Esta semana fue de celebración en el piso 12 de Teatinos 120, donde se emplaza el Ministerio de Hacienda. Y, en particular, en la Dirección de Presupuestos (Dipres).
El lunes, el Congreso despachó a Ley el Presupuesto 2022, iniciativa cuyo trámite se anticipaba más complejo de lo normal dado el recorte de 22,5% del gasto total en un año electoral.
Pese a lo anterior, el Ejecutivo y el Congreso llegaron a un acuerdo para reponer varias partidas, pero sin modificar el gasto total. Un punto valorado por la directora de Dipres, Cristina Torres.
«El retiro del estímulo y la normalización del gasto fueron las primeras cosas que se criticaron, pero logramos relevar la importancia, hubo consenso en eso. Quedó en evidencia que era necesario negociar y movernos pero dentro del Presupuesto», enfatiza, recalcando que por primera vez desde 2014 el erario se aprobó sin pasar por una comisión mixta.
– Era difícil vender un Presupuesto con una caída de 22,5% en año electoral.
– Pese a esta composición del Presupuesto, producto de la existencia todavía del fondo Covid, se logró permear que el Presupuesto crece porque se dejan espacios para hacer frente a un año que puede tener una incidencia sanitaria relevante, que es necesario que una nueva administración tenga esa flexibilidad para poder operar. Era importante que se entendiera que había flexibilidad, el fondo Covid siempre se pensó así. Por eso se incluyen fondos para temas sanitarios, la reactivación, el empleo y la cultura. Todo eso quedó ahí, no era un diseño antojadizo.
– Respecto al Presupuesto original, ¿el proyecto aprobado asegura un menor impacto del retiro del estímulo en la economía?
– El nivel de gasto es exactamente el mismo. Desde un principio dijimos que había espacios disponibles de diálogo, pero no nos íbamos a mover de ese margen. En el debate explicamos justamente eso, el por qué era relevante el retiro del estímulo. Y lo enfocamos desde el otro punto de vista: si seguimos con un nivel de gasto como el actual, solo vamos a aumentar aún más las presiones inflacionarias y eso va a seguir impactando los bolsillos de todos los chilenos. Eso es súper relevante. Entonces, no podemos tener un círculo vicioso de impactar permanentemente el bolsillo de los chilenos y se dio esa conversación y se entendió.
Evidentemente, la economía se va a comportar distinto el próximo año, pero dejamos espacio para que el Presupuesto sea reactivador a través de un fuerte estímulo a la inversión y dejando fondos para poder seguir estimulando el empleo y la reconversión laboral, por ejemplo. En el debate pusimos énfasis en que esos fondos son flexibles y que son de libre disposición.
– En términos presupuestarios, ¿con qué se va a encontrar el director o directora de Presupuestos que asuma el 11 de marzo?
– Lo primero es decirle que nuestro rol como Dirección de Presupuesto es la responsabilidad fiscal, normalizar el gasto público, seguir esa senda para ir reduciendo el déficit que tenemos como política de Estado. El director o directora que le toque estar en esta posición debe tener siempre como énfasis la responsabilidad fiscal y reducir el déficit. Y también decirle que el Presupuesto tiene espacios para hacer movimientos más allá de la flexibilidad presupuestaria que administra un director siempre. Los compromisos que dejamos en el debate legislativo están financiados, hay espacios también para que puedan financiar los cometidos que tengan.
Pero lo más relevante es seguir reduciendo el déficit fiscal. De lo contrario, se afecta a la propia ciudadanía con el aumento de las tasas de interés y el mayor endeudamiento. Las decisiones de las autoridades de turno impactan excesivamente en los bolsillos de los chilenos.
– ¿Cuán factible ve que el próximo gobierno pida al Congreso mayores recursos y se salga del marco presupuestario recién aprobado?
– La flexibilidad presupuestaria es la herramienta que tiene cualquier gobierno para poder operar en un año, sea de pandemia, no pandemia, de prioridades sociales, etc. Por algo existe esa flexibilidad. Pero la próxima administración se va a encontrar con un Presupuesto que tiene los mecanismos de flexibilidad incorporados. Primero, tiene una cifra inédita: US$ 2.600 millones de flexibilidad, con US$ 800 millones de la glosa republicana, US$ 800 millones para PYME y reactivación y US$ 1.000 millones para la emergencia sanitaria que están en la partida de Salud.
Además, al retirar el estímulo y volver a la normalización del gasto se generan holguras de mediano plazo. Por tanto, bajar el gasto este año, incorporando estas holguras que se están dando dentro del Presupuesto del próximo año, se generan holguras para los cuatro años que vienen.
Respecto a su pregunta por mayores recursos, me gustaría que primero miraran eso, la flexibilidad que tiene el Presupuesto, es algo que no se había dado antes.
