Monckeberg (RN) advierte pérdida de poder de regiones con unicameralismo

Monckeberg (RN) advierte pérdida de poder de regiones con unicameralismo

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Un diputado para Aysén y otros dos para Magallanes es lo que el convencional Cristián Monckeberg (RN) -integrante de la comisión de Sistema Político- pronostica si prospera la idea de un Congreso unicameral y se elimina el Senado.

A su juicio, las regiones australes -junto a algunas del Norte Grande, como Arica, Tarapacá y Atacama, que también poseen menos población- serían las principales damnificadas con el nuevo esquema parlamentario, donde predominaría la cantidad de habitantes para definir los cupos en el Congreso.

Explica que al suprimir el Senado -que reparte sus escaños en base a un criterio más territorial que poblacional- se desequilibra la representación de las regiones. “La sola Región Metropolitana sumaría 83 diputados”, adelanta, según las simulaciones realizadas por el Instituto Libertad.

Después de la aprobación del Congreso unicameral en la comisión de Sistema Político, ¿usted coincide en que esta modalidad de una sola cámara puede terminar invisibilizando a las regiones, como decía Arturo Fontaine, por ejemplo?

Sí. Se está aprobando, a mi juicio, muy a la ligera la desaparición del Senado. No se ha visto la cola que esto puede traer. La primera, es el ataque directo a la descentralización. Se disminuye el peso de las regiones en la toma de decisiones. Sin ir más lejos, en un sistema unicameral, en una Cámara con 205 integrantes y con las actuales normas, la Región Metropolitana tendría 83 de esos 205. Antofagasta tendría seis, Magallanes tendría dos y Arica tendría dos (ver imagen, con simulación). Los constituyentes de regiones tendrán que darle una explicación a su electorado. Con esta reforma, su región pesará menos al momento de tomar decisiones legislativas. Esa es una de las consecuencias de un sistema unicameral, donde evidentemente se privilegia la concentración de donde hay mayor población. ¿Y dónde hay mayor población? Santiago, Valparaíso y el Biobío.

Quienes defienden el sistema unicameral argumentan que el criterio poblacional ayuda a que los gobiernos tengan mayoría en la Cámara.

Aquí hay una lógica bien perversa. Llama mucho la atención ese argumento que señala que, en el ánimo de buscar mayoría, podemos pasar por encima de las regiones. El país tiene que privilegiar el buen gobierno, la búsqueda de mayorías, pero también la descentralización, la desconcentración del poder. Acá lo que estamos haciendo es concentrar el poder, en un sentido contrario de lo que piensa y lo que ha planteado públicamente el presidente Boric.

Otra de las críticas es que el Senado actúa en forma reaccionaria a las reformas…

Quienes están pensando en estas modificaciones tienen la mirada ochentera o noventera de la política, donde efectivamente había una conformación de un Senado muy distinto. Hoy hay un Senado que es más ágil, que quiere cambios. Es un Senado con Fabiola Campillai, María José Gatica, Paulina Núñez, Claudia Pascual. Es un Senado mucho más abierto a buscar cambios.

¿Cuál es su propuesta concreta? Porque me imagino que mantener el actual Congreso, con el actual Senado, tampoco es la idea…

¿Qué proponemos nosotros? Entendemos que como está el Senado y la Cámara no puede seguir. No pueden seguir haciendo lo mismo y replicando sus funciones. Hemos planteado que la Cámara de Diputados sea una asamblea más bien fiscalizadora, política y legislativa. Donde haya más población, más diputados se eligen. A su vez, el Senado debería ser una cámara de representación territorial con funciones distintas, que no revise todas las leyes, salvo que el Senado las pida, en un plazo determinado y con quórum específicos. Que sí tenga facultad para pronunciarse sobre reformas constitucionales, en materia presupuestaria y decisiones que beneficien o afecten a las regiones. Vale decir, que jueguen roles distintos.

Por la votación que hubo, no están los votos ni para el unicameral ni para el bicameral, por lo tanto, ¿qué pasa en este escenario?

Ahora se abre un espacio para indicaciones, antes de ir al pleno. Hay un espacio para hacer ajustes en la propuesta. Yo espero que se hagan esfuerzos, como he dicho más de alguna vez, para mejorar este mamarracho político, que a mi juicio no tiene ningún sentido, no responde a una lógica política de facilitar un buen gobierno y creo se que requiere de grandes ajustes.

Pero hoy no hay votos para nada, ¿eso es cierto?

Si la realidad de la comisión se repite en el pleno, en las actuales circunstancias, no tendríamos Congreso, porque nadie alcanza una mayoría. Tenemos que buscar un acuerdo. Hay que avanzar en una propuesta razonable que interprete a la mayoría. (La Tercera)

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