El martes en la mañana, justo al cumplir una semana en el cargo, el ministro del Interior lideró de forma telemática una de las habituales reuniones de coordinación junto a sus tres subsecretarios, jefes de divisiones y unidades. Era alrededor de una decena de personas en total y entre ellos hay testigos que recuerdan que sucedió lo siguiente. En un momento dado, su jefe de gabinete, Giovanni Calderón Bassi, exdiputado y por años coordinador de la bancada de senadores (2002-2014) UDI cuando Víctor Pérez estaba allá, se presentó a los conectados haciendo notar un punto.
Junto con detallar su currículum de abogado, destacó que en su trabajo le había tocado entenderse con pesos pesados de su partido como Jovino Novoa y Sergio Fernández, y declaró que lo acompañaban su brazo izquierdo, su jefe de asesores Gonzalo Arenas Hödar, y la periodista Paula Maldonado. Luego, según algunos de los presentes, les expresó que en Interior no podían existir desconfianzas y que los recién llegados partían de la premisa que hay confianza, pero que ésta existe hasta que se pierde.
Los presentes no habrían comentado nada allí, pero la frase les quedó dando vueltas. En esa reunión estaban conectados varios nombres de RN. Y también los hay en el resto del aparato de Interior, que tiene a Pérez como su nuevo jefe: el subsecretario Juan Francisco Galli (Interior, su jefe de gabinete, Juan Eduardo Vega, también es RN), la subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell (integra la comisión política del partido, y su jefe de gabinete, Guido Benavides, también milita), el jefe de la División de Gobierno Interior, Pablo Galilea (ex diputado) y el jefe de la Unidad de Riesgo y Emergencias, Cristián Barra.
Aunque en lo que toca al trato y en los primeros contactos el aterrizaje de Pérez y su equipo no ha derivado en roces con quienes estaban trabajando allí desde los días de Gonzalo Blumel, la declaración de Calderón les dejó una serie de dudas respecto a un punto que ya suscita comentarios: si el perfil marcadamente UDI partidista (al contrario del más transversal con que otro gremialista histórico, Andrés Chadwick, armaba sus equipos) traerá o no ruido por las viejas sensibilidades entre ambos partidos. Interior es vital para el manejo político el gobierno en los 20 meses que quedan.
Pérez llegó a La Moneda solo el martes de la semana pasada a jurar ante el Presidente Piñera, con quien no tiene una confianza histórica, como él mismo lo ha admitido; eso también ha sido observado por personeros de gobierno y ex ministros como un factor que podría incidir en la toma de decisiones cruciales para lo que viene. Según algunos de sus amigos y viejos cercanos, el nuevo ministro es de carácter introvertido, reservado y desconfiado, aunque no se puede decir que sea grave ni que tampoco carezca de sentido del humor.
Dos días después, el jueves 30 de julio, aparecieron en Interior sus dos primeros fichajes. Calderón y Arenas. El segundo fue diputado UDI (2006-2014), pero conoce a Pérez desde antes, cuando Arenas era vicepresidente de la Juventud del partido, y el nuevo ministro, diputado. Su jefe de asesores es su brazo derecho en el manejo del conflicto mapuche: además de haber sido parlamentario por La Araucanía, trabajó en la Unidad de Coordinación de Asuntos Indígenas (UCAI) y fue asesor del Ministerio de Desarrollo Social.
Y esa histórica escena cuando le arrojó unos papeles en la cara a Edmundo Pérez Yoma cuando lo interpelaron como ministro del Interior por ese mismo tema estuvo motivada, entre otras cosas, porque al fundo de sus suegros lo atacaron e incendiaron.
Paula Maldonado (ind.) llegó después y es asesora, no jefa de comunicaciones. Fue periodista de los senadores UDI y jefa de prensa de la subsecretaría de Desarrollo Regional cuando estaba Felipe Salaberry, hoy secretario general del partido y muy cercano a su presidenta Jacqueline van Rysselberghe. Salvo ella, hasta ahora, el único no militante que ha fichado Pérez en su gabinete es Gonzalo Guerrero como su jefe legislativo; es independiente y venía de oficiar como jefe de gabinete del exministro Segpres Claudio Alvarado, amigo del Nuevo número Dos de Palacio.
“O el equipo lo arma el ministro o lo arman en la UDI”, bromea casi en serio un funcionario de Interior sobre este tipo de señales que han dejado los primeros días de transición. De que es tema, es: en el equipo de Víctor Pérez no lo niegan pero aclaran que no han tenido problemas puntuales por esto. Pero que precisamente para evitarlos y que así se susciten incomodidades y menos trabas, ya tendrían definido armar, dentro del gabinete ministerial, un comité que integre gente de RN y de los otros partidos oficialistas.
