Greta y derechos del niño

Greta y derechos del niño

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Lo más difícil de sostener en el trabajo de posicionar liderazgos es la coherencia comunicacional, la misma que permite incrementar la percepción de confianza. Esta es una de las razones por las que se atacan acciones en liderazgos que mostrarían incoherencias, con alguien diciendo algo, pero haciendo todo lo contrario.

El mejor ejemplo es el festín que se han dado algunos criticando a la activista sueca de 16 años, Greta Thunberg. La critican porque es niña, porque es seria, porque come en recipientes de plásticos y porque los tripulantes del velero en el que llegó a Nueva York se vuelven en avión, etc.

Bastó que su poder creciera para que fuera atacada en la coherencia de su actuar con el único objetivo de deslegitimarla. Quienes la critican ven que encarna un relato coherente que es percibido así por sus opositores. Greta tiene lo que muchos políticos y líderes públicos añoran: credibilidad y una causa con millones de seguidores. Ella entiende el valor de su figura y la simbología de sus actos. Lo entienden también millones de adolescentes, jóvenes y personas adultas alrededor del mundo.

El gobierno de Chile, representado por el Presidente, compartió en la ONU la causa del cambio climático. Estuvo con Greta y se saludaron amablemente, le dijo que la esperaba en Chile, mientras aquí se trabaja afanosamente para tener lista la ciudad desechable que recibirá a la COP25. Por mientras, el agua se acaba en cinco regiones, se decreta sequía y algunos pueblos se empiezan a vaciar. En el sur, sale a remate un río porque sus dueños venden los derechos de agua, que aquí son privados.

La niña Greta llegará a Chile y capaz que se le ocurra hacerlo por la bahía de Quintero. Para su sorpresa se encontrará con otros niños y niñas que como ella están asustados porque sobre sus vidas caen a diario partículas de materiales que nadie sabe que son, ni de donde provienen, pero que los afecta en su salud. Ya no pueden bañarse en el mar y dudan del agua que toman. Hay otros sitios de sacrificio en el país, los que se han multiplicado en los últimos 50 años sin que las autoridades logren planificar, regular, prohibir, cambiar.

¿Tiene responsabilidades el Estado de Chile con el derecho de los niños y niñas a vivir en un medio ambiente libre de contaminación o cuidar el derecho a su salud? ¿Tienen las empresas algo que decir al respecto? Claro que sí. La Observación General N° 16 del Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas se refiere a “las Obligaciones del Estado en relación con el Impacto del Sector Empresarial en los Derechos del Niño” y los llama a orientar a las empresas sobre la manera en que realizan sus actividades para que no afecten negativamente a la infancia, junto con garantizar el acceso a un recurso efectivo cuando esos derechos hayan sido vulnerados.

El Presidente Piñera pidió perdón. Los niños y niñas piden respirar aire limpio y Greta seguro se sumará a su petitorio. Un buen desafío a la coherencia tienen por delante el Estado chileno y el sector privado.

 

Paula Walker/La Tercera

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