Lavín partidario de un gobierno «lo más de unidad nacional posible»

Lavín partidario de un gobierno «lo más de unidad nacional posible»

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La semana pasada, poco antes de finalizar su aislamiento de 14 días en una residencia sanitaria en la que se recluyó tras haber mantenido contacto estrecho con una persona con Covid-19, el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín, se reunió por videoconferencia con algunos de sus más cercanos para analizar la situación política del país y ver la forma de relanzar, en la comuna que encabeza, uno de los proyectos en los que ha puesto sus expectativas: la construcción de una torre de 15 pisos, en el sector de Rotonda Atenas, con 85 departamentos, 40% de los cuales estarán destinados a personas de escasos recursos y el resto para familias de clase media.

En la cita por Zoom, que se pidió mantener en reserva, estuvieron, entre otros, el expresidente de la UDI Ernesto Silva y los diputados gremialistas Javier Macaya, Guillermo Ramírez y María José Hoffmann. Esta última es, además, esposa del cientista político Gonzalo Müller, otro de los orejeros del edil, junto a Francisco de la Maza.

El proyecto de integración social en viviendas que Lavín anunció en julio pasado, antes del estallido social, fue parte de la conversación que sostuvo esa noche, en la que, además, se discutió la urgencia de dar respuestas a las demandas sociales fuera de los moldes tradicionales de la derecha.

Construir un nuevo relato para la derecha chilena que vaya más allá de los marcos ideológicos del sector, a partir del trabajo en los barrios, es una pieza clave del diseño del actual alcalde de Las Condes con miras a los próximos desafíos electorales. Para él, la lógica está en apuntar a los rostros ciudadanos y que sean generadores de consenso, más que volver sobre las dinámicas de partidos y peleas entre viejos próceres.

“Durante la reunión por Zoom, él fue muy explícito en que quiere buscar una mayor transversalidad. Viene planteando la necesidad de un gobierno de unidad nacional, de reconstrucción de un nuevo tejido social, por lo que requiere una coalición mucho más amplia que la actual. Más que figuras políticas, Lavín está mirando experiencias como las del exministro Sebastián Sichel y ahora del ministro de Salud, Enrique Paris”, asegura uno de los asistentes a ese encuentro virtual.

Una estrategia que quedó de manifiesto el reciente jueves, cuando en el matinal de Chilevisión el edil de Las Condes respaldó la idea del ministro de Salud, Enrique Paris, de establecer límites a las utilidades de las isapres y destinar esos recursos en mejorar la salud.

Y no se quedó ahí. En esa misma oportunidad, Lavín también pidió no cerrar la puerta al debate sobre permitir a las personas de clase media, que no han recibido ayuda del Estado, sacar hasta el 10% de sus fondos en la AFP para enfrentar los efectos económicos de la pandemia. Una propuesta que había levantado el presidente de RN, Mario Desbordes, provocando molestia en el gobierno y en Chile Vamos.

Aunque Lavín dejó en claro que esa alternativa no era la que más le gustaba y que se debía utilizar sólo como mecanismo de “último, último minuto”, lo que llamó más la atención en el mundo político fue el hecho de que el alcalde decidiera involucrarse públicamente en estos debates que generan fuertes diferencias políticas al interior del oficialismo, algo que hasta hace muy poco evitaba hacer.

Es más, Lavín dijo que enviaría una propuesta alternativa al ministro de Hacienda, Ignacio Briones, para dar créditos blandos a la clase media con parte de los 12 mil millones de dólares de marco fiscal que gobierno y oposición acordaron usar para paliar la emergencia en los próximos 22 meses.

Construir un nuevo relato para la derecha chilena que vaya más allá de los marcos ideológicos del sector, a partir del trabajo en los barrios, es una pieza clave del diseño del actual alcalde de Las Condes con miras a los próximos desafíos electorales. Fotografía: Mario Tellez/La Tercera.
TORTUOSO CAMINO A LA PRESIDENCIAL

En el entorno de Lavín aseguran que el edil no ha abandonado sus intenciones de competir el 2021 por la presidencial. Un deseo que él ha exteriorizado en algunas de las conversaciones que ha sostenido por separado con los presidentes de RN, Mario Desbordes, y la UDI, Jacqueline van Rysselberghe. Interés que se ha ido consolidando en los últimos meses, gracias al alza de popularidad de los alcaldes por su rol en medio de la pandemia.

Para tener una idea, a mediados de abril, según la encuesta Pulso Ciudadano, de Activa Research, Lavín marcaba 19,8% de apoyo ciudadano, dos puntos porcentuales más arriba que el mejor registro que había obtenido, según este mismo sondeo, en julio y agosto del año pasado, antes de que el estallido social del 18 de octubre remeciera todo.

“Lavín es el rey de la adaptabilidad”, comenta una diputada UDI cercana al edil. “Pero la experiencia le ha enseñado a no apresurarse. Antes lo ha hecho y se ha pegado costalazos”, añade.

A todos sus cercanos, Lavín les ha pedido lo mismo. No adelantar pasos ni precipitarse. Sabe los riesgos que eso tiene. Ya le pasó en 2006 y en 2009, cuando las encuestas lo colocaban en pole position dentro de su coalición para competir por el sillón presidencial, primero, y luego por un escaño senatorial en la Quinta Región y, sin embargo, la realidad dijo otra cosa. En ambos casos, fue derrotado.

Por lo mismo, Lavín ya definió que competirá en abril de 2021 por la reelección como alcalde de Las Condes y postergará, hasta fines de ese mismo mes, la decisión sobre una eventual candidatura presidencial.