En el círculo de Pérez dicen que se han entendido bien con la gente que ya estaba, y que tienen claro que allá hay mucho conocimiento adquirido con experiencia, independiente del partido al que pertenezcan. Anteayer renunció el ex jefe de gabinete de Gonzalo Blumel, Pablo Prieto, a quien el ministro le había pedido que lo acompañara 15 días junto al independiente Andrés Sotomayor; él se queda hasta la próxima semana.
Pérez ha mantenido conversaciones e intercambiado puntos de vista con algunos de sus viejos amigos y conocidos en el partido -aunque entre ellos recalcan que el ministro decide-, lista que incluye a Andrés Chadwick, Patricio Melero y Juan Antonio Coloma, entre otros. Con al menos uno de ellos ha consultado pareceres sobre el armado de su equipo y de su gabinete, aunque también ahí recalcan que asumir Interior ha sido como un tobogán para él.
Asimismo, él ha mencionado su vínculo con Pablo Longueira: el domingo dijo a Cristián Warnken en Icare TV que el ex líder UDI era amigo de Aucán Huilcamán -quien ha criticado el aterrizaje del ministro-, y que pensaba aprovechar contactos como ese para encarar la crisis en La Araucanía.
Y en el staff del ministro Pérez reconocen que sus fichajes están cargados a la UDI, pero se defienden con el argumento de que si fuera por equilibrio o cuoteo político, éste se mantiene porque Galli y Martorell son RN. La tercera subsecretaría de Interior, la Subdere, tiene al mando a un UDI, Juan Masferrer. También hacen ver que el exsenador ha tejido rápidamente un buen trato con el subsecretario Galli.
Bellolio, que es UDI al igual que Pérez, hasta ahora parece optar por una lógica partidista distinta para armar sus equipos. Eso sí, mantiene contacto con sus red de cercanos y amigos, que incluyen ex compañeros de la bancada de diputados y a quienes han estado cerca suyo desde su época de dirigente estudiantil en la UC.
Su llegada al gabinete apuntó a representar una facción de la UDI en el comité político para intentar apaciguar los ánimos al interior de Chile Vamos, y el Presidente Sebastián Piñera también lo designó por su estilo de vocería: más joven, directa y cercana. Un estilo que, dicen en su entorno, espera conservar.
Su nombre había sonado para otros cambios en el gabinete y, de hecho, era uno de los nombres favoritos del entonces ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien según fuentes de gobierno, lo impulsó en ocasiones anteriores.
Por estos días, el nuevo titular de la Segegob, quien asumió en reemplazo de Karla Rubilar, se encuentra armando las piezas del equipo que lo acompañará, según él mismo lo ha dicho: si el Presidente así lo determina, hasta el final de su gobierno.
Hasta ahora mantiene como jefa de gabinete a Soledad Pérez, quien trabajaba con Rubilar, mientras que en su equipo de prensa está Rosario Álvarez. Pero en los próximos días arribará Ricardo Sande para asumir como su jefe de gabinete. Sande es abogado y fue presidente de la FEUC por el movimiento gremial -al igual que Bellolio- el año 2015. En 2018 fue designado por el entonces ministro de Educación, Gerardo Varela, como jefe de gabinete. Luego de su salida, asumió como asesor de la titular del Medio Ambiente, Carolina Schmidt.
De igual manera, como su jefe de comunicaciones asumió el periodista Christian Rendic, quien hasta ahora se desempeña como subdirector de la Secom, tras ejercer de cabeza durante unos meses. Con él ya ha sostenido encuentros de coordinación. Dentro de la composición del actual gabinete, en el entorno del exdiputado dicen que ha logrado congeniar una buena relación con el subsecretario de la Segegob, Emardo Hantelmann (RN) y con el director de la División de Organizaciones Sociales (DOS), Jorge Fuentes, quien hasta hace unos meses, era secretario general de la UDI. Este último, muy cercano al ministro Pérez y a Van Rysselberghe, antagonista de Bellolio en la interna UDI.
