Eyzaguirre tenía razón

Eyzaguirre tenía razón

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La feroz autocrítica que lanzó el ministro Eyzaguirre en una entrevista el domingo pasado, donde calificó de mala la gestión del gobierno y de estar metidos en una vorágine de reformas “que no íbamos a ser capaces de diseñar apropiadamente”, causó una sorpresa mayúscula no sólo en la opinión pública, sino también al interior de la Nueva Mayoría. Nunca un ministro se había referido en forma tan dura a su propio gobierno.

Las explicaciones posteriores, en el sentido de que se trata de un diagnóstico compartido por todos, o que incluso estaba hablando por la Presidenta, son incluso más sorprendentes. Porque si esa es la evaluación que Bachelet hace de ella misma, entonces no se entiende que todo siga igual.

Pero ayer viernes las cosas comenzaron a aclarase cuando se dio a conocer la encuesta CEP. Los resultados para el gobierno son tan malos que uno puede pensar que lo que hizo Eyzaguirre fue simplemente ponerse el parche antes de la herida. Así las cosas, como jugada comunicacional no es mala. Como la medición no da espacio para excusas, lo mejor es sumarse a ella buscando cierto nivel de empatía con una ciudadanía que está muy molesta con la Presidenta y el gobierno.

La CEP no dice nada muy distinto a lo que vienen mostrando otras encuestas, pero esta medición sigue siendo el referente obligado del mundo político. De esta manera, ayer se confirmaron los peores diagnósticos, partiendo porque Bachelet obtiene un 22% de aprobación, la menor que registra un presidente en los últimos 15 años. Para qué hablar de sus atributos personales. El 68% la encuentra lejana, el 62% señala que no tiene liderazgo y el 65% manifiesta que no da confianza. Todo esto en un marco donde la evaluación sobre la situación del país es francamente mala. Un 5% cree que la situación política es buena. Sólo un 12% que la economía anda bien.

O sea, Eyzaguirre tenía razón, tanto cuando dijo que el gobierno está actuando mal, como al señalar que la imagen de la Presidenta está muy deteriorada. Ahora, empatizar sobre el diagnóstico es bueno, pero no suficiente. Lo que se requiere ahora son dos cosas. La primera es tener certeza de que Bachelet lo comparte. No basta con el mensajero, sobre todo cuando ella ha dado señales opuestas. Eso sólo crea confusión. Lo segundo es que si todos estamos de acuerdo en que las cosas están mal, entonces algo tiene que cambiar. Y de eso no hay nada. Por el contrario, el gobierno sigue metido en la misma vorágine de reformas que Eyzaguirre dijo que no son capaces de diseñar apropiadamente. Y hay cero énfasis sobre la gestión, que es lo que realmente le preocupa a la ciudanía.

Se dice que con sus palabras Eyzaguirre se pasó al bando del realismo y gradualidad que comparten los ministros Burgos y Valdés. Bueno, sólo falta que lo haga también la Presidenta. Si todavía tiene dudas, la encuesta le da otro dato para terminar de convencerse. El personaje peor evaluado en la CEP es el senador Quintana, el inventor de la retroexcavadora, al cual lo apoya sólo el 12% de la gente. Por ahí no va la micro.

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