Guillier salva al PDC

Guillier salva al PDC

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Lo único que puede salvar al PDC es un impensado triunfo de Guillier. Su bancada se redujo de 21 a 14 diputados. Si en la actual legislatura los diputados DC representan un 17.5%, desde marzo de 2018 sólo abarcarán un 9%. Si Guillier logra ganar, el PDC- al menos- mantendrá vigencia en el ejecutivo pero sin posibilidad ni espaldas mínimas para incidir en el programa. Deberá aceptar- aunque sea a regañadientes- lo que ofrezcan los partidos que mandan dentro del bloque. Y si gana Piñera, el PDC desaparecerá del mapa. Lo hará simplemente porque su actual dirigencia no está dispuesta a repensar al partido desde otra lógica que no sea la centro-izquierda. Mucho se habla del “centro” en el partido, pero poco y nada se ha hecho para obtener la ansiada identidad. Además, en un gobierno de Piñera la oposición más ágil y genuina será el Frente Amplio. Esta nueva elite condenará cualquier movimiento del PDC que pueda implicar llegar a acuerdos con el gobierno.

¿Cómo llegó a esto un partido que en su momento tuvo una bancada de 38 diputados? Ciertamente hubo un desgaste de la dirigencia. Pero también se produjo un vacío de poder enorme. Las nuevas generaciones no presentan la altura intelectual ni la habilidad política para sacar al PDC de su actual situación. Hay varios grupos que pretenden representar la sucesión. Entre ellos la G-35 y un particular sector que se autodenomina “Cardumen”. Según entiendo, uno de los líderes de ese grupo es el actual alcalde de Renca. Sí. El mismo que apareció en la franja televisiva apoyando a la candidata a diputada por el PC. Este tipo de acciones sólo ilustran la falta de criterio político. Desconozco cuál fue la incidencia de este grupo en la campaña deCarolina Goic, pero hay varias señales que me indican que su influencia fue evidente. Para empezar, el resultado de la elección.

Las generaciones pasadas también son responsables. Fueron ellos quienes poco a poco fueron cediendo espacio a la izquierda que ahora no toleran. Omitieron al PDC en varios distritos para dar cupos a socialistas, radicales, pepedés y, posteriormente, a los comunistas. El PDC desaprovechó la oportunidad histórica de ser el partido hegemónico. Esa hegemonía duró 10 años. Dicho en otras palabras, esa generación pasada se farreó la popularidad del partido, sus liderazgos, su historia y sus gobiernos. Luego de haber asegurado sus vidas y las de sus descendientes, simplemente se olvidaron de sus orígenes. Hubo soberbia y arribismo. El gráfico 1 muestra los costos de las malas decisiones comparando el porcentaje de votos y el porcentaje de escaños en la Cámara. La debacle es evidente. Negarlo es irresponsable.

Como resultado del desastre, Matías Walker- que quedó prácticamente solo defendiendo a la candidata presidencial- tuvo que dar un paso al costado. La decadencia de los Walker pasa por cualquiera de ellos, menos por Matías. El bochorno electoral de Ignacio Walker- que hoy avergüenza al partido en Valparaíso- es clara señal de aquello. El mismo Ignacio desechó los estudios serios que anticipaban la debacle electoral en caso de que el PDC compitiera en lista propia. En lugar de discutir con cifras, se dedicó a descalificar, mostrando una escasa altura de miras para sacar al partido de una borrachera empapada por la absurda tesis del camino propio. Por la boca muere el pez- 4.64%- aunque en este caso iba a morir con cualquier configuración de listas o pactos.

¿Qué queda ahora? La directiva actual tiene dos escenarios. Revivir con el triunfo de Guillier, o administrar el conflicto interno hasta que alguna de las partes ceda. Si Guillier gana, esa directiva podría alcanzar un poder caído del cielo. En la práctica, esa directiva sería la encargada de definir los potenciales nombres para ministerios, subsecretarías, jefaturas de servicio, entre otras. Sería una especie de respirador artificial útil para hacer el último intento por frenar el derrame electoral. En ese intertanto se viene la actividad más importante para el partido: la reconstrucción. Los legisladores, alcaldes y Cores del PDC se dedican a cualquier cosa, menos a construir partido. Si hay algo que rescato de la UDI es precisamente eso. A pesar de haber estado en la oposición durante 20 años, se las ingenió para transformarse en la primera fuerza electoral del país. Es cierto que la UDI contó con recursos que el PDC jamás tendrá, pero si sus dirigentes siguen en la modorra política y en una ordinaria pasada de cuentas, no hay posibilidad alguna de sobrevivir. (La Tercera)

Mauricio Morales

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Fuente: Elaboración propia con datos de www.servel.cl

 

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