Principales bancos de EE.UU. pasan último test de estrés de la FED

Principales bancos de EE.UU. pasan último test de estrés de la FED

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Se había convertido en uno de los grandes dolores de cabeza para los principales bancos de Estados Unidos. Porque los test de stress que comenzó a aplicar la Reserva Federal en ese sector, después de la crisis subprime, nunca había sido superada por todos. Hasta ahora.

Según informó la FED, estas instituciones financieras ya cuentan con un capital suficiente como para soportar las turbulencias de una eventual recesión, prolongada y global.

Es más, según los resultados dados a conocer, las 33 mayores entidades, como JPMorgan Chase, Citigroup, Bank of America y Wells Fargo, cuentan con más capital que el acumulado hasta 2015 e incluso, si llegaran a enfrentar pérdidas de miles de millones de dólares por préstamos impagos como resultado de una crisis económica, que seguirían funcionando.

Esta es la sexta ronda de pruebas de estrés que la Fed ha hecho, a partir de 2009.

Y el mercado premió estos resultados: es así como Bank of America -hasta las 17:20 hrs. del jueves- había avanzado 3,16%, JP Morgan había hecho lo mismo en 2,14%, Goldman Sachs otro 3,05%, mientras que Citigroup es el que ha sido más beneficiado por los inversionistas, con un alza en la jornada de 4,17%.

EL CITI

El caso del gigante internacional Citigroup era emblemático en el mercado. Esto debido a que éste no logró pasar la prueba en dos ocasiones, en 2012 y 2014, en parte debido a las preocupaciones de los reguladores sobre la capacidad del banco de evaluar el riesgo potencial al que se enfrentan sus operaciones globales.

A modo de ejemplo, esa entidad es socia del grupo Luksic en el Banco de Chile, el mayor en términos de participación de mercado por créditos en nuestro país.

Y como «premio» por haber superado el desafío, ahora los accionistas podrían recibir un mayor porcentaje de reparto de utilidades, ya que la FED les permitió aumentar su política de dividendos desde la crisis subprime.

Cabe recordar que a partir de 2008 varios grandes bancos «colapsaron» o debieron ser comprados, todo dentro del rescate que se estaba haciendo para que el sector no quebrara. Las pérdidas fueron tan grandes que los contribuyentes norteamericanos debieron aportar $ 700 mil millones para ello. (DF)

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