La madre de las batallas- José Ramón Valente

La madre de las batallas- José Ramón Valente

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SE ACABA septiembre y con ello el plazo del gobierno para presentar el Presupuesto fiscal 2017 al Congreso. El ministro de Hacienda ha señalado en numerosas ocasiones que una expansión moderada del gasto fiscal 2017 es lo adecuado para enfrentar el próximo año.

No puedo estar más de acuerdo en la opinión del ministro  en cuanto a que la situación de las finanzas públicas es muy delicada. En efecto, a mi juicio, un aumento desmedido del gasto público para el año 2017 generaría un alto déficit fiscal y sería muy mal percibido por las clasificadoras de riesgo y el mercado económico y financiero en general.

No obstante, como suele suceder en toda clase de temas, no hay una única opinión. Algunos economistas y políticos han planteado que para enfrentar el actual ciclo de desaceleración, el gobierno debiese implementar una política fiscal expansiva.

Si la desaceleración que enfrenta la economía chilena tuviese componentes puramente cíclicos o irracionales, se podría justificar una política fiscal expansiva, de modo de compensar los efectos del ciclo económico o de los espíritus animales. Pero este no es el caso. La tasa de crecimiento en Chile es baja, en gran parte por efecto de las reformas implementadas por este gobierno y el clima antiempresarial que ha fomentado y sigue fomentando la Nueva Mayoría. Bajo estas condiciones, un aumento adicional del gasto público resultaría totalmente estéril en cuanto a reactivar la economía nacional.

Brasil experimentó durante el año 2012 y 2013 un dilema similar al que Chile enfrenta hoy. El gobierno de Dilma optó por aumentar fuertemente el gasto público de modo de reactivar la economía brasileña y lo único que cosechó fue un fuerte aumento de la inflación, que la llevó luego a  una recesión que ya dura más de dos años.

Valdés ha debido librar varias batallas, de las cuales no sólo no ha salido bien parado, sino que además ha perdido. Pero ésta no es una batalla cualquiera, esta es la madre de todas las batallas. El ministro  se juega todo lo que le queda de su liderazgo en este Presupuesto. Si el ministro no logra convencer al Congreso de la necesidad de un crecimiento acotado del gasto fiscal para el 2017, habrá fracasado en su batalla final, aquella para la que supuestamente se guardó todas sus municiones.

La batalla será ardua. Algunos parlamentarios ya han señalado que la actitud “cerrada” del ministro a escuchar nuevas propuestas hará complicada la tramitación del erario. No obstante, no es su actitud lo que pone en peligro la negociación del Presupuesto, sino que lo es la irresponsabilidad de parlamentarios que están dispuestos a hipotecar el futuro de Chile por obtener una ganancia política de corto plazo.

Cabe recordar, que si no cumplimos con la promesa de reducir en 0,25% anual el déficit fiscal estructural, habrá que organizar el funeral de la regla fiscal y atenerse a las consecuencias. Este gobierno ya incumplió su promesa fiscal con Arenas. Si lo hace nuevamente, no sólo será Valdés quien pierda la madre de todas las batallas, sino que el gobierno perderá la poca credibilidad que le va quedando.

 

La Tercera

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