Mañalich: «Intento de proyección hoy es más profundo que en 2010»

Mañalich: «Intento de proyección hoy es más profundo que en 2010»

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Cuando al exministro de Salud del primer gobierno de Sebastián Piñera, hoy gerente general de la Clínica Las Condes, Jaime Mañalich, se le consulta por la señal que dio el mandatario electo con la designación de los subsecretarios, admite que la primera palabra que se le viene a la mente es “equilibrio”. Y acto seguido subraya que “aquí hay una ingeniería, un proceso muy serio de encontrar equilibrios políticos, profesionales, de procedencia de distintas universidades” aunque también -dice- “hay un intento de equilibrios de género que todavía es difícil”.

Como sea, Mañalich destaca que en la conformación del futuro gabinete, incluidos los subsecretarios “hay un proceso muy bien llevado” y que a diferencia de lo que fue el primer gobierno del presidente Piñera, hoy mucha de la gente convocada tiene la experiencia de haber sido funcionario público. “En el primer gobierno eran prácticamente todos novatos para el sector público, y en ese sentido me parece que él genera con esto una ventaja de partida muy interesante”.

– ¿Una ventaja que se puede interpretar como que el presidente electo no quiere perder tiempo?

– A pesar de que han pasado cuatro años, es evidente que su carácter en el sentido de imponer una urgencia a hacer las cosas y una agenda con fecha, se mantiene inalterable. En ese contexto, me parece que las personas que ha convocado van a dar el ancho para cumplir con esa exigencia que él ejerce tan fuerte.

– Entonces ¿este gobierno de Piñera es la continuidad o segunda parte de su primera administración, o uno nuevo?

– Creo que tiene elementos de continuidad evidente, lo que está reflejado en algunas de las autoridades elegidas que trabajaron con él y fueron ministros durante su primer gobierno. Lo que también ocurre en la línea de subsecretarios. En ese sentido, hay encargos de continuidad, por ejemplo Pauline Kantor, es evidente que ella va a heredar una responsabilidad en hacer renacer el programa Elige Vivir Sano, del cual ella fue secretaria ejecutiva bajo la dirección de la primera dama Cecilia Morel, y así sucesivamente.

Hay un esfuerzo aquí por no perder el tiempo, y evidentemente hay una atención mucho más potente al equilibrio político entre los distintos partidos e independientes. En ese sentido hay que reconocer el esfuerzo de las personas que han trabajado con el presidente en este periodo y de él mismo por armar un puzzle que no es fácil.

– ¿Pero es un equilibrio que se explica porque el Presidente escucha más a las colectividades o porque la presión de éstas rindió frutos?

– Hay un aprendizaje. Por una parte del Presidente, de querer escuchar más a los partidos, pero además, y esto es algo muy virtuoso, es el alineamiento político de los propios partidos con el Presidente que es mucho más potente que en la primera ocasión.

Dentro de lo difícil que es el mundo de la política, si uno compara Chile Vamos con la nueva oposición, la izquierda con la Democracia Cristiana, la unanimidad o la forma de trabajo durante estos meses ha sido una cosa muy impresionante. La forma en que se han resuelto los conflictos, en que se ha elaborado la agenda, en que se ha llegado a acuerdo entre los distintos partidos, es un capital político para Chile muy interesante que no estaba presente al inicio del primer gobierno.

– ¿Y ese capital es una señal de que hay un sentido de proyección?

– Cuatro años no alcanzan para hacer todas las reformas que se quiere y el presidente Piñera recibe el país en un estado muy, muy precario, sobre todo desde el punto de vista económico y financiero, de reservas fiscales y gastos comprometidos que son muy fuertes. En ese sentido, evidentemente que aquí hay un intento de proyección mucho más profundo que en la primera ocasión.

– En ese cuadro ¿cuál es el desafío de la coalición y de los dirigentes de Chile Vamos?

