El traslado del monumento ecuestre del General Baquedano marcó el hecho político de la semana antepasada, desde donde se derivan una serie de conclusiones, pero sobre todo preguntas, para quienes dirigen el país, especialmente el Presidente de la República. Luego, durante la semana que termina aparecieron dos hechos politicos de esa envergadura: la entrevista al asesino del Senador Jaime Guzmán, por un canal de TV abierta, donde prácticamente se rindió un homenaje a su perpetrador y donde este calificó el asesinato como un error politico, pero éticamente correcto; y luego, la elección como Presidente del Senado de Yasna Provoste, quien reemplazó a Adriana Muñoz, plantea la interrogante sobre si ella tendrá un comportamiento similar a su antecesora, o se abrirá a la institucionalidad bajo las reglas de la actual Constitución, la cual continúa vigente.
La remoción de la estatua ecuestre no sólo simboliza una acción para protegerla del continuo vandalismo que ha sufrido desde el 18 de octubre de 2019. Violencia irracional que también refleja la debilidad de La Moneda para mantener el orden público y el Estado de Derecho, seriamente amenazado, sin una respuesta que todos sabemos frente a la violencia, corresponde el uso de la fuerza, por intermedio del gobierno, que le ha sido encomendada al Estado como corresponde en una sociedad, que sigue las reglas de la democracia. Pero no solo es el monumento ecuestre; son miles los chilenos que han sufrido y han sentido miedo por las hordas que cada viernes han asolado los alrededores de la plaza Baquedano, quemamdo una serie de edificios públicos, entre ellos iglesias, universidades, museos, y robando, asaltando y quemando restaurants y propiedad privada de la zona, sembrando el desempleo y desesperación de sus trabajadores que ganan honradamente su sustento y el de sus familias.
¿Por qué La Moneda permitió esta barbarie? ¿Qué es lo que no conocemos los ciudadanos de a pie? ¿Por qué no tomó medidas antes, como las implementadas el viernes 12 de marzo con el copamiento de la plaza? Ciertamente que la máxima autoridad del país le debe una explicación detallada y contundente a las víctimas de estos desmanes, y yo al menos espero que el Presidente le pida perdón a la mayoría, millones, que lo eligieron para que ejerciera la primera magistratura de la nación.
En el plano ecónomico, sabemos que el comportamiento de la trayectoria de la economía continuará débil. Ya sabemos que el Imacec de enero mostró una caída del 3,1%. Febrero también observará una caída con cifras negativas, y ahora la duda es marzo: suponíamos cifras positivas, pero las restricciones adicionales a causa del rebrote después de las vacaciones probablemente incida negativamente.
La baja base de comparación con 2020 ha entusiasmado a algunos analistas para indicar que el 6% de crecimiento indicado por el FMI para 2021 es factible. A contrario sensus, yo creo que el crecimiento efectivo está más cerca del 2%, cifra que aparecerá durante 2022. De ahí la lenta recuperación del empleo de calidad, la falta de inversión, la que no permitirá la recuperación del consumo en forma permanente y estable.
La clave es estabilidad política e impacto en mayor inversión, la que este año sólo recuperará, con mucho optimismo, sólo la mitad de la feroz caída durante 2020. No recuperaremos este año ni los niveles de actividad ni tampoco los niveles de inversión que exhibía la economía con anterioridad al llamado estallido social y a la pandemia.
Las cifras entregadas de las cuentas nacionales, por parte del Banco Central, que muestran una caída de 5,8% del PIB durante 2020, vienen a confirmar la lenta recuperación que mostrará la economía durante este año 2021. En efecto, mitigó la caída un cuarto trimestre de 2020 que mostró crecimiento del consumo por primera vez desde el inicio de la pandemia y los efectos del llamado estallido social. Sabemos, sin embargo, que aquello, el mejor comportamiento de la economía, se debió al impacto de los dos retiros desde las cuentas de capitalización individual, es decir la recuperacion del cuarto trimestre es de carácter transitorio.
Para que exista un fenómeno de carácter permanente debe aumentar el empleo de calidad, el cual no encontrará una trayectoria de estabilidad mientras continúe el bajo crecimiento de la inversión, amenazado por factores de inestabilidad política en un año electoral como el que enfrentaremos. (El Líbero)
Alejandro Alarcón
