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Datos y cifras de Kast y Jara: mañana se disputan la Presidencia

El siguiente es el «cara a cara» presidencial en cifras relevantes, entre la candidata del Partido Comunista, Jeannette Jara, y del Partido Republicano, José Antonio Kast, quienes aspiran a gobernar Chile durante los próximos cuatro años

Equipo multimedia Emol: Infografía: Johanna Mellado, Emol | Contenido: Vladimir Núñez, Emol | Fuente: BCN / InfoProbidad / ServelRecursos: Flaticon

La agenda legislativa pendiente: reformas políticas, judicial y el CAE

Tras las elecciones presidenciales, el Senado y el Gobierno han abierto un portal legislativo para impulsar reformas políticas y sectoriales consideradas urgentes. El objetivo es aprobar y promulgar un paquete de leyes antes de que asuma la próxima administración en marzo, aprovechando un diagnóstico transversal de que el sistema actual, a merced de legisladores díscolos, está funcionando deficientemente.

REFORMAS POLÍTICAS Y CONTROL DEL DISCOLISMO

Dada la premura, la Sala de la Cámara Alta votará el próximo martes el proyecto del Ejecutivo que busca «promover la gobernabilidad». Esta iniciativa contempla medidas para frenar la creación de nuevos partidos, limitar la presentación de candidaturas independientes (incluidas las presidenciales) y controlar el llamado «discolismo» parlamentario.

Este texto se complementa con otra reforma constitucional transversal que establece un umbral mínimo para que los partidos obtengan escaños de diputados (5% de los votos o al menos ocho parlamentarios). Crucialmente, esta reforma incluye una cláusula para la cesación del cargo del legislador que renuncie a su colectividad o bancada de origen, punto que goza de amplio apoyo, desde el PC hasta el Partido Republicano.

LA URGENCIA DE MODIFICAR EL PODER JUDICIAL

El ministro de Justicia, Jaime Gajardo (PC), dejará a su sucesor un proyecto avanzado para reformar el sistema de nombramientos judiciales. Esta iniciativa, acelerada por el escándalo de corrupción revelado por los chats de Luis Hermosilla, busca modificar un sistema que incentiva el tráfico de influencias y el besamanos.

La propuesta central del Ejecutivo es crear un Consejo de Nombramientos para que el Presidente designe a los jueces de letras y de Cortes de Apelaciones en base a una selección técnica por puntaje, retirando esta facultad de las cortes.

Dado que los tiempos son escasos, será la próxima administración la encargada de promulgar esta reforma, que se intenta concretar desde 1991. Mientras Jeannette Jara (PC) ha manifestado su interés en modernizar y transparentar el sistema, José Antonio Kast ha dado señales de querer «sacar a la política del nombramiento para que no se plantee esto de los cuoteos».

CAE: LA CONCESIÓN DEL GOBIERNO PARA CUMPLIR LA PROMESA

El proyecto que crea el Sistema de Financiamiento para la Educación Superior (FES), la promesa más emblemática del gobierno de Gabriel Boric, se ha alejado de la condonación total del CAE, un «costo político inevitable» asumido en La Moneda para lograr su aprobación. El objetivo central es terminar con el CAE y sacar a la banca del sistema.

Las presiones del Congreso han obligado al Gobierno a realizar transacciones significativas, incluso con riesgo de recibir críticas internas (especialmente del FA, por «venderse»). Los giros más importantes incluyen:

Copago: Se evalúa extender el copago más allá del décimo decil, llegando a los deciles 8 y 9, e incluso al 7, para asegurar la viabilidad del FES.

Tope de Pago: El límite de pago para los beneficiarios pasó a ser un máximo de 3,5 veces el costo de la carrera, debilitando el componente solidario original.

Pese a las concesiones, sectores de la oposición buscan separar el proyecto en dos —condonación y nuevo financiamiento—, lo que podría aplazar la discusión más allá del 11 de marzo y poner en riesgo el cumplimiento de la promesa de campaña.