– El desafío es precisamente ser capaces de mantener una articulación política de resolución de conflictos en armonía y a través de las instancias formales que se dé –comité de los presidentes de los partidos o el comité político que sesionará una vez a la semana- que permita la comprensión de que aquí hay personas que tienen, en algunas áreas, pensamientos muy diferentes. Lograr resolver eso y no fracturar esta unidad, es políticamente un capital enormemente importante para Chile.

Hace muchos años que no se veía a un gobierno asumir con este respaldo, no solo ciudadano, expresado en las urnas o en la movilización social, sino que también de estructura política como el que se tiene hoy día.

– ¿Y observa algún esfuerzo del mandatario electo, como de los líderes de la coalición, por renovar la derecha?

– Es absolutamente evidente. Si uno piensa que entre los ministros y subsecretarios hay gente de Evópoli que tiene un mensaje tan renovador, la edad promedio de los nuevos subsecretarios que es de 47 años y de 55 en el caso de los ministros, son cosas interesantes y representan ese esfuerzo por renovar la agenda política, poner caras nuevas, además de las caras experimentadas.

Aquí hay personas muy interesantes para el futuro: Felipe Ward, Susana Jiménez, la misma Gloria Hutt y para qué hablar de Gonzalo Blumel, además de los subsecretarios como Juan José Ossa o Alejandra Candia, son gente que tiene una proyección muy interesante para el futuro. Ponerlos en primera línea ahora me parece una gran cosa.

– Es facultad del mandatario nombrar a sus colaboradores, pero ¿considera que alguna de las figuras que han sonado para ciertos cargos y que no han sido nombradas, sí deberían ser incorporadas? se lo pregunto pensando en casos como el de la diputada Andrea Molina (UDI) o el de la senadora Lily Pérez.

– Todavía quedan muchos cargos por nominar en el gobierno, en las empresas públicas en distintas reparticiones, algunas de ellas tendrán que entrar de acuerdo a la ley, por Alta Dirección Pública, otras todavía son privilegio del Presidente elegirlas.

Por lo demás, hay que entender que normalmente hay una rotación por cansancio, o lo que fuera, en las distintas autoridades ministeriales y subsecretarios y es bueno que algunos grandes jugadores queden en la banca esperando otro momento político.

– ¿Cuáles deberían ser las primeras tareas a enfrentar por el próximo gobierno ?

– Creo que en Chile no hemos aquilatado el terremoto que significó la Concertación desde el punto de vista económico. El país está en ruinas, endeudado como nunca, con un gasto fiscal insoportable y con niveles de empleo formal históricamente de los más bajos. En ese sentido la primera prioridad es recuperar el crecimiento y la confianza para que efectivamente se generen empleos e inversión.

CASO DE TOSO

– ¿Fue desacierto la nominación del doctor Toso? A horas de ser nombrado se conoció que arrastraba una amonestación del Colegio Médico

– Conozco bien a Juan Manuel, fue director del Servicio de Salud Sur cuando yo era ministro y ejerció como subsecretario subrogante en varias oportunidades, de manera tal que conoce su materia. Es evidente que en los próximos días, en la medida que aparecen estas personas en público, va a haber un esfuerzo importante de la nueva oposición por encontrar reparos a cada uno de ellos.

Si bien todos los antecedentes han sido chequeados y no se ha encontrado ningún obstáculo para que asuman, esto que está apareciendo respecto al doctor Toso, estoy seguro van a aparecer para todos los subsecretarios y ministros, marzo va a ser esto.

– ¿No cree que este episodio esté empañando los nombramientos que a la fecha habían sido limpios?

– No. Este es un proceso que se llevó a cabo con el Colegio Médico, se resolvió una sanción menor que no repercutió ni en la Contraloría, ni en ninguna restricción legal. Por supuesto que va a aparecer un discurso de estándar ético, pero esto va a ser general en los medios de comunicación durante los próximos días y si aparecen novedades el Presidente tendrá que evaluar las cosas. Yo no le daría más importancia de la que tiene, cada vez que aparece un nuevo gobierno o nuevas autoridades, este proceso que es legítimo y sano de llegar hasta las últimas averiguaciones de la vida de una persona que tendrá una representación pública es necesario y es bueno. (DF)

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