Eje DC-PR, Guillier y la factura pendiente de G. Martínez para Lagos

Eje DC-PR, Guillier y la factura pendiente de G. Martínez para Lagos

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La vida es una tómbola y en política mucho más. En la DC aseguran que al ex Presidente Ricardo Lagos jamás se le pasó por la cabeza, el 2013, que la rueda de la coyuntura giraría a tal punto que solo un par de años después se vería enfrentado a un escenario en que el influyente y todopoderoso dirigente de la flecha roja, Gutenberg Martínez, poseyera la chance de cobrarle las deudas pendientes que le tiene anotadas y lo tuviera con la sartén por el mango para negociar favorablemente. Pero sucedió y hoy la falange, donde abundaban los laguistas hasta hace unos meses, por estos días no solo ha tomado una estratégica distancia con la candidatura del ex Mandatario, sino que además coquetea abiertamente con los radicales y la nueva niña bonita del barrio de la Nueva Mayoría: Alejandro Guillier.

No se trata de rencor, tampoco de venganza, menos de un tema personal, sino simplemente de negocios, de política.

Así explican en la DC que Martínez sea casi el único exponente del llamado partido del orden que no ha salido públicamente a cuadrarse con la candidatura de Lagos y la opción de su regreso a La Moneda, como lo han hecho desde los ex ministros DC Jorge Burgos y Edmundo Pérez Yoma, pasando por el PPD Sergio Bitar y el ex senador PS Camilo Escalona, el senador Andrés Zaldívar, dueño y señor de la Cocina del Senado, es decir, lo más granado de lo que fue la otrora Concertación.

La primera respuesta que surge en la DC es que el ex diputado quiere resistirse a apoyar a Lagos, porque quiere “subir el precio” del partido y, para eso, se cobrará de la boleta guardada.

Durante la campaña presidencial del 2013, cuando Michelle Bachelet corría con un liderazgo indiscutido en las encuestas, la contienda senatorial en Santiago Oriente fue una de las batallas más emblemáticas y tensas de la Nueva Mayoría, entre la DC Soledad Alvear, que buscaba la reelección, y el PS Carlos Montes, que dejaba su sillón de diputado y apostaba por ascender a la Cámara Alta.

Se suponía que Lagos Escobar “mantendría la neutralidad” entre ambos, ese era el compromiso, era complejo abanderizarse por uno u otro, porque, por una parte, era conocido su estrecho lazo político y de amistad con Montes y, por otra, Alvear, no solo era una figura emblemática de la DC, sino que además había sido su ministra, una a quien unos años antes, el 2005, ya le había hecho el desaire de acelerar su bajada de la carrera presidencial al reconocer públicamente que prefería a Bachelet como su sucesora en La Moneda.

Pero la neutralidad no se mantuvo. En noviembre del 2013, Lagos asistió al acto de cierre de campaña de Montes en el Parque Bustamante, no solo eso, se sentó a su lado –tal como se vio en todas las imágenes de televisión– y, de paso, precisó que “se necesita un Parlamento con ideas claras y que las defienda, para eso qué mejor que Carlos Montes, él ha sabido combinar la inteligencia con la consecuencia (…), lo que estamos jugando es cómo llegan los mejores y Carlos es de lo mejor”.

Ese fue un verdadero balde de agua fría para el matrimonio Alvear-Martínez, quienes se enteraron ese mismo día por los medios de comunicación del quiebre de la neutralidad de Lagos. El golpe más doloroso vino cuatro días después, la noche de las elecciones parlamentarias, cuando el disputado recuento de votos le dio el triunfo a Montes, con el 21, 28% de los votos, mientras que la entonces senadora DC perdía su escaño con el 20, 41%.

Entre renombrados DC cercanos al “Gute” aseguraron que el dirigente siempre responsabilizó a Lagos de esa derrota, de ese estrecho margen de votos que inclinó la balanza a favor del candidato PS, que la perjudicó al no tener un trato igual con ambos candidatos.