LA GRAN REFORMA DE SALUD QUE QUEDÓ PENDIENTE

La ambiciosa promesa de campaña de crear un seguro universal con un financiamiento unificado (Fondo Universal de Salud, FUS) y relegar a las isapres a un rol complementario no prosperó. El primer paso de la universalización de la atención primaria, aplicado en comunas piloto, se diluyó tras el fallo de la Corte Suprema y la crisis de la industria de isapres.

Finalmente, el Ejecutivo optó por una ley corta para enfrentar la crisis y aplicar el fallo sin comprometer la continuidad de las aseguradoras, dejando de lado la reestructuración radical del sistema. El legado en salud del gobierno se centrará en el Copago Cero, las comunas pioneras de atención primaria y proyectos como el que moderniza Fonasa. (NP-Gemini-La Tercera)

Irán incauta petrolero con seis mills. de litros de diésel en mar de Omán

Las autoridades de Irán anunciaron este sábado la incautación de un petrolero extranjero en el mar de Omán, en una operación contra el tráfico ilegal de combustible. El buque transportaba cerca de seis millones de litros de diésel y su tripulación, compuesta por 18 personas, fue detenida bajo la acusación de contrabando.

El jefe del Poder Judicial de la provincia de Hormozgán, Mojtaba Ghahramani, detalló que la embarcación fue interceptada en aguas territoriales iraníes, cerca de la ciudad portuaria de Jask. El petrolero fue capturado sin contar con documentos marítimos válidos ni manifiesto de carga, además de tener apagados deliberadamente sus sistemas de navegación y equipos auxiliares.

La tripulación detenida está compuesta por personas de nacionalidad india, esrilanquesa y bangladesí. Las autoridades no precisaron la nacionalidad del buque ni el destino final del cargamento.

CONTEXTO GEOPOLÍTICO

Irán, uno de los principales productores de petróleo, reporta de manera periódica la captura de embarcaciones extranjeras en el golfo Pérsico y el golfo de Omán, un negocio ilícito favorecido por los subsidios estatales y la devaluación de la moneda nacional.

Esta incautación se produce en un contexto de tensión geopolítica, apenas dos días después de que Estados Unidos se incautara de un petrolero frente a las costas de Venezuela.

Internamente, el operativo coincide con la entrada en vigor de la primera alza en el precio de la gasolina en Irán desde las protestas de 2019, aunque el país mantiene uno de los combustibles más baratos del mundo gracias a su sistema de precios subsidiados.(NP-Gemini-La Tercera EFE)

El PC tras el balotaje: futuro de jara y rearticulación de la izquierda

Aquí tienes la paráfrasis y edición del texto, manteniendo el estilo de prensa nacional y el formato solicitado:

el pc en la antesala del balotaje: el futuro de jeannette jara y la rearticulación de la izquierda

EL LIDERAZGO DE LA CANDIDATA COMUNISTA MARCARÁ EL DISEÑO DE LA FUTURA OPOSICIÓN Y LAS ALIANZAS CLAVE EN EL SECTOR

Tras cerrar su campaña en Coquimbo, la candidata presidencial del oficialismo, Jeannette Jara (PC), se ha dedicado a descansar en su residencia de Ñuñoa, a la espera de los resultados de la elección de este domingo, luego de haber representado a la izquierda en el balotaje.

El futuro político de Jara, la principal figura actual del Partido Comunista (PC), es el tema central en su entorno. En caso de ganar, ha asegurado que renunciará a su militancia como un gesto de unidad hacia los partidos que la respaldan, emulando precedentes como Patricio Aylwin (DC) y Sebastián Piñera (RN). Si pierde, la opción de dejar el PC sigue abierta, aunque su círculo cercano no lo da por seguro.

ROCES Y ROL MÁS PÚBLICO

La relación de Jara con la directiva del PC quedó desgastada durante la campaña, marcada por roces con líderes como el timonel Lautaro Carmona, el exalcalde Daniel Jadue y la secretaria general Bárbara Figueroa. En este contexto, en el entorno de la candidata apuestan porque, en caso de derrota, ella mantenga un rol más público que partidario, abandonando su participación en instancias internas como la comisión política y el comité central.