Es imposible, señalan en el entorno de Lavín, diseñar una estrategia de mediano y largo plazo en un escenario político y social tan voluble. El edil y su equipo son conscientes de lo rápido que han ido cambiando las cosas en Chile y que por más que las encuestas, desde hace más de un año, lo tengan como la figura mejor aspectada para la próxima elección presidencial, no sólo dentro de su sector, la carrera no está ganada.

Joaquin Lavin

Tras el estallido social del 18 de octubre, el edil sufrió una brusca caída en su popularidad, que lo llevó a replantear sus proyectos. Si en julio de 2019 marcaba 17,8% de apoyo, según el sondeo de Activa Research, el mismo estudio le daba sólo un 7,8% de las preferencias en noviembre pasado.

El clima de alta polarización política en que quedó el país, afirman algunos consejeros del alcalde de Las Condes, no es la arena en la que Lavín se desenvuelve mejor como candidato. Y, de hecho, el debate constitucional en ciernes puede calentar aún más ese ambiente poco favorable para él.

“Busqué ser Presidente de Chile en un momento de mi vida, pero ya no (…), francamente, no”, aseguró Lavín el 15 de diciembre pasado en entrevista con CNN-CHV.

Sólo unos meses después, cuando aún no se había resuelto la mayor crisis social desde el retorno de la democracia, una nueva emergencia dejaría todo en suspenso. La pandemia del coronavirus y sus devastadoras consecuencias en muertos y perjuicios económicos volvería a trastocar toda la escena nacional.

“Es demasiada la incertidumbre para definir una estrategia de campaña”, señalan en el entorno de Lavín. Por eso la insistencia de “esperar tiempos mejores”. En abril tendrán una lectura más fina del tipo de liderazgo que el país está buscando y del escenario político que enfrentará Chile en medio de un proceso constituyente. Un debate, además, que para sus cercanos debiera evitar el plebiscito de entrada e ir de inmediato a la elección de los miembros de una asamblea constituyente. La idea, apuntan, es saltarse ese paso que está en entredicho por la pandemia y negociar un plazo más acotado para redactar la nueva Constitución. Así, de resultar ganador en la presidencial, asumiría ya con el proceso constituyente terminado.

EL CENTRO

Chile necesita un gobierno lo más de unidad nacional posible, vamos estar saliendo de una pandemia, con todas las consecuencias sociales y económicas que eso significa, venimos saliendo de un estallido social que ya hizo cambiar muchas de las cosas que nosotros pensábamos que se tenían que hacer, y ya estamos enfrentando una crisis, por lo tanto, si me preguntan cómo debe ser el próximo gobierno, creo que Chile necesita un gobierno lo más de unidad nacional posible”, aseguró Lavín el jueves en el matinal de Chilevisión. Una idea que, en todo caso, Lavín viene pensando desde antes de los últimos eventos, pues ya había transmitido a sus cercanos que lo que toca es abrir la representatividad, salir de las cuotas de los partidos.

Para un parlamentario gremialista que participa de los grupos de orejeros del edil, “la polarización política puede ser el talón de Aquiles, pero también podría convertirse en su bala de plata para la presidencial”. Esto último, advierte, siempre y cuando el resurgimiento de un clima de conflictividad social y política en vez de mover el péndulo hacia los extremos, fortalezca la búsqueda de un liderazgo que privilegie la unidad.

En el equipo del edil, afirman que ha buscado posicionarse más al centro que Piñera. No es más que una apuesta que surge del convencimiento de que para un segmento importante de la población ya no les hacen ningún sentido los viejos clivajes de izquierda y derecha.

“Hoy, la gente quiere educación gratuita y de calidad, mejor salud, pero no quiere perder la libertad de elegir. Pide mejores pensiones, pero no está dispuesta a que le toquen sus fondos individuales”, aseguran. En el entorno de Lavín reconocen que están , en cierto grado, obsesionados con la idea de que en 2009, cerca de 400 mil electores votaron en primera vuelta por Marco Enríquez-Ominami y, en segunda vuelta, se inclinaron por Sebastián Piñera.

CUÁNTO POSTERGAR

Postergar la decisión, por la incertidumbre frente a lo que viene, también conlleva riesgos.

Para su primera aventura presidencial en 1999, cuando perdió frente a Ricardo Lagos en primera vuelta por tan sólo 31.000 votos, Lavín había iniciado tres años antes el trabajo de planificación junto a un equipo estratégico, a los que se les conoció como los “samuráis de Lavín”.

Hoy, Lavín mantiene un grupo de orejeros políticos y estratégicos con los que conversa a menudo y a quienes les pide consejos. Sin embargo, no ha articulado un equipo con el que tenga reuniones sistemáticas y se asignen tareas específicas. Y eso acrecienta las posibilidades de cometer errores.

“Hay mucha incertidumbre sobre lo que viene. En un ambiente poscrisis social y pospandemia, la élite de centroderecha puede demandar un mayor nivel de certezas de parte de los liderazgos del sector, que hagan frente a deslices populistas”, señala un dirigente de Evópoli.

No será ese el único conflicto que deberá enfrentar. La postergación de las elecciones municipales -de octubre a abril próximo- también implicó un problema para Lavín.

De resultar reelecto en Las Condes, lo que dan por descontado en el sector, tendría que renunciar a los pocos días, el 4 de mayo, para inscribir su nombre a las primarias presidenciales. En el entorno del edil estiman, sin embargo, que los costos electorales que pagaría Lavín por ese hecho serían menores.

Aún así, hay otra idea que ha ido ganando fuerza en el entorno del alcalde de Las Condes: si Lavín está muy arriba en las encuestas en enero próximo, podría desincentivar la necesidad de primarias dentro del sector. Algo que es descartado de plano en RN y Evópoli. Por ahora, Lavín pide no apresurarse a la espera de “tiempos mejores”. (La Tercera)

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