El año que no fue-Loreto Cox

El año que no fue-Loreto Cox

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¿Qué es un año? Un año es una seguidilla de hitos, mayormente de poca monta, que ciclo tras ciclo marcan nuestra percepción del tiempo. Por ejemplo, desde los noticieros, un año típicamente comienza con fuegos artificiales en Valparaíso, seguidos por un éxodo masivo de vehículos desde la capital y luego cinco noches de Festival. Acercándose marzo, vienen diferencias exorbitantes en los precios de los uniformes escolares, el pago de las patentes a última hora y las disquisiciones sobre el abastecimiento de pescados y mariscos para Semana Santa. Le siguen temperaturas bajo cero por ahí por Lampa y recurrentes mediciones del déficit de lluvia respecto del año normal (¿existirá tal cosa?). Ya hacia septiembre, se incauta hilo curado para entrar luego en diversos cálculos de las calorías en el choripán y la empanada. Avanzado el año, se reconocían con normalidad las salas para la PSU (aunque esto sí que ya es parte del pasado), mientras que el comercio hacía proyecciones de ventas para navidad. El termómetro se aproxima a los 40° por ahí por Los Andes y ya entonces llegamos de nuevo a los fuegos artificiales.

En lo personal, en tanto, un año es un ciclo recurrente en el cual se suceden siempre con la misma distancia temporal los cumpleaños —el propio, los de quienes nos rodean—, como una partitura que se repite, algunos siempre con calor, otros siempre en días cortos y fríos; las vacaciones con sus regularidades, la vuelta a clases o a la oficina, la revisión técnica, el dentista, las graduaciones y las fiestas de fin de año que se acumulan como cuentas.

No cabe duda, entonces, que 2020 no fue un año o que, como mucho, fue un año que se detuvo. ¿Cómo se concibe el tiempo de este año si no celebramos sus feriados, si no vivimos ordenadamente sus cumpleaños? Se parece a un día sin almuerzo, en el que cuesta distinguir la mañana de la tarde. O, quizás, a la forma como se vive el tiempo en aquellos lugares donde el clima no cambia entre estación y estación (¿es posible sentir que se avanza en algo si después del verano no viene el otoño y luego el invierno?).

La pregunta, desde esta temporalidad suspendida, es si el 2021 será propiamente un año, ¿podrán ocurrir uno a uno sus hitos? Es la perspectiva de que el tiempo avanza a través de estos pequeños ritos y, sobre todo, la de que vendrán celebraciones y vacaciones, las que suelen sostener los esfuerzos cotidianos. Mientras no recuperemos nuestro tiempo circular, difícilmente mantendremos la confianza en que después del invierno viene la primavera. (El Mercurio)

Loreto Cox

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