El PC iniciará la reflexión sobre los resultados electorales y su rol en el nuevo ciclo político la noche del domingo, para luego realizar una reunión del comité central el sábado siguiente, donde se definirá la estrategia de oposición y las alianzas.

PROPUESTA PARA ARTICULAR PC-PS-FA

Independiente del resultado, la presidenta del Partido Socialista (PS), Paulina Vodanovic, jefa de campaña de Jara en la recta final, busca robustecer la alianza entre el PS y el PC, tomando distancia del Frente Amplio (FA) y siendo crítica del Socialismo Democrático. En este diseño, Jara podría asumir un rol de interlocutora entre ambas colectividades.

Sin embargo, el PC busca una fórmula más amplia para enfrentar a una eventual administración de José Antonio Kast. Aunque existe malestar con el FA por su «débil despliegue» en favor de Jara, dirigentes comunistas como Fernando Carmona señalaron que «tendría que ser muy ciego para no ver la importancia que va a tener el FA en el próximo escenario». Por ello, el PC impulsa armonizar el triunvirato PC-PS-FA para articular la oposición de izquierda.

PC EMPODERADO EN EL CONGRESO

Independientemente del resultado presidencial, el PC aumentará su poder en el Congreso. En la Cámara de Diputados, la bancada pasará de 11 a 12 integrantes. Además, con la senadora electa Karol Cariola por Valparaíso, el PC tendrá un total de tres representantes en el Senado (junto a Daniel Núñez y Claudia Pascual).

La diputada Nathalie Castillo afirmó que el rol del PC en el Congreso se proyecta con «coherencia programática y convicciones claras», definiéndose como la «bancada de izquierda» cuyo eje será «defender y ampliar derechos, fortalecer una democracia sustantiva y empujar las transformaciones que Chile necesita». (NP-Gemini-La Tercera)

Victoria de Kast: oficialismo teme debacle; derecha mide gobernabilidad

En los comandos de la candidata oficialista Jeannette Jara y de su contendor opositor José Antonio Kast existe una coincidencia: Kast ganará la segunda vuelta. El principal foco de nerviosismo en la izquierda ya no es la derrota, sino el margen de la diferencia, que podría oscilar entre los 10 y los 20 puntos.

Altos dirigentes del oficialismo, incluyendo voces cercanas al Partido Comunista (PC), interpretan la elección como un «plebiscito al Gobierno de Boric», desvinculando el resultado de un apoyo directo a Kast o un rechazo a Jara. «El peor escenario no es una derrota de Jara, lo peor va a ser una segunda vuelta el 2030 entre Parisi y Boric. La cosa está más o menos clara. Va a ganar Kast. No tiene mayor importancia la diferencia», comentó un dirigente comunista.

LAS CIFRAS QUE ANGUSTIAN A LA CENTROIZQUIERDA

En el Socialismo Democrático y el resto del oficialismo se da por descontado un triunfo con amplio margen para Kast. Las proyecciones internas más pesimistas para la centroizquierda manejan un 60% para Kast y 40% para Jara. Las más optimistas sitúan al candidato de derecha en un 57% contra 47% de la abanderada oficialista, asumiendo un 10% de votos nulos y blancos.

El margen de la derrota es crucial:

Una votación para Jara cercana al 37% se califica como una «debacle» que forzaría la renuncia de los presidentes de todos los partidos del bloque.

Un resultado igual o inferior al 40% sería un «escenario catastrófico» que obligaría a una «autocrítica real» en el sector.

No obstante, analistas de RN pronostican que Jara superará ese umbral, llegando al 41% o 42%, pues la «base histórica de este Gobierno no va a permitir sacar menos del 40».

LA GOBERNABILIDAD DE KAST EN DEBATE

Para la derecha, el margen de victoria de Kast es un factor clave que determinará sus relaciones de poder internas, especialmente con Chile Vamos.

Si Kast obtiene un porcentaje alto (cercano o superior al 60%), su administración tendrá mayor facilidad para «implementar su agenda y programa de gobierno», necesitando menos a sus socios.