Segundo, en este proyecto de ley crece el gasto, por tanto los recursos que hemos destinado prioritariamente a materias de inversión ponen el foco en que el próximo año necesitamos un eje reactivador.
También comenzamos la recomposición de ahorros, que esperamos que sean ahorros, pero que también la nueva administración puede utilizar para financiar medidas sociales o de apoyo que se decidan antes de ir a solicitar quizás mayores recursos al Congreso. Insisto, si seguimos elevando nuestro nivel de endeudamiento, eso impacta de frentón a todos los chilenos.
MENSAJE A KAST Y BORIC
– ¿Qué análisis hace de los programas económicos de las candidaturas de Kast y Boric? Se critica que las cifras no cuadran.
– Los programas y las discusiones que hemos conocido hasta ahora en materia fiscal son de candidaturas de primera vuelta, y ahora esperamos también que estas candidaturas que han pasado a segunda vuelta sigan relevando la responsabilidad fiscal como primera línea. Eso para nosotros es una buena noticia.
Pero como primer mensaje, lo más relevante -y esperamos que esas candidaturas pongan el eje de su programa- es el crecimiento económico. Antes que cualquier medida particular, como país la mejor política pública para poder financiar prestaciones sociales es el crecimiento económico, sobre todo saliendo de una pandemia, y continuar con el eje de reducir el déficit fiscal.
Ahí el Presupuesto juega un rol reactivador, primero, y segundo no puedo dejar de mencionar que estamos discutiendo la Ley de Responsabilidad Fiscal, vamos a avanzar hacia una regla dual que no solo pone el balance estructural como eje, sino que también el endeudamiento. Lo que nos gustaría ver es que esos fueran los ejes que primaran en los programas fiscales para cualquier administración. Ambas candidaturas tienen que poner el crecimiento primero.
REAJUSTE DEL SECTOR PÚBLICO
Detrás de su escritorio, la directora Torres tiene un calendario que muestra en primer plano el número 37. Esos son los días que restan para que concluya el año y para la titular de la Dipres es señal de que cada vez resta menos para el cierre del año fiscal, en un ejercicio particularmente desafiante dadas las urgencias sanitarias. Gestionar un Presupuesto anormalmente alto -superior a US$ 100.000 millones- no es una tarea fácil, recalca, por lo que será uno de los focos en los cerca de cuatro meses que le restan de gestión.
– ¿Cuáles serán las prioridades en el cierre de la administración?
– Tuvimos un primer hito de aprobar en la Cámara de Diputados el proyecto de responsabilidad fiscal, que es una prioridad en lo que queda de mandato.
En estos momentos se están dando las negociaciones para el reajuste al sector público, el cual siempre esperamos que se dé en un ambiente de diálogo con la Mesa del Sector Público. El año pasado, si bien no hubo acuerdo, fue un proceso donde primó el diálogo y la austeridad. Eso es algo que llegó para quedarse.
El reajuste del sector público tiene un montón de aristas, pero ha primado en estos últimos años la relevancia de que sea austero de cara también a los ciudadanos que se han visto afectados por la pandemia y que han perdido su empleo.
Internamente, está el desafío del cierre del año fiscal con estos más de US$ 100.000 millones de gasto extraordinario por la pandemia y también priorizaremos medidas de mayor transparencia en términos de la información presupuestaria. También estamos preparando el Informe de Finanzas Públicas (IFP) del cuarto trimestre y priorizaremos a su vez la agenda de revisión de gasto y de programas, con la implementación de la nueva Comisión Nacional de Evaluación y Productividad. Todos estos son desafíos que trascienden.
– ¿En qué están con la ley corta de pensiones? ¿Están recalculando los costos después de los cambios que hizo la Cámara?
– Para el Presidente Sebastián Piñera la prioridad siempre fue el proyecto de pensiones, que era la ley larga. Lamentablemente no avanzó como hubiésemos querido y por eso nos vimos en la necesidad, primero en el 2019, de hacer una agenda corta de pensiones con ese primer incremento. Y esta segunda ley corta era con un foco a la clase media.
Siempre va a ser una prioridad, la puerta está disponible para las conversaciones que se están dando y que nosotros esperamos se den y avancen prontamente porque los recursos para la reforma de pensiones están consignados en el Presupuesto, el financiamiento está, el espacio de gasto está disponible para eso.
Estamos mirando obviamente todo el financiamiento permanente porque es parte de nuestra responsabilidad, pero los espacios están dentro de la proyección del programa financiero. Esperamos que eso se retome cuanto antes, creo que nos queda espacio para conversarlo. Quedan dos meses de Congreso y esperamos que se vea ahí. (DF)
