Declaro mi pleno apoyo a los contenidos del borrador de la nueva Constitución. Expresa bien los nuevos sentidos comunes que avizoran un mejor futuro a todos los pueblos que habitan Chile. Un nuevo sentido común sobre el Estado, ya no más subsidiario, sino Estado social y democrático de derechos; en lo socioeconómico, con derechos sociales garantizados y una economía de mercado moderna, equitativa y verde; en lo cultural, revalorizando las libertades individuales en armonía con el bien común, a la vez que asumiendo con resolución los desafíos de género y diversidad, de pueblos originarios, medioambientales y en la cultura y el arte.
Por sobre todo, nuevo sentido común en lo político, donde mandarán efectivamente las mayorías, en toda circunstancia, desechando para siempre los cerrojos supramayoritarios que llevaron a Chile a su peor crisis institucional de este siglo.
Todo ello nos arroja a aprobar con resolución la propuesta y aislar el Rechazo, que es claramente una posición retrógrada.
Por eso es incomprensible lo propuesto en las normas transitorias de aplicar cerrojo a eventuales cambios en la nueva Constitución. Las mayorías eligieron simultáneamente a la Convención y al Parlamento, y se debe respetar a ambas instituciones en su dignidad. Es inadmisible usar los mismos argumentos de Jaime Guzmán y compañía para aplicar el cerrojo de 2/3, es decir, el veto de una minoría de 1/3 para cambios constitucionales. Manifiesta una profunda descreencia democrática de los convencionales, que al parecer se han “enamorado en demasía de su obra”, y que no se percatan de que este ardid totalitario ha de ensuciar toda su encomiable labor, además de entorpecer gravemente las transformaciones que impulsa el Gobierno del Presidente Boric.
Las mayorías mandan siempre, esa es real convicción democrática. Como en la Constitución del 25, los cambios constitucionales han de ser por mayoría absoluta. Espero que el pleno de la Convención no sea cómplice de este cerrojo totalitario, porque de lo contrario habremos miles, sobre todo de izquierdas, que nos negaremos a hacerlo y nos veremos obligados a abstenernos en el plebiscito. (El Mercurio Cartas)
José Sanfuentes
