Otra vez la encuesta mensual de la empresa Adimark, correspondiente a julio, entregó el mismo resultado en lo referido a los porcentajes de aprobación y rechazo de las grandes coaliciones políticas, la Nueva Mayoría y Chile Vamos: 16% de apoyo y 74% de desaprobación para la centroizquierda y 18% de adhesión y 70% de descrédito para la derecha.
Por otro lado, el Senado y la Cámara de Diputados solo llegaron al 11% de nota positiva.
Para los responsables de este fenómeno, los propios parlamentarios, la suerte parece estar echada. Al menos eso es lo que cree el diputado radical, Carlos Abel Jarpa, que señaló a Cambio21 que «para nosotros será muy difícil recuperar la confianza de la gente».
«Es cosa de ver cómo fue el espectáculo de la interperación a la ministra de Justicia, Javiera Blanco. Además, la gente mira con desesperanza lo que pasó con las pensiones de Gerdarmería (caso de la millonaria jubilación de la ex esposa del diputado PS Osvaldo Andrade, Myriam Olate). Todas las malas noticias tienen que ver con lo que pasa con la política», lamentó el legislador.
«En cambio, la aprobación del voto de los chilenos en el exterior, que es un gran avance para la política chilena, casi no se informa. Hay muchas leyes importantes en las que hemos trabajado arduamente y que tampoco son entregadas por los medios», reclamó acto seguido.
A juicio de Jarpa, «no hay una crisis de institucionalidad, como lo señaló el ex presidente Ricardo Lagos. Lo que sí existe es una crisis de confianza, y muy grande, ante lo cual lo único que nos queda es trabajar en los que nos piden los chilenos, como es la gratuidad en la educación, que por el momento no puede ser total, y también avanzar en todas las reformas que se prometieron».
DAR SENTIDO AL VOTO
El cientista político Patricio Gajardo dice que «llegó el momento de exigirle a los distintos candidatos a alcaldes y concejales que se identifiquen con sus partidos de origen. Hasta ahora la tendencia es esconder la insignia y decir que son independientes, cuando eso hoy no ayuda en nada».
«Cuando un candidato pone el partido al que represente, va inserto el contexto que debe tener una campaña. Es realmente útil, más que por transparencia por una señal política ante los electores, que verán que su voto tiene algún sentido. Se conoce de forma más amplia de dónde viene el candidato, además que ayuda a los partidos en los actuales tiempos de crisis», comentó a este medio.
En pocas palabras, el analista propone que «los distintos candidatos salgan al rescate de sus propios partidos». «Les servirá a los postulantes que no son conocidos, mientras que los que sí son más conocidos tendrán la oportunidad de ponerle sustento a su campaña para que no se vea tan vacía», concluyó. (Cambio 21)