Si el porcentaje es menor (bordeando el 55%), su dependencia de Chile Vamos será mayor. De hecho, en Renovación Nacional (RN) y la UDI coinciden en que Kast tiene la «absoluta certeza de que no puede gobernar solo«, debido a la inexperiencia y la falta de equipos técnicos para 3.500 cargos.

LA FORTALEZA DEL CONGRESO COMO CONTENEDOR

A pesar del proyectado triunfo opositor, la ex Concertación subraya que la izquierda mantuvo su «solidez en el Congreso», con bancadas fuertes en el PS, PPD, DC, FA y PC. Esta fortaleza parlamentaria, particularmente la de RN con ocho senadores, asegura que cualquier iniciativa de Kast «va a tener que pasar por Renovación Nacional» y que la izquierda tendrá la fuerza necesaria para enfrentar al nuevo Ejecutivo, incluso ante un triunfo contundente en el balotaje.

EL SIMBOLISMO DE UN TRIUNFO HISTÓRICO

Para la centroderecha, una victoria de Kast, proyectada entre el 55% y bajo el 60% por sus propias encuestas, está cargada de simbolismos: llevaría a La Moneda a un hombre que votó por el «Sí» en 1988, con minoría en el Congreso, pero con «la votación más alta de la historia de Chile» en términos de cantidad total de sufragios. (NP-Gemini-Carlos Saldivia-El Mostrador)

Desconocer a Frei

María Corina y la conciencia occidental-Fernando Schmidt

Esta semana fue emocionante presenciar, aunque sea a la distancia, la entrega del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado en manos de su hija mayor. También seguimos ansiosos las incertidumbres del tremendo esfuerzo logístico que representó su salida de Venezuela, el tránsito suyo desde su clandestinidad a la luz, dejando en ridículo las bravatas del usurpador de Caracas. Constatamos con esperanza que la salida de María Corina se hizo posible por las grietas de un régimen agonizante. Fue muy reconfortante valorar que Noruega colocó al Presidente Electo, Edmundo González Urrutia, en el lugar que le corresponde como Jefe de Estado durante la ceremonia, y una alegría observar la presencia en Oslo de varios mandatarios de la región portando la solidaridad de todos. Eso sí, eché de menos la asistencia de presidentes de otras sensibilidades políticas, porque la lucha de María Corina trasciende la trinchera de lo ideológico y lo contingente.

En alguna columna anterior atribuíamos este importante reconocimiento al sentido común noruego y su profunda responsabilidad moral. Decíamos que es la expresión del ciudadano que resistió valientemente la maquinaria bélica nazi durante la II Guerra Mundial y a sus colaboracionistas internos, lo que también encaja con los criterios establecidos por Alfred Nobel al instituir el Premio más importante del mundo. En este sentido, el Presidente del Comité Nobel de la Paz de Noruega, Jorgen Watne Frydnes, recordaba con razón que lo recibieron antes Nelson Mandela, Andrej Sajarov, Lech Walesa. Todos ellos generaron el malestar de sus poderosos gobiernos, pero el Comité, entonces y ahora, hizo lo correcto. Ante esa lucha dispar por la libertad, por el respeto a los derechos del individuo y, en última instancia, por la prevalencia de la paz, ni el mundo, ni el Comité Nobel, ni los ciudadanos noruegos le podían dar la espalda.

Agregaba el señor Frydnes que Venezuela no está sola en su actual oscuridad; que cuando ese pueblo le pide al mundo que le preste atención, los demás y, de manera particular el Comité noruego del Nobel, no debían marginarse; que la democracia no es sólo una forma de gobierno, sino la base para una paz duradera y que esta, cuando se apoya en el miedo como en Venezuela, no es tal. Advertía, ante los congregados en la Municipalidad de Oslo, que sólo las democracias están equipadas con mecanismos de seguridad como medios de comunicación libres, equilibrios en las estructuras de poder, una justicia independiente, organizaciones de la sociedad civil articuladas o un sistema electoral seguro que rehuye a la violencia. Prevenía, también, que en los sistemas autoritarios como el que rige en Venezuela, el diálogo puede llevar a mejoras, pero también puede ser una trampa, porque el dictador lo usa muchas veces para ganar tiempo, generar divisiones o controlar la agenda. En tal sentido, los noruegos hablan por experiencia propia.

