Fue el ministro Briones-Paula Schmidt

Fue el ministro Briones-Paula Schmidt

Compartir

A mediados de mayo recibí un correo del Servicio de Impuestos Internos que me sorprendió por lo inédito y moderno. Por primera vez, el Estado de Chile entregaba a cada contribuyente un desglose de cómo se habían gastado sus impuestos. La iniciativa me transportó al primer mundo y me hizo sospechar que el responsable de esta medida, tanto innovadora como necesaria, había sido el ministro Briones.

El Premio Nobel Friedrich von Hayek expresó que nadie puede ser un gran economista si sólo es “economista”, por lo que el estilo de Ignacio Briones en parte refleja esta sabia afirmación.  Cuando la política pareciera ser cada vez más para narcisos, este ministro no se ha despeinado desde que asumió en medio de la crisis social, demostrando su capacidad para afrontar desde los escenarios más técnicos hasta los más humanos. Es por eso que puede darse el lujo de parar en plena carretera para dialogar con camioneros en paro (contados con los dedos los miembros de la clase política que se atreverían), aterrizar números, cifras y las medidas del gobierno para las audiencias de los matinales o utilizar las redes sociales para comunicar y no polemizar. Todo esto lo desarrolla al mismo tiempo que encabeza una cartera tan gravitante como intensa, especialmente ahora, en medio de tanta incertidumbre y desconfianza hacia las autoridades.

Al comienzo de su debut, muchos asociaron su forma de “apearse” frente a la realidad por una sólida formación académica en Francia. Puede ser, pero el aplomo que percibo en Briones no sólo proviene de una joie de vivre gala. Hay algo más en él que lo hace sobresalir por sobre la típica figura de un tecnócrata.

Es así como nuestra economía, sana de raíz, pero afectada por las consecuencias del estallido social y ahora por las de la pandemia, requiere de un manejo templado y sumamente realista, ya que con un IMACEC deprimido, una caída del PIB que no se veía desde 2009 y una contracción de nuestra economía en un -3%, acorde al FMI, nadie podría suponer que la palabra “crecimiento” conformaría parte del vocabulario para describir los resultados del primer trimestre de este año. No obstante, bajo las riendas del actual ministro lo logramos: un tímido 0,4% que ofreció un respiro frente a las amenazas de una recesión.

Por último, los servicios públicos han sido mandatados por Hacienda de priorizar y planificar sus gastos para el presupuesto 2021. Con un diseño diferente, denominado “Base Cero”, se pretende que el Estado invierta nuestros impuestos con foco, orden y, además, incorpore nuevos elementos que le han generado exitosos resultados a naciones como Irlanda, Nueva Zelanda e Islandia, cuyos líderes están preocupados de que su crecimiento exponencial no sólo recaiga en números, sino también que reflejen la calidad de vida de sus habitantes.

¿Cómo y por qué lo hace? Por todo lo descrito anteriormente. Ignacio Briones logra transmitir confianza y respeto, porque no se amilana frente a una oposición que exige por sobre ofrecer soluciones, la información que provee es oportuna y clara, pero, sobre todo, porque sabe escuchar: abre sus ojos antes de abrir la boca, algo que desgraciadamente no se adquiere con el cargo, sino más bien proviene de alguien lo suficientemente seguro como para no perderse en el bosque del poder.

En estos momentos en que nadie puede predecir el futuro, quizás es muy luego para pronosticar lo que será el legado del actual ministro. No obstante, si sigue a este ritmo, estrategias como enviar un correo a todos los contribuyentes o incorporar índices de bienestar al erario nacional logren acercar la economía a la ciudadanía haciendo posible afirmar que “fue el ministro Briones”, durante su paso por Hacienda. (El Líbero)

Paula Schmidt

Dejar una respuesta