“Lagos cometió dos errores graves con ellos, no mantener la distancia, aunque el peor fue el 2013: a Alvear le afectó –a ambos, la verdad–, porque siempre habían sido muy leales con él. Lagos no contempló en ese momento que su vida política daría otra vuelta más y que existiría la oportunidad de que se la pudieran cobrar”, sentenció un influyente ex dirigente DC.

En el círculo más estrecho del “gutismo” precisaron que, más que una “boleta” propiamente tal, la distancia política con Lagos viene desde el 2005, ese fue el momento de la verdadera desilusión, la raíz de la cuenta pendiente. “Desde ese momento nunca más esperaron nada de él”, recalcó uno de sus colaboradores.

Dicho eso, en la DC ponen el foco en que la principal característica de Martínez es el pragmatismo y, por lo mismo, el episodio del 2013 es un elemento que el ex diputado usará, no en términos personales sino para subir el “precio” del apoyo del partido, más aún cuando la candidatura del ex Presidente está cuesta arriba en las encuestas y no cuenta con la unanimidad, ni siquiera en el eje PS-PPD.

“Eso hace el Gute, siempre anota todo y espera, lo que sea necesario, hasta que pueda usar las cosas a favor de la DC”, agregaron en el círculo más estrecho del dirigente. En la DC acotaron que “no es vengativo en términos personales, pero sí sabe cuándo cobrar las deudas”.

Agregaron que, cobrada la factura, no hay que olvidar que “la esencia de Martínez es ser un animal político y, si un buen acuerdo para la DC lo representa Lagos, lo hará; y si no lo es, no se amarrará”.

El episodio no es un antecedente menor si se recuerda que, el año pasado, Lagos era la alternativa número uno que tenía la elite DC. Muchos decían que fue el Presidente que mejor trató al partido, hablaban con añoranza de su enérgico liderazgo y miraban con muy buenos ojos la posibilidad de su retorno. Pero hoy el escenario es distinto, prima la distancia y la premisa a todas luces es no amarrarse con nada ni con nadie.

Así, no es casual que este martes 11 de octubre, en el programa ‘El Primer Café’ deRadio Cooperativa, Martínez remarcara esa línea de acción: “Los acuerdos de generación de Gobierno no tienen que darse necesariamente siempre a partir de una vía previa, como podrían ser las primarias, ahí hay un equívoco. Los acuerdos pueden ser antes, durante y después de una primera vuelta, sobre todo en realidades como la chilena, donde tenemos la opción de la primera y segunda vuelta”.

Quienes conocen a Martínez aseguraron que sus palabras significan que, enfrentado a la disyuntiva de Lagos versus Guillier, el “Gute” se inclinaría por el ex Mandatario, pero que bajo ninguna circunstancia sería un compromiso “a todo evento”, porque nunca ha sido de “posiciones cerradas y absolutas”, a la vez que ven “demasiado complicado” a Lagos, al punto que no son pocos en la falange los que temen que el ex Presidente termine trabajando para “sustentar”, con programa y capital humano, una candidatura de Guillier.

Para Martínez –señalaron en la DC– lo mejor que puede hacer el partido es cumplir el cronograma de esperar hasta la Junta Nacional del 28 de enero y no comprometerse con nadie hasta entonces, lo que mejorará las opciones de la flecha roja para negociar mejor con el abanderado más competitivo. No solo él piensa así, porque no son pocos en la falange los que ya consideran que el viento sopla a favor de que la DC se haga de rogar un poco y “no se entregue tan fácil”.

VIENTO A FAVOR

Esto no es el 2013, cuando Bachelet era imbatible y a la DC no le quedó otra, tras la derrota sufrida con Claudio Orrego en las primarias, que subirse obligada, sin poder ni influencia, a la campaña bacheletista.

Dicen que hay conciencia plena, en Martínez y la cúpula de la falange, de que el actual escenario con miras a la contienda del 2017 se divide en situaciones diferentes: si ellos no apoyan al ex Presidente, su candidatura naufraga irremediablemente, no tiene chance de ganar una primaria; que con las semanas ha tomado fuerza la “sensación política” de que, aun con el apoyo de la flecha roja, Lagos igual puede perder en una primaria ante Guillier, por lo que no hay ninguna certeza con su candidatura y que, si el senador por Antofagasta consolida su chance convirtiéndose en el candidato único de la Nueva Mayoría, de todas maneras va a necesitar sí o sí a la falange para llegar a La Moneda.