Todas estas luchas por valores profundos las encarna María Corina Machado en Venezuela, esa mujer que ha rehusado rendirse y que comparte con nosotros una misma geografía, sentimientos, historia, cultura y tradiciones. El combate no es suyo solamente, sino que interpreta los anhelos de todos quienes colocamos al ser humano en el centro de la acción del Estado, los que creemos que esto pasa por el respeto a la libertad de cada individuo, hecho a imagen y semejanza de Dios para los que somos creyentes; o en la capacidad intrínseca del ser humano para gobernarse a sí mismo mediante la razón, según otras escuelas. Ahí radica la esencia de la cultura occidental y esta lucha se da hoy, particularmente, en América Latina y la representa María Corina.

Por eso, es sorprendente el silencio del Presidente Boric ante el Premio Nobel concedido a la luchadora venezolana. En algún momento, antes de ser criticado por sus pares ideológicos agrupados en “Democracia Siempre”, el Mandatario enorgulleció a Chile por su determinación frente a la usurpación del poder en Venezuela. Meses después, cuando fue anunciado la concesión del Premio, y ahora que fue entregado, Gabriel Boric guardó un silencio sepulcral. Se dijo que las felicitaciones expresadas por el canciller Van Klaveren, que se referían a una serie de constataciones fácticas y ninguna valoración moral, eran la voz del gobierno de Chile.

A horas del crucial balotaje de mañana domingo, temo que lo dicho esta misma semana por la candidata Jeanette Jara, moldeada desde su adolescencia por el Partido Comunista, corresponda a un sentimiento extendido entre los que aspiran a llevarla al poder. Es decir, personas que cuestionan al Comité noruego del Nobel por arbitrario; que asignan algún valor a María Corina Machado por su liderazgo femenino; que minimizan el Premio como tal, y que veladamente acusan a su ganadora de haber promovido intentonas golpistas y “tratado de promover” elecciones libres. Con ello, Jara asume la narrativa de otros compañeros suyos que tildan el Premio de político, lo que recuerda mucho la reacción de la dictadura militar argentina, en 1980, que calificó la concesión del Nobel de la Paz a Luis Adolfo Pérez Esquivel como un acto político de condena al «Proceso de Reorganización Nacional” en el contexto de una campaña anti-argentina. ¡Notable!

En un momento de la historia como el que transitamos, caracterizado por la lucha descarnada por el poder antes que por la supremacía de valores milenarios como los de occidente, lo que ocurrió en Oslo esta semana fue esperanzador. Habló allí la Europa moral, que sigue viva, aunque se encuentre desafiada existencialmente. A pesar de sus tensiones internas -tales como un europeísmo centrado en su estructura, un exceso de regulaciones paralizante, la desnaturalización de su cultura, un sistema de defensa insuficiente o un consumismo frívolo e intrascendente- el espíritu de Europa subsiste. Aunque enfrentan la oposición de poderes externos cada vez más poderosos y amenazantes como la reafirmación rusa, el surgimiento chino o el fin del atlantismo norteamericano inaugurado hace 80 años, Europa sigue allí y la ceremonia en Oslo fue su mejor cara.

En la Estrategia Nacional de Seguridad de Estados Unidos con respecto a Europa, dada a conocer la semana pasada, Washington plantea muchos reparos y críticas por el curso que lleva la UE, pero también formulan un llamado a que los europeos recuperen, en beneficio de todos, “su confianza civilizadora en sí mismos”, un elemento intangible pero importante para salir de la crisis que les agobia y convertirse en socios transatlánticos de nuevo.

En su columna semanal, hace siete días, en el diario español El Mundo, la ex canciller española, Ana de Palacio, señalaba que “Europa, atrapada con demasiada frecuencia en metáforas heredadas, debería ser la primera en abandonar el reflejo condicionado de la Guerra Fría”, caracterizada, según su lectura, por la lucha entre dos fuerzas mutuamente excluyentes y, en cambio, asumir hoy día que “el reto no es derrotar un sistema rival, sino impedir que otro reordene el mundo sin nosotros”. A mi juicio, la fuerza para no quedarse atrás consiste, precisamente, en asumir con determinación las bases fundamentales de la rica civilización occidental que les dio una voz en el mundo y que se está quedando atrás tanto desde la óptica del poder como de la falta de orientación y convicción. A ese sistema de pensamiento pertenecemos también nosotros, con nuestras características.

