En el último debate presidencial la candidata comunista insistió con defender las reducción de jornada laboral a 40 horas. Los resultados hasta la fecha han sido pésimos. El Metro adelantó la reducción de jornada, anticipándose a lo exigido por la ley. Las fallas del servicio han aumentado. La candidata Jara insiste en afirmar que a la gente le gusta. Es obvio, y si les ofrecen trabajar 30 horas a la semana, estarían más felices.
Jara no entiende cómo funciona una pyme, un restaurante o un comercio pequeño. No tiene idea cómo funciona un establecimiento agrícola o ganadero. La productividad laboral no ha aumentado. Los costos laborales se ven afectados por la reducción de jornada y eso es indiscutible. Los gremios se equivocaron, el Congreso se equivocó, el gobierno se equivocó y los economistas también. En España la extremista Yolanda Díaz quiere llevar la economía a 37,5 horas a la semana, para ganar votos. Quienes tienen un negocio mediano son los más afectados. Los grandes bancos no verán afectados sus ingresos por la reducción de jornada. El gran error de estas reformas es que se aplican sin diferencia de industria o de región o de tamaño de empresa. Lo importante es la flexibilidad laboral. A todo lo anterior se debe sumar el aumento del costo por mayores imposiciones con cargo al empleador. También los fallos judiciales normalmente son en contra de los empleadores. La indemnización por años de servicios es un incentivo al trabajo lento para ser despedidos.
Siempre se habla del abuso de los empresarios, pero no se habla del abuso de los trabajadores que no cumplen horarios o -en lenguaje chileno- “sacan la vuelta”. Para qué decir las licencias falsas en que miles y miles se han aprovechado del Estado, financiado por los contribuyentes. Jara es una persona que tiene la patudez de decir que representa a la centroizquierda. Ella es comunista. Opinó que apoyaría la diplomacia internacional para que cambien las cosas en Venezuela. Jara olvida que en Cuba en 66 años la diplomacia no ha logrado nada. Nicaragua, Cuba y Venezuela no tienen solución pacífica. La salida forzada, ojalá con pocas víctimas, es el único camino. Jara es odiosa y todo su discurso se centra en beneficios para los trabajadores y no en crecimiento y desarrollo de Chile. Jara tiene mucho resentimiento y eso se le percibe.
Ojalá una vez que sea derrotada, Jara cambie el odio por colaboración. Veremos si ese giro hacia el centro, fue un ardid o era real. Las 40 horas que permitirían estar con la familia, en verdad es un cuento. Las familias no crecen, pero sí el número de mascotas. Se han reducido las horas de estudio en los colegios y de trabajo en las empresas. Así Chile nunca acortará las brechas con los países desarrollados. Para acercarnos al desarrollo es clave trabajar más y no menos. (El Líbero)
Andrés Montero



