Europa comienza a prepararse para el fin de la era de Angela Merkel, luego de que la canciller alemana anunciara ayer que dejará el liderazgo de su partido, la Unión Democratacristiana (CDU), que ha ejercido durante 18 años. Tampoco buscará un nuevo cargo político tras el fin de su mandato, en 2021.
“Tengo la fuerte sensación de que es momento de abrir un nuevo capítulo”, manifestó ayer la autoridad, luego de que su partido sufriera una dura derrota en las elecciones regionales de Hesse el domingo, la última señal de la pérdida de apoyo que atraviesa la colectividad.“No podemos simplemente volver a la normalidad”, dijo.
Merkel calificó los resultados electorales como “decepcionantes” y agregó que la imagen del Ejecutivo que tienen los votantes es “inaceptable”. Sentenció: “Yo asumo la responsabilidad de todo, tanto de nuestros éxitos como de nuestros fracasos”. Su salida del liderazgo de la CDU, agregó, permitirá a su administración “concentrar los esfuerzos en el buen gobierno”.
El anuncio de la canciller abre una disputa por el liderazgo de la CDU, uno de los mayores partidos de Europa, pero su actual mandato también está en riesgo. Si la gran coalición con que gobierna -integrada también por el socialdemócrata SPD, también golpeado en Hesse- le quitan su apoyo, Alemania podría tener que repetir las elecciones, lo que aumentaría la incertidumbre política en la mayor economía de la Unión Europea. El euro llegó a caer 0,3% frente al dólar, mientras el rendimiento de los bonos alemanes a diez años anotó un salto de 0,39% el mayor en más de una semana.
EL LEGADO
Merkel, quien ha ostentado el poder en Berlín por trece años, defendió durante todo su mandato que los roles de canciller y líder del partido eran inseparables. Pero ayer argumentó que su salida era “justificable” porque no repostularía en 2021, aunque agregó: “Sin duda que es una apuesta”.
La imagen de la política más poderosa de Europa se ha deteriorado desde 2015, en el momento más complejo de la crisis migratoria, cuando ella selló la entrada de más de 1 millón de refugiados a su país. Desde entonces, el ala más conservadora de la CDU la ha acusado de conducir al partido hacia la centroizquierda, además de culparla por el ascenso de la nacionalista Alternative für Deutschland (AfD), que, tras el domingo, cuenta con representación en los 16 parlamentos regionales.
Pero el mayor legado económico de Merkel es la estricta disciplina fiscal que implementó tras la crisis financiera, y que exigió al resto del continente. Actualmente, su política de austeridad es el centro de una disputa entre la UE y el gobierno de Italia, donde la coalición populista gobernante quiere aumentar el gasto fiscal y rebajar la edad de retiro.
EUROPA CONFUNDIDA
El triunfo del Brexit en el Reino Unido y el ascenso de Donald Trump en Estados Unidos habían dejado a Merkel como la principal defensora del libre comercio, el multilateralismo y la apertura a la inmigración en Occidente. Con las elecciones del Parlamento Europeo agendadas para mayo, su salida sube la incertidumbre en el continente.
Ayer, el presidente de Francia, Emmanuel Macron -uno de sus grandes aliados, pero crecientemente impopular en su propio país- dijo que la decisión de la canciller era “respetable y digna” y agregó que ella “siempre luchó por los valores de Europa con coraje”. Sobre el fortalecimiento de opciones nacionalistas y euroescépticas, sostuvo: “Me preocupa, pero también me motiva”.
En tanto, los analistas se dividieron entre quienes celebran el eventual fin de la austeridad y quienes temen por la estabilidad política de la UE. En declaraciones recogidas por Bloomberg, la jefa de inversiones de Crossbridge Capital, Manish Singh, señaló que el anuncio de Merkel deja al grupo “sin el único líder político que parece tener el carácter y experiencia para mantener junto al bloque, mientras tropieza de crisis en crisis”. (DF)