Esa es la voz de alerta que Jorgen Watne Frydnes hizo retumbar en Oslo cuando, frente a los reyes noruegos, al Primer Ministro laborista, a todos los concurrentes y a las cámaras de todo el mundo que transmitían la ceremonia en directo, señalaba, sin medias tintas: “Señor Maduro, acepte los resultados de las elecciones y de un paso al costado”. (El Líbero)

Fernando Schmidt

Comunismo, nazismo, fascismo y democracia

Siempre me he preguntado ¿cómo explicar que el nazismo sea una doctrina universalmente condenada y el comunismo goce de legitimidad moral, y que ello ocurra principalmente en las universidades, entre intelectuales, académicos y jóvenes? Esto puede parecer baladí a quienes ignoran el hecho comprobado por la historia de que las ideas importan, no son inocuas y tienen consecuencias concretas en los acontecimientos humanos.

Se ha presentado recientemente el libro Nazi-Comunismo, de Axel Kaiser. En él encontramos una síntesis de los fundamentos filosóficos, y los principales postulados del comunismo, el nazismo y el fascismo, accesible para cualquiera. Es una obra que, a partir de fuentes primarias y una vasta bibliografía, demuestra, a través de citas textuales, que las similitudes del comunismo y del nazismo son muchísimas más que las diferencias. Es un ensayo que comprueba con sólidas evidencias que las tres vertientes tienen un origen socialista y son absoluta e irrevocablemente incompatibles con la democracia liberal y la libertad.

Es evidente que los objetivos últimos de estas corrientes difieren: el comunismo aspira a establecer la igualdad absoluta, la sociedad sin clases y la eliminación física de las personas clasificadas como miembros de la burguesía. El fascismo, el predominio de la nación. El nazismo busca la supremacía racial de los arios a través de políticas antisemitas para eliminar a los judíos de la faz de la tierra. Ello condujo a genocidios, a la represión, la violencia institucionalizada y el uso deliberado del terror. La puesta en práctica de estos sistemas condujo a gobiernos centralizados, dictatoriales, exigentes de obediencia total, basados en un partido único, supresión de la disidencia, censura, policías secretas, propaganda, manipulación de las masas y el cultivo de la personalidad: Stalin, Hitler Mussolini. Las tres doctrinas aspiran a controlar partes claves de la vida obliterando el ámbito de lo privado —la educación, las organizaciones juveniles, los medios de comunicación, el arte, la cultura— y postulan que el Estado es el encargado de formar al ciudadano ideal. Todas estas filosofías abogan por la completa sumisión del individuo a lo colectivo. Finalmente, subyacente a ellas hay un anticristianismo explícito. Como “doctrinas colectivistas el comunismo, el fascismo y el nazismo postulan que el individuo no es más que un elemento dentro del todo, una parte de un organismo superior con características trascendentes ante las cuales debe someterse: la nación, la clase, la raza”.

Por otra parte, es esencial al pensamiento de Hitler y de Mussolini el anticapitalismo y la adhesión al socialismo. Gregor Strasser, uno de los máximos dirigentes nazis, diría directamente: “Somos socialistas. Somos enemigos acérrimos del sistema económico capitalista actual, con su explotación de los económicamente débiles, su sistema salarial injusto, su forma inmoral de juzgar el valor de los seres humanos en función de su riqueza y su dinero, en lugar de su responsabilidad y desempeño, y estamos decididos a destruir este sistema pase lo que pase”. Hitler reforzaría la idea de que todo el proyecto nazi, incluida la guerra que libraba Alemania, era en contra del capitalismo y de los judíos.

