Un grupo de sindicatos que representan a millones de trabajadores quiere que Starbucks “despierte y huela el café”. Para lograrlo, está utilizando una estrategia que durante mucho tiempo ha sido la preferida por los asaltantes corporativos: una batalla por poderes de representación.
El Centro de Organización Estratégica (SOC, sigla en inglés), una coalición de sindicatos, nominó a tres directores para la junta de Starbucks en una medida sin precedentes que podría trastocar la forma en que operan las empresas estadounidenses.
Lo interesante de la campaña del SOC es su similitud con las batallas libradas por grandes inversionistas activistas como Elliott Management y Trian Partners, incluidos los asesores que contrataron, todos los cuales han trabajado con algunos de los inversores más temidos de Wall Street.
Pero, a diferencia de estos fondos de cobertura, el SOC posee una participación de solo US$ 16 mil en Starbucks, cuya capitalización supera los US$ 100 mil millones. Y no está presionando para que la cadena reduzca costos, optimice sus operaciones o escinda divisiones; sino para que reparta más beneficios a sus empleados.