El coqueteo con Guillier ha sido público, al punto que el senador ya aseguró públicamente que contaba con el apoyo de las bases DC. En la falange dicen que “entra fácil porque no hay prejuicios en su contra”, que saben que hasta ahora todo indica que “es el mejor candidato”, pero no saben si “en realidad es el mejor Presidente” y, que incluso así, hay un sector de la flecha roja al que no le gustan ni comulga mucho con los acuerdos de la elite tradicional del partido y que ven la opción de Lagos como parte de eso, que –por lo mismo– son proclives a la candidatura del periodista-parlamentario.

A ojos de la DC –aunque algunas de sus figuras, como el senador Ignacio Walker, lo han considerado demagogo y populista– Guillier no genera rechazo ni anticuerpos en la falange, dicen que no es una reencarnación de la Presidenta Bachelet, que no solo tenía el “carisma” que la hizo subir como espuma en las encuestas, sino que un indiscutido “fondo y trayectoria de izquierda”, y que, en el caso del senador por Antofagasta, “es más neutro» políticamente, por lo que habría menos tensiones programáticas con él.

Incluso algunos van más allá y los guiños a un posible entendimiento entre la DC y el PR –que es el partido que sustenta hasta ahora la opción de Guillier– es una alternativa “absolutamente viable”, una idea que “cuenta con agua en la piscina”, principalmente porque representa la oportunidad de terminar con la soledad política de la falange en el seno de la coalición oficialista y establecer un nuevo eje de centro.

En este contexto, el manejo de la timonel DC, Carolina Goic, es un factor determinante. La senadora ha protagonizado conversaciones con Guillier, dio el visto bueno para que el parlamentario respaldara en terreno a varios candidatos a alcalde de la falange y no ha esquivado los guiños del PR para una alianza estratégica entre ambos partidos. Sin embargo, Goic ha seguido al pie de la letra la premisa de no amarrarse. Ayer, de hecho, salió a aclarar que «no es bueno confundir: una cosa es el apoyo que damos todos a la municipal, donde de verdad valoro el aporte que hace el senador (Guillier), y otra cosa es la discusión de la candidatura presidencial, donde la DC tiene su itinerario establecido».

No hay que olvidar que Goic, en la misma Junta Nacional de enero, debe lograr su ratificación para seguir a la cabeza del partido, lo que, si bien se ha despejado favorablemente para ella sin mayor competencia tras la “bajada” de la diputada Yasna Provoste de la carrera interna, en la colectividad confiesan que igual está obligada a hacer gestos y guiños a sectores de la tienda que cuestionan que la timonel haya desperdiciado en estos meses la posibilidad –que se gestó tras superformance en el funeral de Patricio Aylwin– de perfilarse como una opción competitiva de la DC.

Por lo mismo, justo cuando públicamente la falange parecía demasiado inclinada con Guillier, la líder puso paños fríos el martes y agregó que «lo que escucho de las bases, en todas las salidas a terreno, es que quieren tener un candidato presidencial de la DC», con lo que sigue dejando la puerta abierta a la opción de un abanderado propio, algo que, aunque no es una idea mayoritaria internamente, en el partido reconocen que ha ido ganando adeptos.

Además, con ello les deja espacio también a los laguistas de la falange, en momentos en que ha sido evidente que los bonos del ex Mandatario en la DC han ido a la baja. Precisamente por eso, Lagos no baja los brazos e irá a Curicó y Talca, zonas que recorrerá con el senador Andrés Zaldívar y los diputados Roberto León (vinculado al financiamiento irregular de la política por la formalización de su hijo en el Caso SQM) y Pablo Lorenzini, para después recorrer Castro y Ancud en la X Región. (El Mostrador)

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