Falla geológica

Falla geológica

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Hemos debatido en los últimos años prácticamente todo sobre un futuro sistema político, una futura nueva Constitución y un futuro modelo económico. Sin embargo en ninguno de esos debates y discusiones ha salido a relucir explícitamente lo que algunos denominan como la falla geológica del sistema político chileno.

Dicha falla se encuentra en el sistema de partidos políticos y en el sistema electoral, y mientras no enfrentemos dicho obstáculo podrán existir las mejores ideas para una nueva Constitución, para el mejor estado social y democrático de derecho, la mejor paridad, el mejor equilibrio entre crecimiento y sustentabilidad ambiental, entre otros múltiples temas que probablemente no se concretarán.

¿Sabía usted, estimado lector, que en la última elección parlamentaria, en el caso de la Cámara de Diputados, se presentaron legalmente 27 partidos políticos? Claramente esa cantidad de partidos expresa una fragmentación insostenible para cualquier gobernabilidad. De esos 27 partidos, 12 no cumplieron los requisitos legales para permanecer como tales dado que no lograron en dicha elección el 5% de los votos y/o bien no eligieron más de cuatro parlamentarios en más de una región; de los 15 partidos que quedaron legalmente establecidos, solo seis cumplieron los dos requisitos, es decir, alcanzaron más del 5% de los votos y eligieron más de cuatro parlamentarios, de tal manera que hoy día hay nueve partidos con representación parlamentaria que no lograron el mínimo de votos, pero sí obtuvieron el mínimo de parlamentarios.

Si aplicáramos en Chile lo que yo comparto, el modelo alemán, en que solo existen partidos que alcancen el mínimo del 5%, en Chile tendríamos solo seis partidos políticos en el Parlamento: Renovación Nacional; UDI; Partido Republicano; Partido de la Gente; Partido Comunista y Partido Socialista. Si aplicáramos el modelo español, que exige un mínimo de un 3%, en Chile hoy día existirían 13 partidos con representación parlamentaria: a los seis mencionados debiéramos agregar a Evópoli, a la Democracia Cristiana, al PPD, al Partido Ecologista Verde, al Partido Humanista, Partido Comunes y Partido Convergencia Social. En el modelo alemán y en el español, a diferencia de Chile, no existe la alternativa de sobrevivencia sobre la base de elegir más de cuatro parlamentarios.

Si hoy día tenemos 15 partidos con representación parlamentaria, bajar a 13 mantiene la actual ingobernabilidad, por lo cual debiéramos imitar el modelo alemán. Pero adicionalmente a lo ya descrito, tenemos un segundo problema, que son los independientes elegidos en listas de partidos en las elecciones. Prácticamente en todos los partidos con representación parlamentaria existen diputados independientes elegidos como ya lo mencioné. De más está decir que en el modelo alemán y el español no existe esta situación. De hecho, en el actual Parlamento solo hay tres parlamentarios verdaderamente independientes, que son aquellos que compitieron y ganaron a las listas de los partidos, me refiero al diputado Carlos Bianchi, al senador Karim Bianchi y a la senadora Fabiola Campillai, esta última además elegida con la primera mayoría nacional. El problema con estos independientes elegidos en lista de partido, con franja electoral y lo más probable con financiamiento partidario en sus campañas, una vez elegidos actúan como independientes y solo administrativamente pertenecen a sus respectivas bancadas parlamentarias.

Todo lo anteriormente descrito nos conduce a la ingobernabilidad permanente, tanto para gobernar como para constituirse en una oposición sólida. Y creo que ha llegado el momento, en el marco del debate sobre transformaciones institucionales, de enfrentar este tema.

La fragmentación partidaria y la presencia de independientes en listas debilitan y no fortalecen la presencia de partidos sólidos, fuertes, convocantes, disciplinados, condición esencial para un sistema democrático que responda a las demandas ciudadanas. (El Mercurio)

Francisco Vidal