Piñera: No existe el riesgo cero

Piñera: No existe el riesgo cero

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Hasta ahora pareciera que le ha salido todo bien al ex presidente Piñera en su nueva aventura por llegar a La Moneda. La inauguración del comando y la nueva imagen corporativa, sospechosamente parecida a la estrella del SI en el plebiscito que buscaba perpetuar a Pinochet en el poder, fue un acierto en los medios. Como regalo del cielo tuvo la visita inesperada del ex ministro Pacheco, que pareciera que fue a tomar clases sobre cómo lograr que un ex presidente llegue a primarias. El contraste del desastre de la Nueva Mayoría con el cuidadoso diseño de presentación en sociedad del neopiñerismo salió perfecto.
Piñera ha trabajado concienzudamente para este momento y ha tratado de minimizar todos los riesgos posibles. Puso sus bienes en un fideicomiso más ciego que el anterior, aunque tendrá las mismas sospechas. Logró meter en la primaria a su Salieri, el senador Manuel José Ossandón, colocándole fecha de vencimiento el día que se abran las urnas. Para desmarcarlo diseñó una sucursal liberal llamada Felipe Kast, que dedica buena parte de su campaña a cauterizar al díscolo ex alcalde y con ello ahorra al ex presidente tener que enfrentarlo. También se rodeó de un equipo técnico de buena calidad, que ha sido validado por su sector, y pareciera que tiene propuestas más aterrizadas, aunque más conservadoras, que los sueños grandilocuentes de la vez anterior.
Pero nada de eso le garantiza La Moneda a Piñera. Ni siquiera el desorden generalizado que tiene la actual coalición oficialista y las pruebas de gobernabilidad que tiene que rendir el Frente Amplio, que está todavía en el espacio de los sueños más que de las propuestas. Aunque siga minimizando riesgos, más peligroso se pondrá el barrio a medida que avanza la campaña.
El matemático libanés Nassim Taleb plantea esto como la “paradoja del cisne negro”. Solemos prepararnos para aquello que podemos predecir, pero los acontecimientos suelen tener rarezas que siquiera podemos imaginar. El solo hecho de que Piñera no tenga 30 puntos en las encuestas, hecho que no había ocurrido antes, pues en los otoños previos a elecciones anteriores el candidato que se convertía en Presidente ya tenía más de ese dígito, prueba que se ven cisnes negros en el horizonte. El pesimismo de la Nueva Mayoría es también erróneo. Que sus dirigentes políticos cometan error tras error no ha implicado en ningún momento mayores puntos para Piñera. Hay demasiadas incertezas para aventurar un resultado.
Algunos hechos darán más señales de cómo viene el camino. Un primer elemento será cuántas personas van a votar a la primaria, y quiénes van a votar a cada una. ¿Qué harán los 2 millones que fueron la vez pasada a la de la Nueva Mayoría? ¿Irán al Frente Amplio seducidos por su mesianismo, participarán en la de la derecha para votar por Ossandón y darle un trago amargo a Piñera?
También el curso de los asuntos judiciales no es tan claro. El propio fiscal nacional ha cambiado de posición y, de tratar de contener las investigaciones políticas, se ha convertido, incitado por sus mediáticos subordinados, en un propulsor de eliminar las atribuciones del SII para delitos tributarios y, con ello desatar, antes que lleguen las prescripciones la enorme caja de Pandora de financiamiento de la política. Piñera puede ser víctima de este nuevo giro del Ministerio Público.
Ossandón es también sorpresivo e impredecible. Y no hay que olvidar la historia. Al final del día, Salieri sobrevivió, sin mucho talento, a Mozart. (La Tercera)

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