Increíble, pero cierto-Jaime Jankelevich

Increíble, pero cierto-Jaime Jankelevich

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La semana que termina quedará grabada como una de aquellas en que no se sabe si hay que reírse o ponerse a llorar, por el nivel que exhibieron algunas autoridades de nuestro país. Me refiero al alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, del que nada nos puede extrañar, pero también aludo a ciertos parlamentarios oficialistas cuyas posiciones son insostenibles.

Partiendo por el alcalde Jadue, a quien no se le ocurrió nada mejor que ampliar la querella contra el Presidente Piñera, el exministro Mañalich y su equipo por el delito de diseminación de gérmenes patógenos con el propósito de producir una enfermedad y falsificación ideológica de instrumento público. No le bastó la acción judicial original que apuntaba a los delitos de denegación de auxilio, abandono de destino y cuasidelito de homicidio. Pero claro, había que causar más notoriedad a como dé lugar, porque está en campaña presidencial.

Es de suponer que la justicia no va a acoger tamaño desvarío, porque a quién, en su sano juicio, se le puede ocurrir la descabellada idea de que un Presidente junto al ministro de Salud y su equipo, van a querer diseminar gérmenes patógenos para producir enfermedades. Eso tal vez lo hacen los mandamases de países en que no se tolera la disidencia y envenenan a los opositores para causarles la muerte, pero no en Chile, y pareciera que el edil de Recoleta, quien comulga con esas ideologías, las extrapola a nuestro país.

Pero Jadue no es el único que causa asombro por lo descabellado de sus intenciones. Resulta que circuló en un Top Secret de La Segunda del jueves la noticia que los diputados RN Andrés Longton, Gonzalo Fuenzalida y Pablo Prieto estarían dudando en apoyar al exministro Jaime Mañalich si la acusación constitucional en su contra pasa a votación a la sala, porque -¡oh sorpresa!- no son de su agrado los abogados que eligió para su defensa.

Tanto Longton como Fuenzalida estuvieron entre los diputados que impulsaron la acusación contra la jueza Silvana Donoso y no les cayó nada de bien que los abogados elegidos por Mañalich sean los mismos que la defendieron a ella, lo que estiman improcedente porque, según ellos, fueron cuestionados en la Cámara por los argumentos que entregaron sobre los informes de Gendarmería en relación a la versión de las relatoras, lo que sería su razón para no brindarle apoyo.

Los abogados cuestionados por los diputados son Dafne Guerra, Jaime Winter y Gabriel Zaliasnik, destacados profesionales de la plaza de los que nadie duda de su capacidad e idoneidad. Que a los señores parlamentarios no les haya gustado el resultado de la acusación contra la jueza Donoso no tiene absolutamente nada que ver con el mérito de los cargos contra el exministro; no los autoriza a vetar su libertad de poder elegir para su defensa a los abogados que se le venga en gana, y menos aún a intentar castigarlo por su elección, como si se tratase de una vendetta.

Realmente de ser cierta esta noticia y de aprobarse en la sala  la acusación constitucional, gracias a los votos de estos diputados oficialistas se estaría introduciendo un manto de duda sobre nuestra democracia. Así de grave lo considero, porque sería inaceptable que desde el Congreso se lograse castigar a un ciudadano, por elegir para su defensa, a determinados profesionales que no fueran del agrado de los parlamentarios en ejercicio.

Eso sería un despropósito inédito y estaría demostrando un nivel de abuso de poder solo comparable al que se ejerce en los regímenes totalitarios contra los disidentes.

Increíble, pero cierto, porque estamos en Chile. (El Líbero)

Jaime Jankelevich

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