Los enviados de Francisco a Chile, el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el sacerdote miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Jordi Bertomeu, llegaron al país para cumplir la misión encomendada por el Papa.
En horas de esta mañana los religiosos conversaron brevemente con los medios y Bertomeu aseguró que «hemos venido a pedir perdón en su nombre» a las víctimas y también a escuchar a los afectados por parte de la Iglesia.
Al ser consultado sobre la posibilidad de nuevas salidas de obispos, tras aceptar la renuncia de Barros, Caro y Duarte, dijo que eso «tenemos que dejarlo en sus manos», refiriéndose al Sumo Pontífice, «pero estamos expectantes de que se va a solucionar muy bien».
Scicluna y Bertomeu se quedarán en el país hasta el 19 de este mes y se espera que visiten la diócesis de Osorno entre el 14 y el 17.
Este lunes se informó que el Papa Francisco aceptó las renuncias del obispo de Osorno, Juan Barros, y el de Valparaíso, Gonzalo Duarte, ambos están en la polémica por diferentes casos. Barros es acusado por las víctimas de Karadima de ser encubridor de los abusos que cometió.
Por su parte, se conoció la existencia de querellas contra Duarte por abusos sexuales, encubrimiento y asociación ilícita en contra de un grupo de sacerdotes en 2012.
La renuncia de Cristián Caro también fue aceptada, pero la de él fue «por edad». En un comunicado que publicó de madrugada desprende que la decisión «llega en un momento crítico de la Iglesia en Chile por la pérdida de la fuerza profética de la evangelización y la ‘cultura del abuso y el encubrimiento’ (palabras del Papa) que ha causado daños a muchas personas y ha debilitado la credibilidad de la Iglesia». (Emol-Aton)