El ministro tiene al menos dos grandes amigos en el aparato público que conoce desde su juventud, cuando estuvo en la Fundación Jaime Guzmán y fue presidente de la FEUC (2003). Julio Pertuzé, jefe del área de Economía del Futuro en el Ministerio de Economía, presidió la FEUC el 2004. Con él solo han conversado, hasta donde se sabe, con motivo de su llegada al cargo y no sobre el devenir de su cartera. El otro es el director del Servicio Civil, Alejandro Weber. Él y su esposa Daniela Peñaloza -quien trabaja en el área de Educación de la Municipalidad de Las Condes- participaron en el movimiento gremial en esos años; ella después integró la lista con que Pertuzé lo sucedió en la FEUC. Con Weber han intercambiando visiones sobre el momento de la vocería, el rol de los funcionarios públicos y el tono y énfasis de la comunicación política.
El exdiputado mantiene varias redes en el Congreso, desde hay algunos que pertenecen a su círculo de confianza, por ejemplo, el diputado Javier Macaya, Guillermo Ramírez y María José Hoffman, quien se perfila como la carta de la disidencia para presidir la UDI en los próximos comicios internos. Según una versión, con ellos también ha conversado sobre los cargos que le quedan por llenar, aunque ahí recalcan que el que decide es él.
También sigue siendo amigo suyo el ex diputado y el UDI -hoy Partido Republicano de José Antonio Kast, con quien el nuevo ministro fue íntimo hasta que esa amistad se rompió- Arturo Squella, aunque éste lo llamó para felicitarlo y nada más.
Ligado al mundo de la seguridad, debido a que fue carabinero por varios años, el RN Mario Desbordes no tiene grandes vínculos con las Fuerzas Armadas, salvo el haber sido parte del ministerio de Defensa, que hoy dirige, como subsecretario de Investigaciones en 2010. Además integró, durante su época de parlamentario, la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados.
Al llegar a la cartera, en reemplazo de Alberto Espina, lo primero que se dijo fue que el Mandatario lo fichó para poder “neutralizar” su estilo de liderazgo, el que se estaba volviendo complejo para La Moneda debido a que él fue uno de los impulsores de que el gobierno se abriera a la idea de retirar el 10% del fondo de pensiones.
De todas formas, el timonel RN aseguró hoy, en radio Duna, que “no es la idea de neutralizarme, el Presidente lo que me planteó es repetir lo que sucedió el 2011, que fue bastante positivo, que es traer a las personas que considera de peso político al gabinete”.
Así, una de las primeras decisiones que tomó Desbordes en Defensa es mantener a casi la totalidad del equipo. El gabinete de ese ministerio es uno de los más amplios del gobierno, con aproximadamente 90 personas trabajando, entre civiles y militares. Sin embargo, son siete los cargos de mayor confianza: jefe de gabinete, jefe de unidad jurídica, asesor estratégico de comunicaciones, asesor estratégico político, asesor del área financiera, asesor del área internacional y jefe de auditoría interna.
De estos, hasta ahora, todos se mantienen de la era de Espina porque Desbordes, según afirman en su entorno, buscó privilegiar el conocimiento de ellos para tener una instalación más rápida. Eso sí, las mismas fuentes no descartan que pudiese hacer en el futuro algunas modificaciones, sobre todo, en el área de jurídica.
”Me tocó un periodo extraordinariamente complejo como ministro de Defensa. Hoy día nuestras FF.AA., y en buena parte del gobierno del presidente Piñera, van a estar desplegadas en las calles”, dijo esta mañana en el mismo programa radial.
En el lado más político, en todo caso, Desbordes traerá personas que vienen trabajando con él cuando estaba en la presidencia de RN: Pablo Matamoros y María Jesús Garrido. Y también contará con un periodista nuevo en su equipo.
“Ellos no son asesores en términos de defensa”, comentan en el entorno del extimonel.
Para Desbordes, dicen en su entorno, es esencial contar con personas que tengan pericia en el área de Defensa y que además lo ayuden en el ámbito político. Esto, porque, de acuerdo a las mismas fuentes, su intención es mantener un buen posicionamiento, siendo un actor relevante dentro de la coalición y apostar a tener un rol clave en un futuro gobierno de la centroderecha, si es que se ganan los comicios.
Dentro del círculo de Desbordes, a quien consulta constantemente opiniones, se encuentran su ahora exjefe de gabinete, Camilo Morán, quien asumió en su reemplazo como diputado en el Congreso. Asimismo, también mantiene una relación estrecha con la asesora directa de Piñera en el área de prensa, Carla Munizaga, y también consulta mucho la opinión de la jefa de gabinete del Mandatario, Magdalena Díaz.
En su entorno también sostienen que sigue, en menor medida, consultando la opinión del filósofo y columnista Hugo Herrera, uno de los principales autores del concepto de las “dos derechas” que el exdiputado sigue defendiendo hasta hoy. (La Tercera)