En suma, estos tres sistemas son incompatibles con la democracia porque no aceptan la competencia multipartidista, suprimen libertades y derechos, usan la violencia, aplastan la disidencia, ponen fin al sistema de separación de poderes y a la existencia de un poder judicial autónomo. En definitiva, ninguna persona o grupo que adhiera a la democracia liberal, al capitalismo y a la dignidad del ser humano individual por sobre el Estado puede ser llamado “fascista”. ¿Por qué, entonces, sería moral votar por un comunista y jamás por un nazi? (El Mercurio)

Lucía Santa Cruz

¡Gremialismo, caramba!-Jorge Jaraquemada

El título rescata un viejo grito de batalla universitario: “¡Gremialismo, caramba, no se rinde nunca, caramba!”, acuñado en medio de alguna adversidad electoral de antaño, hoy cobra un nuevo sentido. Si las encuestas no se equivocan, el resultado de mañana será el que todos presumen desde hace semanas. No da lo mismo, por cierto, la magnitud de la diferencia; pero todo indica que será amplia, aunque quizás no tanto como la del épico plebiscito del 4 de septiembre de 2022. Pero esta columna no trata de porcentajes ni de proyecciones, sino de algo más profundo: la identidad gremialista de quien tiene la mejor opción de llegar a La Moneda y de la renovada gravitación que esta fuerza política tendrá en el próximo Congreso.

Como anticipó Pablo Longueira, el nuevo ciclo político de la derecha será conducido por los llamados “Guzmán boys”. Y eso tiene su importancia. El gremialismo -ese proyecto intelectual y político que se aproxima a los sesenta años- ha resistido la incuria del tiempo, los embates del sectarismo y la caricatura ideológica. Con sus triunfos y tropiezos, ha logrado algo que pocos pueden exhibir: permanecer vigente como uno de los movimientos universitarios más longevos e influyentes de la historia reciente de Chile. En un país propenso a la desmemoria, esto ya es un mérito por sí mismo.

Nacido en los claustros de la Universidad Católica como respuesta a la politización del mundo estudiantil, el Movimiento Gremial propuso una alternativa al individualismo atomizante y al colectivismo uniformador, con una visión de sociedad sustentada en la dignidad, libertad y responsabilidad personal. Esta antropología de raíz cristiana, sencilla y a la vez profunda, terminó dando forma a un proyecto político que entendía el poder no como botín, sino como una forma de servicio.

De allí emergió Jaime Guzmán, figura tantas veces incomprendida como decisiva. Opositor férreo al gobierno de Salvador Allende, impulsor de una nueva institucionalidad que colocó límites al régimen militar y arquitecto de una transición política ordenada que devolvió al país su democracia. Guzmán encarnó una rareza: fue un intelectual político con vocación práctica. Su asesinato en 1991 pretendió borrar su legado, pero, paradójicamente, lo consolidó. La UDI -nacida de su tenaz iniciativa- se transformó en la columna vertebral de la gobernabilidad democrática cuando aún existía un consenso básico sobre el país que se quería construir. Cuando esa gobernabilidad se resquebrajó en 2019, sus votos volvieron a ser decisivos para encauzar una salida institucional y evitar el extravío al que inducía la calle, enardecida por los gritos y destrozos que pretendían sustituir el debate y el imperio de la ley, y que algunos confundieron con expresiones democráticas.

Tal vez por su rigor conceptual y su determinación política, desde sus albores el gremialismo ha sido objeto de incomprensión intelectual y de animadversión política. Se le ha acusado de autoritarismo y dogmatismo, y sus dirigentes han sido víctimas de estridentes infamias, urdidas con la deliberada intención de socavar su prestigio y su influencia pública. Algunos -en un ejercicio de contumacia moral- llegaron incluso a justificar el cobarde asesinato de Jaime Guzmán como un “ajusticiamiento”. Pero lo cierto es que su influencia ha sido más duradera que las invectivas de sus detractores. Hoy no cabe en un solo partido. Su fisonomía es más amplia y transversal, y eso no lo debilita, sino que lo enriquece.

A pesar de los intentos de tantos -políticos, académicos, movimientos universitarios y más de un centro de estudios- por reducirlo a una nota al pie en los manuales de historia o de dar por superado su proyecto político, resulta especialmente significativo que, a pocas semanas del trigésimo quinto aniversario de la muerte de Jaime Guzmán, el gremialismo volverá al centro del tablero político para mostrar su vigencia práctica: inspirará a quien gobierne Chile y tendrá influencia decisiva en el Parlamento.

