Descontaminación de los cauces capitalinos renueva la cara de Santiago

Descontaminación de los cauces capitalinos renueva la cara de Santiago

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Santiago es la primera capital latinoamericana en contar con el 100% de cobertura de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas residuales. Una meta que se vino gestando de hace años, y que, de paso, cambió -y está cambiando- la cara urbana de la región.

En la década de los 90 la situación difería totalmente a la actual. Las aguas servidas eran descargadas sin tratar en los cauces capitalinos: en su momento, distintos informes gubernamentales y de la sociedad civil alertaban sobre concentraciones de coliformes fecales en los ríos Mapocho y Maipo.

El primer paso para acabar con esto fue el Plan de Saneamiento de la Región Metropolitana, impulsado por Aguas Andinas en 1999. Con la construcción de las plantas El Trebal (2001), La Farfana (2003), Mapocho (2012) -y otras 12 en distintos puntos de la región- y el colector Mapocho Urbano (2009), Santiago pasó de sanear el 3% de sus aguas servidas en el 2000, a tratar el 100% en 2012.

Con el plan, se descontaminó el cauce del río Maipo (clausurando más de 20 descargas de aguas servidas), del Zanjón de la Aguada y de los cauces menores en distintos puntos de la región.

La descontaminación del emblemático río Mapocho se hizo a través del proyecto Mapocho Urbano Limpio, también de Aguas Andinas. El proyecto intervino 21 puntos de descargas de aguas servidas, que caían directo al río, a través de un colector subterráneo que actualmente las moviliza a las plantas de tratamiento La Farfana y Mapocho-Trebal, ubicadas en el sector poniente de la Región Metropolitana.

Desarrollo de biofactorías para una economía circular

Uno de los logros del desarrollo sostenible en la recolección  y tratamiento de aguas servidas, es darle a esos residuos nuevos usos, impactando positivamente en el medioambiente.

Así, se ha traducido en el desarrollo de biofactorías, las que reciben las aguas servidas de Santiago no solo para tratarlas y devolverlas limpias a los cauces naturales, sino para generar nuevos recursos.

En el proceso de las biofactorías se genera energía -tanto eléctrica como gas natural- que es utilizada en el proceso de tratamiento y para el consumo de la ciudad.

Los procesos permiten la reducción de las emisiones de gases, que además son potenciados con reforestación. Además, el lodo de las aguas se recolecta como abono orgánico para la agricultura.

El impacto ambiental positivo y el desarrollo con la comunidad, investigación, entre otros factores, llevo a que la Cumbre de Cambio Climático de las Naciones Unidas de 2018 reconociera a Biofactoría Gran Santiago con el premio Momentum for Change en la categoría Salud Planetaria, destacando entre más de 700 proyectos por su notable contribución en la lucha contra el calentamiento global.

Recuperación de espacios

Después de años siendo fuente de malos olores y enfermedades, el Mapocho se renovó por completo. Es más, el Centro de Ecología Aplicada (CEA) encontró tres especies de peces en el cauce: el Trichomycterus areolatus, el Basilichthys australis y la Gambusia; la dos primeras aparecieron de manera espontánea mientras que la tercera fue introducida.

El mismo estudio elaborado por el CEA, develó la presencia de 39 especies en el área del cauce, incluyendo aves, mamíferos y reptiles. Esto, gracias a la descontaminación del Mapocho.

El saneamiento de las aguas servidas no solo benefició al ecosistema del cauce. También han surgido proyectos gubernamentales como el Paseo Fluvial Río Mapocho (que reemplazó al proyecto Mapocho Pedaleable), consistente en un espacio recreacional de 4,3 kilómetros de longitud que une las comunas de Santiago y Providencia.

El proyecto, que también contempla un plan para fomentar actividades culturares, deportivas y recreativas en el lecho del Mapocho, se encuentra en la etapa de diseños de arquitectura e ingeniería. Según el Gobierno Regional Metropolitano de Santiago, la construcción del proyecto iniciaría el 2022.

Otra iniciativa que si tuvo concreción (pero que ahora se encuentra suspendida de manera indefinida por la emergencia sanitaria) es el Mapocho Ciclo Parque, una ciclovía de tres kilómetros emplazada entre el puente Purísima, de Santiago, y la calle Huelen, Providencia.

“Optamos por cuidar a nuestros voluntarios que apoyan el proyecto, por lo que preferimos suspender el circuito hasta que podamos asegurar la salud de los usuarios y los activadores del circuito”, señala el director de la ONG Map8 (uno de los gestores del proyecto), Victorino Goldberg.

La nueva vida del Zanjón

Foto: canal de Youtube tjalexforever

Al igual que con el Mapocho, la descontaminación del Zanjón de la Aguada trajo nueva vida a los alrededores del cauce que recorre Santiago. La acumulación de basura en la rivera y sus constantes desbordes ya son cosa del pasado: el Parque Inundable Intercomunal Víctor Jara, ubicado entre las calles San Francisco y Santa Rosa, vino a remediarlo.

El parque, que se inauguró en el 2018, cuenta con una infraestructura hídrica para manejar los desbordes del cauce. En periodos de lluvia, el parque conduce y regula las crecidas del Zanjón de La Aguada y evita las inundaciones en las zonas aledañas.

El proyecto contempla una totalidad de 41 hectáreas para el 2021 y actualmente está en su tercera etapa. Las obras de esta etapa, que se prevén listas para octubre del 2020, “se resumen en paisajismo, construcción de la nueva cancha y sede social San Francisco California, ciclovías, juegos de agua, mobiliario urbano, iluminación, pasarela en el sector de Isabel Riquelme. Además, desde Carmen al oriente contempla la ejecución de todas las obras hidráulicas del Zanjón de La Aguada hasta Vicuña Mackenna”, indica la Municipalidad de San Joaquín. (El Mostrador)

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