Su obra maestra fue el «El pato con aparato digestivo», que tenía más de 400 piezas móviles, podía batir sus alas, beber agua y digerir granos.

Pero, el primer robot como se les conoce en la actualidad fue «Elektro», creado por la sede en Pittsburgh de Westinghouse Electric Corporation, entre 1937 y 1938. Medía dos metros, pesaba 120 kilos y tenía una apariencia humanoide. Podía caminar por comando de voz y decir 700 palabras. Su cuerpo consistía en un engranaje de acero y su esqueleto de levas, un elemento mecánico hecho de un material que va sujeto a un eje. Estaba cubierto de una piel de aluminio.

El primer robot industrial fue creado por el inventor estadounidense George Charles Devol, quien patentó en 1948 un manipulador programable que fue el embrión de un dispositivo de transferencia programada de artículos creado también por él en 1954. Además, junto al director de ingeniería aeroespacial de Manning Maxwell y Moore, Joseph F. Engelberger, creó la primera compañía fabricante de robots: la Consolidated Controls Corporation, que más tarde se convirtió en Universal Automation, la primera empresa robótica de la historia. En 1960 consiguieron un contrato con General Motors para instalar un brazo robótico, el Unimate, en su fábrica de Trenton. Esa máquina fue considerada el primer robot industrial y su función era levantar y apilar grandes piezas de metal caliente.

En 1997 se conoció con nombre propio a la primera estrella de la Inteligencia Artificial: Azul Profundo (Deep Blue). Un supercomputador creado por IBM que se enfrentó al campeón mundial de ajedrez, Gary Kasparov, y por primera vez una máquina venció a un ser humano en una competencia de esta disciplina. La máquina fue capaz de analizar 200 posiciones en un segundo.

En 2002 la empresa estadounidense iRobot creó el primer producto comercial exitoso para el uso en el hogar basado en el principio de Inteligencia Artificial: la aspiradora autónoma Roomba.

A fines de 2008, una pequeña ayuda apareció en el nuevo iPhone: una aplicación de Google que reconocía la voz. Suena simple, pero es uno de los mayores descubrimientos en este campo. Miles de poderosos computadores, funcionando de forma paralela y aprendiendo patrones a partir de enormes volúmenes de información entregados por los usuarios, lograron llevar la cifra, de acuerdo a sus investigaciones, al 90% de exactitud en el reconocimiento del habla humana.

El 6 de agosto del 2012 a las 05:31 A.M., el robot explorador Mars Science Laboratory, conocido como «Curiosity», llegaba al cráter Gale en la superficie de Marte enviando sus primeras imágenes a la Tierra. Su misión logró tomar docenas de muestras de suelo y polvo rocoso marciano para su análisis y proyectar una eventual vida en ese planeta. (DF)

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