El desafío, claro está, será monumental. Deberá evitar la tentación de la autocomplacencia, que es siempre el preludio del declive. Su tarea no consiste en vivir de glorias pasadas, sino en ofrecer respuestas lúcidas a las tribulaciones del Chile contemporáneo. Si logra hacerlo con la misma convicción con que nació -esa mezcla de firmeza doctrinaria y pragmatismo político-, podrá demostrar que las ideas de Jaime Guzmán no fueron un capítulo cerrado de la historia, sino una tarea inacabada que vuelve, con fuerza, a interpelar el presente. (El Líbero)

Jorge Jaraquemada

Menos de 90 días

Hay atisbos de un ambiente propicio para reformar nuestro sistema político. Lo han esbozado ministros y diversos parlamentarios, de cara a este breve lapso en que el Gobierno y parte del Congreso estarán libres de presión electoral. Y es que el consenso técnico sobre esta materia parece absoluto: se requieren reglas que frenen el discolaje y la fragmentación.

Es cierto que los 17 partidos políticos que esta vez obtuvieron escaños en la Cámara son algo menos que los 22 de 2021. Pero sigue siendo excesivo para lograr acuerdos, más cuando nadie ostenta mayorías. Además, en la tónica de los últimos años, es de esperar que varios parlamentarios vayan abandonando sus partidos, subiendo el costo del pirquineo de votos.

Sobre el discolaje, hay bastante acuerdo en que un parlamentario que renuncia a su partido debería perder su cupo. En un sistema proporcional como el nuestro, los candidatos de un mismo partido “suman” sus votos, de modo que los obtenidos por sobre los necesarios para ser electo se traspasan a un correligionario. Ello ocurre bajo el entendido de que representan un proyecto similar. Los partidos también entregan información sobre los candidatos, que orienta a los electores. Un posterior cambio de partido tiene sabor a fraude.

Hay más debate, en cambio, respecto de cómo conviene reducir la fragmentación. Las perillas posibles son varias; entre las más sugeridas, exigir a los partidos un umbral de votos para acceder a escaños, reducir la cantidad de representantes que se eligen por distrito o eliminar los pactos electorales. Todas tienen pros y contras, pero hay una que corre con ventaja: el umbral de 5% de los votos a nivel nacional para entrar al Congreso.

Ello por el simple hecho de que cuenta con un historial que hace más factible un acuerdo. El umbral fue incluido en el borrador constitucional aprobado por el Consejo de Expertos de 2023, que abarcaba desde republicanos hasta el PC, y en 2024 fue promovido por un grupo transversal de senadores. Ninguna otra propuesta ha llegado tan lejos en el convulso escenario actual.

Al umbral se le critica, sobre todo, que puede dejar fuera del Congreso a representantes que obtuvieron muchos votos dentro de un distrito. Ello es cierto. Es algo que ya ocurre en nuestro sistema, por el mismo hecho de que los votos se suman y reparten a nivel de subpacto y pacto. Sin embargo, quienes obtienen hartos votos suelen ser buenos políticos y, como tales, sabrán prever el efecto de esta regulación: deberán aliarse con otros para alcanzar el umbral, empujando proyectos que aúnen a una porción relevante de la ciudadanía. Eso es, justamente, lo que queremos: que la política sea más que meros proyectos individuales. Por último, varios países con sistemas funcionales, como Alemania y Nueva Zelandia, operan con umbrales de este tipo.

Cuál es la mejor forma de reducir fragmentación es un debate interesante. Pero nuestra política está hace rato muy lejos del mundo de “lo mejor”. Más bien tomemos las opciones que están sobre la mesa, porque no sabemos si el próximo Congreso ofrecerá otra oportunidad. Una reforma que incluya el umbral no será perfecta, pero logrará reducir nuestra grave fragmentación. Eso sería un logro mayúsculo para quienes buscan un legado. (El Mercurio)

Loreto Cox