Los liderazgos alternativos-Enrique Subercaseaux

Los liderazgos alternativos-Enrique Subercaseaux

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La reciente edición de la Teletón, con un líder comunicacional indiscutido y ampliamente consolidado como es el caso de Don Francisco, nos ha dejado muchas lecciones. Una vez másDesde luego, el beneficio de una obra social innegable, muy bien desarrollada y ejecutada a lo largo de muchos años, y emulada con éxito en otras latitudes. Pero, poniendo las cosas en el contexto actual de “pandemia” y de crisis económica en ciernes, el tema da que pensar mucho más. Como un ejemplo que inspira y mueve a la acción. Pues la vida es un perpetuo movimiento.

Enfrentamos una crisis atípica, en el sentido que los contornos de la misma no se vislumbran. Ni el antes ni el presente ni el después. Por lo tanto, las medidas de la autoridad central son todas abiertas a interpretaciones y opciones. Una de las más gravitantes es el estado anímico de la sociedad. Luego, no es privativo de los que están a cargo de detentar el monopolio de la razón. Pero, al mismo tiempo, el ordenamiento lógico social nos indica que un estado con claridad en la “línea de mando” es lo necesario en estos escenarios, pues sostiene el timón firme y da confianza a la población.

Simultáneamente, se abren muchos caminos secundarios, o complementarios de cooperación dentro de la sociedad.  Todos pueden aportar, dentro de una lógica de colaboración pura y de optimismo. Como bien lo puso recientemente Isabel II de Inglaterra, en un mensaje histórico, de “esta crisis saldremos, y será gracias a todos”. Es decir, un escenario donde se necesita un liderazgo central y muchos pequeños liderazgos que transmitan un ambiente positivo y un movimiento hacia adelante, ya que una sociedad que se estanca es una sociedad que pierde rápidamente la confianza en  misma.

Las realidades y las percepciones juegan un rol muy importante. Vital. Y allí los comunicadores juegan un rol esencial. En nuestro pasado reciente, desde octubre, la comunicación alternativa ha avanzado a pasos agigantados. Los medios tradicionales no han sabido sintonizar con las necesidades informativas de la población. Este mismo medio, como “diario” no tradicional, ha visto crecer su tráfico. Pero muchos más han crecido a la sombra de una avidez por un flujo informativo cercano y más verídicoEl relato de lo que pasa en el mundo real es cada vez mas necesario. Necesario en su oportunidad, y vital en su apego a los hechos.

Lo mismo que pasa con la clase política. En Chile y en otras latitudes también. Es claro, por la última encuesta publicada, que ella, en nuestro país, goza, o más bien padece, de muy baja popularidad y preferencia. Es, entonces, la hora de liderazgos alternativos. Tal como en las comunicaciones.

Muchos actores de la política han probado, una y otra vez, las mismas fórmulas y las mismas soluciones. Ellas ahora están gastadas y claramente no sintonizan con las necesidades de la población. Las prioridades son otras, y la mecánica para construir planes de acción debe ser renovada. Así como la pandemia nos lleva por aguas que no son conocidas y, por lo tanto, los análisis y las soluciones necesitan más que nunca de la imaginación y de lo espontáneo, las sinergias deben levantarse de otros lados y de otras latitudes.

Pero también, y esta es la gran lección de la Teletón, están los grandes valores permanentes que, bien enfocados, nos llevan a triunfos y realizaciones concretas y alejadas de todo afán proselitista. El hombre, por mucho que nos quieran hacer creer lo contrario, guarda en su esencia los mismos valores que antaño. Solo ha cambiado su forma de expresar los mismo. Solidaridad, desprendimiento, ansias de trascendencia, ansias de encontrar un significado y una interpretación propia.

Ha llegado el momento de confiar en la gente y en su impulso vital. En confiar más en su esencia que en los libros que posee, en los títulos que ha amasado. La enseñanza es una cosa, la absorción de la misma es otra, y la aplicación en la vida cotidiana es, por último, una variedad distinta. George Steiner, gran maestro humanista, lo resume muy bien en su volumen “Las gramáticas de la creación”. Toda creación humana tiene un trasfondo divino. Es tarea del individuo encontrar y cultivar eso de divino que guarda en su interior. Todos lo tenemos. Y eso mismo tiene una capacidad transformadora que mueve montañas. Es el instinto de la supervivencia y luego, transformado, el instinto de la trascendencia.

Bajo estas consideraciones, muy generales es cierto, es que debemos abocarnos a encontrar los nuevos y verdaderos líderes. Aquellos que están alejados del relumbrón mediático. Aquellos que brillan con luz propia, por tenue que parezca. Porque la superación de la pandemia, y de la recesión posterior, es tarea que nos involucra a todos. Nadie puede ser excluido.

Debemos cambiar y debemos evolucionar. Alejarnos del materialismo, abrazar nuestro espíritu y el de los demás. Juntos podemos construir mucho. Hay que rescatar del anonimato los verdaderos líderes. Es la hora de los que hacen, no de los que hablan. Es la hora de la renovación de líderes. Ellos aparecen en nuestras horas más aciagas. Ellos se reconocen por su transparencia, por su mensaje, y, lo más importante, por saber priorizar lo accesorio de lo verdaderamente importante. (El Líbero)

Enrique Subercaseaux

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